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Iglesia | Festividad del Rosario

Clausura de un año cargado de aniversarios

  • El obispo preside la función del voto a la Patrona en una ceremonia celebrada en la Catedral

  • La Virgen realiza su tradicional salida procesional

El día de ayer no fue una festividad más del Rosario, ya que con ella se cerraba un año cargado de aniversarios: los 150 años de la proclamación por la Santa Sede de la Virgen del Rosario como Patrona de la ciudad, mediante una Bula firmada el 25 de junio de 1867; el 70 aniversario de su coronación canónica; el 60 aniversario de su proclamación como Patrona del Consejo de Hermandades y Cofradías, y los 50 años de su nombramiento como alcaldesa perpetua de Cádiz.

Esta circunstancia hizo que, por primera vez, la solemne función del voto y consagración de la ciudad a la Virgen del Rosario tuviera lugar en la Catedral.

La procesión tuvo que sortear algunos de los bolardos instalados en la ciudad por seguridad

Así, a primera hora de la mañana, la Patrona fue trasladada desde su sede de la iglesia de Santo Domingo al principal templo de la diócesis y permaneció allí durante toda la jornada -situada junto a la puerta que da a la calle Arquitecto Acero- hasta su salida procesional, a las seis de la tarde.

El encargado de renovar el voto de la ciudad fue el deán de la Catedral, Ricardo Jiménez, al no haber acudido al acto ningún representante del equipo de Gobierno, como ya ocurrió el año pasado.

La ceremonia, que comenzó a las doce del mediodía, fue presidida por el obispo de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza Boy, y contó con la presencia del cabildo catedralicio, sacerdotes diocesanos, seminaristas, autoridades militares, miembros de la corporación municipal y muchos ciudadanos que abarrotaron el templo.

En su intervención, el deán agradeció a la Virgen que protegiera la ciudad en momentos de epidemias y desastres, y le presentó los sufrimientos y necesidades de sus hijos. De este modo, pidió por todos los gaditanos, principalmente por aquellos que sufren necesidades, por los niños, jóvenes y mayores. No quiso olvidarse de las familias, que "en estos momentos sufren tantos ataques". "Cuida especialmente de las familias destruidas, de las madres solteras, de los niños que se están criando sin sus padres, y pon tu mano en aquellos que están pensando abortar para que detengan ese error que marcará toda su vida", dijo. También pidió a Nuestra Señora del Rosario que no olvidara las lacras que acosan a la ciudad: el desempleo, la falta de un trabajo digno y estable, la droga, la exclusión social, la inmigración y los jóvenes que tienen que emigrar; y le rogó que cuidara a la Iglesia gaditana. "Ayúdanos a poner paz y orden en una ciudad que cuanto más silencia el nombre de tu Hijo, peor le irá", manifestó.

El obispo, en su homilía, recordó los actos y celebraciones que han tenido lugar durante todo el año con motivo de los distintos aniversarios, y pidió ayuda a la Virgen, en este Año Jubilar, para renovar la fe de los gaditanos. "La fe de María es nuestra fe y la de la Iglesia. En la escuela de María ha crecido y vive nuestra fe. Renovemos con Ella nuestra experiencia cristiana, contemplando a María, que es la Madre de la Iglesia. María es la figura ideal de la Iglesia, el espejo donde se refleja toda ella", declaró.

Respecto al Año Jubilar Diocesano concedido a Cádiz por el Papa Francisco con motivo del 750 aniversario del traslado de la sede de la Diócesis a la capital gaditana, Zornoza afirmó que "este Año Santo debemos amar más a la Virgen, porque Ella es nuestro modelo y descubre en su rostro de Madre la vida de Dios". Señaló que "si se pierde la devoción a María, la piedad cristiana se desvía de Dios y de Cristo".

Asimismo, hizo referencia al voto de la ciudad: "Con el voto que hemos proclamado, hemos renovado ante la Virgen del Rosario el amor y la fe que ha distinguido a la ciudad de Cádiz a lo largo de la historia, y se convierte para nosotros en un fuerte compromiso".

El obispo quiso rezar por todos los gaditanos, especialmente por los que sufren, los jóvenes los niños y por los cristianos perseguidos. Y pidió a Nuestra Señora del Rosario por la unidad de España.

Tras la ceremonia se hizo una ofrenda floral de la ciudad de Cádiz a la Virgen.

La salida de la procesión fue muy puntual: a las seis de la tarde ya estaba saliendo el cortejo por la puerta de la Seo que da a Arquitecto Acero. Pero la gran cantidad de participantes hizo que hasta media hora después, la Patrona no estuviera en la calle.

Muchos ciudadanos acudieron a arropar a Nuestra Señora del Rosario, y durante el recorrido pudo escucharse algún piropo, como el de una espontánea que le lanzó un "¡Bonita!" en la plaza de la Catedral.

A su paso, la Patrona dejaba un aroma a nardos, debido al adorno floral que llevaba.

En algunos tramos, la procesión dio una vuelta "extraña" y el paso tuvo que hacer varias maniobra para sortear los bolardos que se instalaron en la ciudad por seguridad tras los atentados terroristas en Barcelona el pasado mes de agosto.

Y es que la Policía Local de Cádiz desaconsejó la retirada temporal de estos postes de hormigón de la vía pública con motivo de la procesión de la Virgen del Rosario. Asimismo, no autorizó la retirada de estos elementos durante todo el fin de semana -tal y como se había propuesto-, al estar el país en el nivel cuatro de alerta terrorista. Pero hay que decir que en ningún momento, los bolardos impidieron que la procesión cumpliera con el itinerario establecido.

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