Ojo. Sin alarmar, pero con cautela. Que el Carnaval de Cádiz sea declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad puede tener sus riesgos. Así lo cree José María Manjavacas, antropólogo gaditano y profesor de la Universidad de Córdoba. Allí, en la ciudad califal, la fiesta de los patios, que consiguió la distinción en diciembre de 2012, "quizás ha contado con una sobrepromoción y se ha usado como imagen de marca de Córdoba. Hay muchos cordobeses que en esas fechas se tienen que marchar fuera por la saturación de visitantes". Estas y otras reflexiones las expuso Manjavacas el pasado viernes en la peña Los Adoquines, donde ofreció una charla-coloquio bajo el título Carnaval de Cádiz. ¿Patrimonio Inmaterial de la Humanidad? Sí, pero...".

El profesor, que ve necesario tener elementos suficientes para el debate, indica que "conviene entender bien qué supone la inclusión en la lista indicativa y los riesgos, de los que te alertan desde la propia Unesco y la Organización Mundial del Turismo". Todo ello ante una designación "que es una iniciativa interesante que viene del Aula de Cultura, lo que es un aval". Manjavacas se pregunta "¿qué supone estar en la lista?, ¿sirve para poner a Cádiz en el mapa? ¿Es para que venga más gente?". Y pide "cuidado con la masificación" en una expresión "muy local en la que movimientos de masas parquematizadas pueden acabar con lo identitario, con lo singular. ¿Puede ocurrir esto? No se sabe. Pero no está de más que hablemos de ello".

Masas de personas 'parquematizadas' pueden acabar con lo identitario, lo singular"

Otro riesgo es "la sobreinstitucionalización", pues "hay un concurso, pero después hay mucho de autogestión de la ciudadanía, de fiesta imprevisible". Asimismo, conviene, según el antropólogo, tener en cuenta "la instrumentalización política. A veces, a las autoridades les cuesta dar noticias positivas sociales o de empleo y estos logros como el de la Unesco se usan para que estemos entretenidos, para desviar la atención. Dándole a esto un significado que tal vez no lo tenga".

También aclara para finalizar que "el Carnaval de Cádiz, al contrario de lo que ha ocurrido con otras manifestaciones inmateriales de la humanidad reconocidas por la Unesco, goza de buena salud y no está en riesgo de deterioro ni de extinción. Ni peligra su transmisión de generación en generación".