Cuando el propietario de un vehículo pega un cartel en la columna junto a su plaza de garaje asegurando a los cacos que ya no queda nada que robar, es que el vaso de su paciencia rebosó hace tiempo. El cartel puede leerse en el interior del garaje de los bloques del 1 al 6 de la promoción La Ranilla, de protección oficial, en el Paseo Príncipe de Asturias del barrio de Astilleros. Allí, los robos se vienen sucediendo sistemáticamente. El último acaeció el pasado fin de semana. Se llevaron un coche, que luego apareció abandonado en Jerez. Han robado además varias motos o piezas sueltas de estos vehículos y bicicletas. Los vecinos viven con el temor en el cuerpo cada vez que bajan al garaje.

"Este barrio está vendido", dice Agustín Gómez, presidente de los 138 propietarios de los garajes de La Ranilla en Príncipe de Asturias. Según este vecino, el Ayuntamiento ha hecho oídos sordos a la petición de ayuda del barrio para desarrollar por las noches un servicio de vigilancia. "Ni la Policía Nacional ni la Local, que sólo viene para poner multas en la calle América, hacen acto de presencia. Una vueltecita y punto. La Nacional nos ha llegado a reconocer que nuestros garajes son un chollo para los ladrones", comenta Agustín Gómez. Sin ayuda institucional, los 138 propietarios de plazas de apacamiento no pueden asumir el coste de un servicio nocturno de vigilancia. El próximo lunes se celebrará una reunión de propietarios para analizar la situación. "Al menos a ver si cambiamos el sistema de llaves de entrada a los garajes y hacerlo con más seguridad", afirma Gómez.

Agustín Gómez se queja del trato que tanto el Ayuntamiento como las fuerzas de orden público dan a un barrio "donde vive tanta gente y se pagan tantos impuestos, como si viviéramos en la avenida". La falta de vigilancia en Astilleros ha sido denunciada por activo y por pasivo por el presidente vecinal, Luis Arenal, al que la Policía ha comunicado "que es muy difícil pillar a los cacos". En otros garajes de la zona hay cámaras de vigilancia. "Pero no sirven para nada porque los ladrones se ponen cascos de motos o pasamontañas", apunta Arenal.

Además del "problemón" que tienen los vecinos con los robos, Agustín Gómez recuerda que en los garajes de Príncipe de Asturias "se sigue filtrando el agua y en el Ayuntamiento lo saben". Muchos meses estuvo paralizada la nueva obra de impermeabilización de los parterres, después de demostrarse que la inicial, en la urbanización de los terrenos de Astilleros, dejaba pasar el agua de la lluvia y del riego de las plantas. El problema, según Gómez, no se ha solucionado. Astilleros sigue siendo un barrio con muchas carencias diez años después de su nacimiento.