El Muelle Ciudad lucía ayer un aspecto diferente en el recibimiento al Juan Sebastián de Elcano a su llegada a Cádiz. Más acostumbrado a actos multitudinarios a su salida, el buque escuela de la Armada puso fin a su LXXXII crucero de instrucción.

Más de 10.000 millas de viaje desde el pasado 8 de enero en las que el buque ha hecho escalas en los puertos de Estambul (Turquía), Venecia (Italia), Toulon (Francia), Bilbao, Londres (Reino Unido), Hamburgo (Alemania), Copenhague (Dinamarca) y Lisboa (Portugal).

Un viaje más corto y con una ruta diferente a la habitual que ha servido para seguir con la formación de 52 guardamarinas que completan el cuarto curso de las promociones 412 de Cuerpo General y 142 de Infantería de Marina. Navegación, Astronomía, Meteorología, Maniobra o Inglés han sido las materias que han aprendido a bordo del buque y que seguirán ampliando a partir de hoy en el LHD Juan Carlos I, en el que realizarán un crucero de resistencia, teniendo como lugar de inicio la Base Naval de Rota.

Solo un día de descanso para los guardiamarinas, pero el tiempo suficiente para reencontrarse con sus familias tras tanto tiempo de viaje.

Grandes pancartas, banderas nacionales y autonómicas, bufandas y hasta camisetas de equipos de fútbol. El reclamo utilizado era lo de menos, lo importante era ser reconocido desde la entrada del barco al muelle.

Visitas desde todos los puntos de España, desde Gijón a Almería, pasando por Alicante o Madrid. Todo por estar unas horas con la familia.

Por parte militar, el acto estuvo presidido por el almirante de la flota, Santiago Bolíbar Piñeiro, y el almirante de acción marítima , Javier Franco. Por la parte civil, hicieron acto de presencia los concejales del Ayuntamiento de Cádiz José Blas Fernández, Jesús Tey, Pablo Chaves, Ana Mestre y Clara Posada.

Poco antes de las 12 del mediodía, el Juan Sebastián de Elcano ya era remolcado camino del Muelle Ciudad. Entre sones cañís, el buque escuela atracaba en Cádiz. Salvas de cañonazos y saludos a la voz precedieron al momento más esperado por todos: el reencuentro con los familiares.

Rubén, un cabo primero de Gijón, tomaba tierra con la imagen de la bandera de Asturias, la camiseta del Sporting y su perro Cai. Entre besos y abrazos, su madre Emi contaba que "hemos salido a las seis de la tarde del sábado, pero merece la pena el largo viaje para poder verlo. Ya teníamos ganas de estar con él".

Por su parte, David Gutiérrez, una guardiamarina de Madrid, comentaba que su experiencia ha sido "muy buena y gratificante. He aprendido mucho del compañerismo. Además, no me esperaba que mis padres fueran a venir".

Dos pequeñas historias que resumen la ebullición de sentimientos tras meses fuera de casa. Hoy, el buque escuela realizará unas pruebas y se marchará hacia la Carraca para realizarse su reparación anual.