irlanda

En el centro mismo de Irlanda, existe -como no- un castillo, y en el centro de ese castillo, un cachalótico ingenio conocido como el Leviatán de Parsonstown. El que fuera mayor telescopio del mundo fue ideado por el tercer duque de Rosse y sigue en pie hoy día, anacrónico y obsceno, en Birr Castle, como aún existen -atemporales y delicados- los jardines del castillo: cincuenta hectáreas verdes para cuyo cuidado la mujer del duque, Mary Rosse, empleó a quinientos hombres durante la Gran Hambruna. Allí, a medio camino de todo, Mary hizo amistad con una prima de su marido, Mary Ward, aficionada como ellos a mirar por una lente. La duquesa comenzaría a interesarse por la fotografía en 1842 -su "cuarto oscuro" se conserva intacto, constituyendo una especie de cápsula del tiempo de la fotografía-, mientras que Ward sería la autora de uno de los libros claves de la entomología -aún pueden verse, también, sus delicadas placas de especímenes, talladas en marfil-.

Uno de los hijos del duque, Charles Parsons, inventaría la turbina de vapor e incluso llegaría a desarrollar, con esta técnica, un modelo doméstico de automóvil. De hecho, la pobre Mary Ward sería gracias a él la primera víctima de un accidente de tráfico, en 1869. Una suerte casi inevitable: todo castillo irlandés ha de tener su fantasma.