La Asociación Internacional de Caminería ha elegido Cádiz como sede de su IX Congreso de Caminería Hispánica por su papel como punto central de dos grandes itinerarios, el sistema de calzadas que desde Roma llega hasta las orillas del Atlántico y el de la caminería hispánica que siglos más tarde alcanzan las islas Filipinas, lo que convierte a la capital gaditana en el lugar fundamental en el que se unen las calzadas romanas y los caminos reales españoles.

El congreso internacional, que se va a presentar en el salón de plenos del Ayuntamiento gaditano y que se celebrará del 16 al 20 del próximo mes de junio, abordará además de las vías romanas la correlación entre la ruta portuguesa de Lisboa a la India y la española entre Madrid y Manila, que componen el itinerario fundamental entre Oriente y Occidente a lo largo de más de dos siglo.

El filólogo Manuel Criado de Val, principal impulsor de la caminería hispánica, es el director del congreso, cuyo presidente de honor es el rey Juan Carlos, que organizan la Asociación Internacional de Caminería y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Cádiz y patrocinan los ministerios de Cultura y Fomento, así como la UCA y el Ayuntamiento de Cádiz.

El congreso se presentará el 13 de junio en el edificio central de Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en Madrid, y tres días más tarde se celebrará la sesión inaugural en Cádiz, prolongándose las sesiones de trabajo hasta el 20, en el que está prevista la de clausura.

Según el avance del programa, además del temario general, en el especial se incluye La Bahía de Cádiz: su importancia histórica, Las almadrabas y la caminería, El Herakleion y las columnas de Hércules y Los puertos en el derrotero de ultramar.

La caminería hispánica que, según Criado de Val, ha logrado mayor difusión en América que en España, supone la investigación de los sistemas de comunicación en todos los aspectos, físicos, históricos y literarios.

Asimismo señala que concede a la comunicación un papel protagonista, junto a la economía y al desarrollo tecnológico, aunque todavía no ha llegado hasta sus últimas consecuencias la aplicación de un estudio científico, que contemple no sólo una parte, sino la totalidad del tema caminero.

Igualmente indica que los topónimos, las calzadas, los vados, las calles, las cañadas, los itinerarios históricos y literarios la vigilancia y legislación de los caminos han sido y seguirán siendo la base firme y permanente de la cultural, su circunstancia universal, si bien hay otros complementos que no se pueden olvidar, como son el turismo y la ecología, que comparten el campo de la caminería y suponen grandes beneficios y grandes problemas.