Inmersos en la que es la peor crisis del comercio local en décadas, la asociación Cádiz Centro-Club de Calidad ha renovado por primera vez a su equipo directivo. Juan Tovar, al frente de esta entidad desde que se puso en marcha en 1994, ha optado por no presentarse a la reelección dando paso a Manuel Queiruga, un exitoso empresario de 38 años de edad, que cuenta como vicepresidenta a Josefa Díaz.

"Todo el equipo directivo (en el que desde el primer momento han estado otros veteranos del sector como Pedro Rivera y Rafael Benot) pensamos que había que realizar un cambio y dar paso a nueva gente al frente de la entidad", destaca Juan Tovar. Curiosamente el Club de Calidad nació en plena crisis económica, en 1994, con una recesión muy importante y asumiendo entonces que había que tomar medidas para revitalizar el sector. Dos décadas más tarde, el cambio se produce cuando se sufre una crisis general aún más grave.

"En este largo periodo de tiempo hemos tenido nuestras luces y nuestras sombras, pero supimos poner en marcha el Centro Comercial Abierto, que ya es una marca asentada. Con el apoyo de las campañas publicitarias ideadas por Pedro Álvarez unimos el comercio con la cultura y el ocio. Todo ello permitió recuperarnos y crecer durante un largo tiempo y, a la vez, ahora nos ha permitido estar mejor preparados ante la dura crisis que estamos sufriendo, mucho mejor que en las restantes grandes localidades de la provincia y de muchas capitales andaluzas".

Esta apuesta por el desarrollo del centro comercial ha permitido atraer durante este tiempo a las principales cadenas comerciales nacionales y firmas internacionales.

Ahora, se afronta un periodo muy complicado. El Club de Calidad comenzó con una veintena de asociados y llegó a tener más de un centenar. Ahora, la crisis y el cierre de muchos establecimientos les ha reducido a poco más de cuarenta. Aunque se han tomado medidas para intentar activar el consumo, Tovar asume que todo depende de la mejora de la economía y que "sin dinero es difícil consumir". La reducción de los salarios ha dejado a muchas familias sin la cantidad que destinaba para estos gastos. Y todo ello sin hablar del aumento del desempleo.

De cara al repunte en el consumo, que se teme que aún tardará en llegar, el ya expresidente de Cádiz Centro reconoce que "el comercio especializado seguirá existiendo, pero de una forma precaria porque es un comercio que va unido a la calidad y ésta se ha perdido en la ciudad, donde ya se busca un consumo de productos cada vez más baratos".

Lamenta Tovar también la pérdida del sector industrial como generador de empleo. "La industria daba buenos salarios y estables. Ahora se apuesta por una ciudad dedicada al ocio y al turismo. Es una apuesta muy importante y con futuro pero también, con respecto al empleo, ofrece salarios más bajos y menos estables".

No obstante, Tovar tiene claro que Cádiz debe apostar por su conversión como capital del turismo, la cultura y el ocio. El mimo desarrollo del Club de Calidad ha ido en paralelo con este modelo de ciudad al compatibilizar las compras con una oferta de ocio y actividades culturales. Eso sí, el veterano empresario tiene claro que "aún no se ha explotado de la forma adecuada la ciudad turística".

Una de las principales reclamaciones que hace es potenciar la planta hotelera, proponiendo un plan similar al impulsado por el Ayuntamiento de cara a los fastos de 1992. Destaca cómo ha aumentado una clientela con capacidad adquisitiva desde la reapertura del Parador y lamenta las importantes pérdidas económicas que la ciudad sigue acumulando por la no construcción de un hotel de cinco estrellas en el antiguo Valcárcel, uno de los déficit que más crítica Tovar.

"Hay una importante demanda por la cultura por parte de muchos turistas, y eso se ve en la temporada de invierno cuando se siguen ocupando los hoteles, a pesar de los elevados precios, lo que demuestra este interés por venir a Cádiz. Y eso hay que aprovecharlo y potenciarlo", algo que debería de promover la Mesa del Comercio, cuyo funcionamiento critica.