El miércoles de la próxima semana, como muy tarde, será el día en que el Cabildo Catedral recupere la Torre de Poniente del primer templo diocesano. El proceso judicial que durante los últimos años han mantenido los canónigos con la empresa Monumentos Alavista (que es la que ha venido explotando turísticamente este monumento desde que se abrió al público en 2003) debe tocar a su fin de manera definitiva el próximo día 6 de noviembre, que es cuando el Juzgado da como límite de plazo para que Alavista abandone el monumento, según ha informado a este periódico el abogado del Cabildo, Miguel Segado.

Con esta recepción de las llaves de la torre se pone fin a un proceso judicial que se inició en 2006, cuando las dos partes no se pusieron de acuerdo sobre las condiciones del acuerdo o la extensión del contrato -que Alavista entendía que pasaba a ser indefinido y el Cabildo daba por expirado-. Después de siete años de litigio y de varias sentencias (en Primera Instancia, que falló a favor de la empresa cultural, y las posteriores de la Audiencia Provincial y del Tribunal Supremo, que apoyan la reclamación de los canónigos, a falta de que se resuelva algún proceso aún pendiente entre ambas partes) la Torre de Poniente cerrará sus puertas al público hasta que el Cabildo decida cuál será su uso futuro, lo que hará "sin prisa ninguna", según matizaba ayer el deán, Guillermo Domínguez Leonsegui.

Precisamente, el deán indicaba que aún no se ha tomado ninguna decisión en torno a este asunto. El primer paso que se han marcado los capitulares de la Catedral es recepcionar las llaves de la Torre de Poniente. Posteriormente, se realizará una visita para comprobar el estado del interior de este monumento. Y en caso de que todo esté en correcto estado de conservación, será cuando se plantee qué hacer con el inmueble.

La opción más clara para ello parece que será el de mantener las visitas turísticas al monumento, que tan buenos resultados ha dado a lo largo de esta última década. Pero, en este caso, el Cabildo tendrá que decidir si asume la explotación de la torre (como ocurre con la propia Catedral o con el museo de la plaza de Fray Félix) o si, por el contrario, se lo encomienda a una empresa especializada en el sector (como hizo en 2003 con Monumentos Alavista).

Además, se da la circunstancia de que la Catedral de Cádiz está inmersa actualmente en un proceso de renovación de todo lo relacionado con las visitas turísticas por medio de una empresa especializada en este sector, para de esta forma prestar un mejor servicio y ofrecer una mayor y más acertada información a todo aquel que accede al interior del primer templo diocesano y de su museo. En este sentido, hace unos meses que se trasladó el acceso de las visitas a la Catedral a la puerta más próxima al Arco de la Rosa y se está trabajando en la implantación de un sistema de audioguías, entre otras acciones.