Funeral por las víctimas de la epidemia

Cádiz reza por los muertos que ha dejado el coronavirus

  • El obispo pide especialmente en el funeral celebrado en la Catedral “por los que dejaron la vida luchando contra esta pandemia”

Misa de funeral por las víctimas del coronavirus

Misa de funeral por las víctimas del coronavirus / Jesús Marín

Por todos los que han fallecido durante la epidemia del coronavirus, “especialmente los 174 fallecidos en Cádiz” -pese a que las cifras oficiales hablan de 172-; por el personal sanitario, de centros asistenciales y residencias de ancianos, “para que no se desanimen sino que colaboren por el bien de los más débiles”; por los militares, Guardia Civil y fuerzas de orden público “para que sigan trabajando como siempre han hecho por la paz, el orden y la salud de todos”; por los gobernantes, para que “busquen siempre el bien común y el progreso de la sociedad”; y por todos “los que han luchado y luchan por la pandemia, para que sigan haciendo el bien”. Esa ha sido la oración que este domingo ha elevado la diócesis de Cádiz en la misa funeral que ha tenido lugar en la Catedral y que ha presidido el obispo, Rafael Zornoza.

No ha sido Cádiz, la provincia en general y la capital muy en particular, una de las zonas más castigadas por “el zarpazo de la muerte de un modo de trágico”, como Zornoza ha definido la pandemia. Pero la Iglesia gaditana ha querido reunirse y honrar en solemne funeral a todas las víctimas que el Covid-19 ha dejado tras de sí hasta el momento. El funeral gaditano llega justo cuando el miedo a una segunda oleada y las noticias de focos y rebrotes del letal virus vuelven a ocupar buena parte de la actualidad informativa, y el cálido domingo de julio ha reunido a más de un centenar de personas que han pedido especialmente por los fallecidos en la provincia, “de manera especial por los ancianos que tanto han sufrido en las residencias de mayores”, como se ha especificado al inicio de la misa de este mediodía.

Entre los presentes se encontraban el Almirante de la Flota, Antonio Martorell; el subdelegado de Defensa, Joaquín González; la delegada del Gobierno andaluz, Ana Mestre; los concejales del PP (Juancho Ortiz, Maite González, José Carlos Teruel y Carmen Sánchez) y de Ciudadanos (Lucrecia Valverde y Carmen Fidalgo) del Ayuntamiento; el director del Cefot2 de Camposoto, Jesús Diéguez; y representantes de muchos de los movimientos y secretariados de la Iglesia Diocesana, entre los que estaban el director de Cáritas, Vicente Pablo Ortells; el responsable de la Pastoral de Salud, Fernando Carmona; o el presidente del Consejo de Hermandades, Juan Carlos Jurado.

Apenas media docena de sacerdotes han acompañado al obispo en el funeral, que quizás no haya tenido en un mediodía de domingo su convocatoria más idónea, teniendo en cuenta el precepto dominical y las celebraciones que ese día se reproducen en todas las parroquias e iglesias, lo que a buen seguro ha influido en la asistencia y participación en este homenaje religioso a las víctimas del coronavirus.

“El volumen de la pandemia ha alargado la sombra del dolor y ha oscurecido muchos ánimos, ante ella hemos reconocido nuestra radical fragilidad y nuestras fuerzas limitadas”, ha afirmado Zornoza durante su homilía, en la que ha valorado que el escenario vivido desde el pasado mes de marzo “nos ha permitido sacar consecuencias, ir más al fondo de nuestra existencia, reconocer las muchas tragedias de la humanidad en la que tanta gente olvidada sufre, y ante tanto dolor, hacernos más solidarios”. “También hemos levantado la mirada a Dios pidiendo clemencia y auxilio. Recordaremos siempre la imagen del Papa solo ante la lluvia en la plaza de San Pedro mirando fijamente al Crucificado. En él nos hemos sentido representados por toda la humanidad herida pero no derrotada, afrontando las penas y dolores con la fuerza de Dios, porque con Dios la vida nunca muere, como dijo el Papa”.

La pandemia ha supuesto una demostración, según Zornoza, de que “nuestra vida repercute en los demás y que el individualismo no sirve por mucho que sea el leit motiv de la cultura de moda”. “El egoísmo a ultranza no nos lleva a ningún sitio, son imprescindibles las relaciones y la familia sigue siendo la verdadera amistad. Son, en definitiva, los valores evangélicos lo que demanda nuestro corazón a la hora de la verdad”, ha reivindicado el obispo, que ha puesto en valor la experiencia “de millones de personas que a pesar de todas sus debilidades han mostrado una fe que obra por la caridad, desde los voluntarios de Cáritas, monjas de clausura, sacerdotes que muchos de ellos han dado también su vida…”.

En una crisis tan dolorosa como esta solo la fe puede despertar la esperanza”, ha manifestado. Y para ello, ha pedido a los católicos gaditanos que la nueva normalidad sea “volver a la esperanza”. “No basta con que nos conformemos con una normalidad que consista en que pase esta pesadilla cuanto antes y poder quitarnos las mascarillas y dejar de usar el gel; recuperemos el rumbo, seamos más humanos, solidarios, serviciales, dando la vida por una sociedad más justa”, ha pedido el obispo, que ha finalizado este funeral dedicado especialmente a las víctimas gaditanas del coronavirus cantando la Salve a la Patrona de Cádiz, la Virgen del Rosario, en acción de gracias “por estar siempre protegiendo a la ciudad como tantas veces ha hecho a lo largo de la historia”.

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