Cádiz

Concursos municipales sin aspirantes

  • La Ballena Azul de la playa Victoria ha corrido la misma suerte que la pista de hielo la pasada Navidad: el proceso abierto por el Ayuntamiento ha quedado desierto

A la Ballena Azul de la playa Victoria le ha pasado como a la pista de patinaje sobre hielo de San Antonio: sendos concursos municipales las han condenado a la desaparición. La pasada Navidad la ciudad y especialmente el comercio se quedó sin uno de los grandes atractivos al terminar desierto el concurso convocado por el Ayuntamiento para instalar una pista de patinaje (en este caso en la plaza de la Catedral, ya que se cambió la ubicación); ahora, el 'vacío' se traslada a las playas de la ciudad, que este año no contarán con el equipamiento de juegos infantiles y guardería que se instalaba cada verano a la altura de la calle Fernández Ballesteros. La popular Ballena Azul.

El concurso abierto por el Ayuntamiento para este equipamiento veraniego también ha resultado desierto. Dos atractivos que eran fijos y por el que ninguna empresa, particular o colectivo ha mostrado interés este año. Una especie de maldición de los concursos municipales. Este hecho da pie a muchos interrogantes sobre estos procesos: ¿es esto causa de la crisis económica? ¿está imponiendo el Ayuntamiento condiciones muy fuertes en sus pliegos? ¿eran equipamientos no tan rentables para los que los han venido instalando en los últimos años? ¿es excesivo el precio de adjudicación?

Desde el Ayuntamiento se resta importancia a este hecho. "Son cosas puntuales", indica el teniente de alcalde delegado de Economía y Hacienda, José Blas Fernández. Frente a estos procesos que quedan desiertos, no se aprecia una tendencia regular en esta línea en los concursos municipales. "Siguen presentándose muchas empresas a los concursos", afirma Fernández, que llega a cifrar en tres la media de empresas que opta a cada concurso que convoca el Ayuntamiento. "Sobre todo en el área de la construcción es donde más ofertas suelen llegar", explica el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento.

Sobre el caso de la Ballena Azul, conjetura el Ayuntamiento que la no presentación de ofertas puede deberse al deber de instalar un equipamiento completamente nuevo, lo que requiere una importante inversión para el empresario que quisiera optar a esta oferta pública.

Efectivamente, este es uno de los argumentos que expone el hasta ahora adjudicatario de estas instalaciones. Fernando Masones -que precisamente ha hecho pública una carta de despedida de la ciudad de Cádiz después de quince años instalando la Ballena Azul en la playa Victoria- explica que uno de los motivos es la inversión que obliga a hacer el Ayuntamiento, que luego no se corresponde con la duración del contrato.

El pliego establece que estas atracciones infantiles, que obligan a que sean completamente nuevas, serán por un año; eso sí, prorrogables año a año hasta un máximo de siete. "¿Y si el año que viene les da por no renovar?", se pregunta Mesones, que cifra la inversión que pide el Ayuntamiento (que supondría la renovación total de estas instalaciones infantiles) en cerca de 100.000 euros y que puntualiza que las suyas se estrenaron hace "tres o cuatro años". Además, sobre este punto resalta el empresario de Torrelavega que aún le quedaba un año de concesión de este espacio, a pesar de lo cual el Ayuntamiento ha sacado a concurso las instalaciones para este verano.

A este imperativo de presentar nuevas instalaciones, une Fernando Mesones el elevado canon que el Ayuntamiento pide. 8.379,19 euros es la cantidad exacta que establece el pliego de condiciones. Eso por una actividad que como mínimo debe estar disponible entre el 1 de julio y el 31 de agosto y como máximo del 1 de junio al 30 de septiembre. Es decir, de dos a cuatro meses, lo que viene a ser aproximadamente entre 2.000 y 4.000 euros al mes en concepto de canon. "Además hay que pagar, que eso no viene en el pliego de condiciones, el canon que pide la Junta de Andalucía por esta ocupación, que todavía no se sabe ni el precio que será", advierte el propietario de la Ballena Azul.

Otro motivo que ha llevado a Mesones a ni siquiera presentar oferta en el concurso público es la crisis económica, que ha hecho descender los ingresos de las instalaciones un 40% en los últimos cuatro años, lo que según asegura ha derivado en pérdidas económicas los dos últimos veranos. Y a este punto le añade la subida del IVA, que pasó de un 8 a un 21% en 2012.

Todo este conjunto de factores que detalla Mesones pueden ser el motivo de que el concurso haya quedado desierto. Y visto el resultado de este tipo de propuestas que lanza el Ayuntamiento de manera pública, cabe preguntarse si una vez desierto el concurso no hay opción alguna de lograr el fin que se persigue, que en teoría es dotar a la playa de este tipo de equipamientos infantiles. "Puede iniciarse un procedimiento negociado. Claro que sí. Pero en todo caso se tienen que mantener las condiciones que aparecían en el pliego del concurso público", aclara José Blas Fernández. No obstante, estando ya en días en que las instalaciones bien podrían estar funcionando, todo hace indicar que este procedimiento negociado no será abierto por el Ayuntamiento, que de esta forma ve como otro atractivo para la ciudad en fechas señaladas no podrá llevarse a cabo este año al haber quedado el concurso, una vez más, sin aspirantes.

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