Cádiz

Una Benemérita más cercana

  • La Guardia Civil de Cádiz celebró ayer en la Comandancia unas jornadas de puertas abiertas mostrando al público su labor diaria

"¡Qué guapada!". Lo decía un niño en su inocencia, pero lo que veía no era nada 'guapo' para los adultos. Un autobús de la Guardia Civil para trasladar presos, con celdas reducidas a la mínima expresión. Pero los pequeños se asombraban. Como se asombraban con el espectáculo de los perros que detectan explosivos y drogas. Y alucinaron montados en los coches patrullas o vistiendo chalecos antitraumas, de la Unidad de Seguridad Ciudadana, mientras portaban porras y se parapetaban, de mentira, tras el escudo protector. No paraban de hacer sonar sirenas en el patio del cuartel. La Benemérita abría sus puertas a la ciudadanía en una jornada enmarcada en los actos de la festividad de la Patrona del Cuerpo, la Virgen del Pilar.

La Guardia Civil es menos visible en una capital, donde tiene escasas competencias, de ahí que el público pudiera conocer más de cerca lo que le es menos familiar. Por ejemplo, el furgón de atestados en accidentes de tráfico con su pequeña oficina y el alcoholímetro. O el furgón que traslada a presos y detenidos. Sobre la moto acuática del Servicio Marítimo se fotografiaron decenas de niños, también pendientes de las motos BMW de la Agrupación de Tráfico y los quads de la Patrulla Fiscal y de Fronteras o el Seprona. De este Servicio de Protección de la Naturaleza se exhibían en el patio del cuartel de la avenida de la Independencia un águila y una tortuga, ambas disecadas e incautadas por la Guardia Civil al ser especies protegidas. En la misma mesa expositora podían verse aparatos de medición para las especies amenazadas. El vehículo radar para las infracciones de tráfico dejó de estar, por una mañana, camuflado. Lucía en mitad del patio y más de un padre memorizó la matrícula por si las moscas.

Los niños lo estaban pasando a lo grande. De recuerdo se llevaban un carné con sus huellas dactilares, entregados en un improvisado laboratorio científico. La mañana acabó con una paella solidaria con precios populares, cuyos beneficios se destinarán a la construcción de un orfanato en Nicaragua.

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