Francisco Moya Borrego. Presidente de la Asociación de Reyes Magos de Cádiz

"La Asociación de Reyes Magos no es un club elitista"

  • Francisco Moya Borrego camina entre dos fiestas gaditanas, por algo ha sido dos veces presidente del jurado del COAC y dirige el colectivo que elige a los monarcas de Oriente.

Donde se mete, se implica. Paco Moya pertenece a la especie de gaditanos activos. En los últimos cuatro concursos de agrupaciones ha sido dos veces presidente del jurado. Pero si por algo es conocido en la ciudad, es por su condición de presidente de la Asociación de Reyes Magos de Cádiz. El colectivo que dirige, con gran protagonismo en estas fechas, se encuentra en ebullición intentado que una vez más el próximo 6 de enero ningún niño se quede sin juguetes.

-Le gusta meterse en todos los charcos, ¿no?

-Donde estoy siempre intento participar. En 2005 me eligieron Rey Mago y me gustó tanto lo que hacía la Asociación de Reyes Magos, que quise seguir. Llevo cuatro años de presidente. Renové el mandato porque ahora, casi jubilado, tendré más tiempo para dedicarme. Me quedan dos años más, pero mi idea es dejarlo cuando acabe y dar paso a la juventud. Allí he conocido a gente muy buena y tengo una experiencia magnífica.

-¿Qué le ha aportado estos años la Asociación de Reyes Magos?

-Personalmente mucho. Sobre todo al ver las caras de felicidad de niños y niñas y de sus familiares al entregarles los juguetes. Además, que no nos equivocamos al 95 por ciento. Hombre, la picaresca existe y siempre existirá. Aunque el servicio que se hace a la ciudad tampoco es fundamental, porque no cubrimos una necesidad primaria, sí cubrimos un hueco. He conocido a gente que me ha dado mucho cariño. Siempre me ha gustado implicarme en temas de mi ciudad. Pero las cosas cansan, porque no es fácil encontrar dinero en estos tiempos. Al menos garantizamos siempre que los juguetes se van a repartir.

-Hay quienes no entienden que la Asociación se dedique a los juguetes y no a otras necesidades básicas.

-Si yo tuviera la decisión personal de qué hacer con el dinero, lo daría a las personas más necesitadas. Pero ese no es el objetivo, marcado por los estatutos, de la Asociación. Otra cosa es que a nivel personal piense que es más prioritario dar de comer que comprar una bicicleta a un niño. Pero son necesarias las dos cosas. Ya hay muchas asociaciones que se centran en esos objetivos. Nuestro sentido es que ninún niño se quede sin juguetes. Cada organización debe hacer lo que le corresponde y la nuestra cumple sus objetivos perfectamente.

-También se critica la forma de elección de los Reyes Magos y que el resultado tenga que pasar por el visto bueno de la alcaldesa.

-Lo entiendo, puede que no sea la fórmula más adecuada, pero estoy de acuerdo en que la alcaldesa tenga la última palabra porque elegimos a los Reyes Magos de la ciudad, institucionalmente. Además, nuestra misión principal es encontrar dinero y comprar juguetes para los niños. ¿Nombrar a los Reyes?, si mañana nos quitan esa misión nos daría exactamente igual. Seguiríamos con nuestro trabajo. Otra cosa es que algunos socios se fueran porque ese no fuera su objetivo. Lo que sí puedo asegurar es que nunca, nunca, la alcaldesa ha influido en la decisión. Siempre le llevamos la lista con los seis más votados y ella siempre respeta los tres primeros. Hay poca información. Los Reyes se eligen en asamblea democrática de los socios y los candidatos son propuestos por cualquier ciudadano. A ver quién mejora esta fórmula. Estamos abiertos a propuestas.

-¿Y las acusaciones de que se trata de una asociación elitista que solo elige a Reyes Magos con posibilidades económicas?

-Hay gente de todo tipo. Aunque pueda dar esa sensación, no ponemos ningún filtro ni somos un club elitista. Cualquiera se puede hacer socio. Ojalá hubiera mil socios detrás de nuestro trabajo. En otras localidades los Reyes son personajes conocidos. Aquí, lo mismo se elige a un periodista, a un cantaor, a un empresario o a un currante. Todos se tienen que buscar las habichuelas.

-¿Cómo se presenta este año la campaña 'Ningún niño sin juguetes'?

-Nos quedan algunas actividades benéficas que, si marchan como estos años, cumpliremos el objetivo de comprar todos los juguetes necesarios. La Asociación garantiza que los juguetes estarán.

-¿Se han incrementado las solicitudes de juguetes este año con el recrudecimiento de la crisis?

-Aún no tenemos el número definitivo que nos tiene que pasar la Delegación de Asuntos Sociales. Pero con las estimaciones de años anteriores y contando con un incremento natural, ya hemos ido al mayorista a apartar los juguetes.

-¿Qué otras aficiones practica?

-El golf, sobre todo. Soy socio del club de Campano. Es mi pasión. Me jubilo en abril y entre el golf y los Reyes Magos tengo la jubilación planteada. De joven jugaba al balonmano en el Balón de Cádiz. No lo hacía mal, la verdad. Y el deporte me dio la oportunidad de hacer amistades que aún conservo.

-Usted, que trabaja en Dragados, ¿tiene mano para agilizar la obra del segundo puente?

-Ya me gustaría, pero todo depende de los presupuestos. Además, yo no trabajo en obra civil. Como ciudadano tengo una conclusión muy clara: el puente se acabará dos meses antes de las elecciones municipales de 2015. El ritmo del puente, a pesar de lo que dice la ministra, es lento. El ritmo lo marca el dinero. Ahora mismo, en la parte del entronque del Río San Pedro no hay trabajando ni las moscas. Como el partido es el mismo en Madrid que aquí, pues saca uno sus conclusiones.

-A ver si le regañan, Francisco.

-¿Por qué?

-¿No está usted afiliado al PP?

-Estuve hasta hace ocho meses.

-Ah, ¿y cuál fue el motivo de su baja?

-Yo entré en el partido por amistad con Alfonso Pozuelo, que me pidió el favor de colaborar en tareas de la sede local en materia informática. Para ser consecuente, le pedí que me afiliara. Luego me di cuenta de que no tenía más recorrido cuando acabé mi tarea. No sirvo para estar de brazos cruzados. Quería aportar cosas, pero pienso que no aprovecharon mis ganas de trabajar ni mi situación. Siempre me gustó la política y pense que podía hacer algo por mi ciudad.

-Sonó usted incluso para entrar en la lista del PP para las últimas elecciones municipales

-Yo tenía ilusión por estar en la lista, lo reconozco.

-Con lo que dice, cualquiera puede pensar que entró en el partido solo con el objetivo de ser incluido en la lista.

-No, no entré en el periodo electoral. Mucho antes. Pero una vez dentro, fue una decepción no verme valorado. Pero seguí trabajando. Hasta que vi que no tenía nada que hacer ya dentro del partido.

-Retomando el segundo puente, ¿qué piensa de este proyecto?

-Ahora mismo no hay vuelta atrás y hay que terminarlo. Pero si me hubiera preguntado esto hace seis años, a lo mejor no le diría lo mismo. Aquí hay otras carencias. Y en Cádiz no caben ya más coches. No sé qué salida le van a dar a los coches que entrarán por El Corte Inglés. O reordenan el tráfico interior o lo veo complicado. Ojalá el puente atraiga a empresarios. El puente sí puede facilitar que la gente venga a comprar a Cádiz, cuyo centro histórico lo considero una gran superficie comercial con encanto.

-Ha sido usted una vez vocal y dos veces presidente del jurado del Concurso de Agrupaciones en el Falla. ¿Cómo fueron esas experiencias?

-Fui vocal en 2007, donde lo pasé bien, pero la mejor experiencia fue la de 2010 como presidente. Creo que hicimos un buen trabajo. Y fue el primer año en el que, después de mucho tiempo, se dio el veredicto de la final con el público dentro del Falla. No fue tan gratificante mi experiencia de 2012 como presidente.

-¿Por qué?

-Hubos cosas del Patronato que no logré entender. El secretario que pusieron, un buen hombre, Manolo Rojas, no estaba capacitado para un concurso tan estresante. Un miembro del jurado tuvo un desmayo y el Patronato pasó del tema. Sólo se preocupó Vicente Sánchez. Cuando terminó el Concurso ni se despidieron de nosotros. El protagonismo de muchas personas es máximo, no así las ganas de trabajar. No creo que vuelva a hacerlo, porque la falta de conexión es mutua. Y creo que ya he vivido la experiencia. Y dos veces.

-¿Cuántos carnavaleros le dejaron de hablar?

-Pocos, la verdad. Porque yo debato y entro al trapo de todo. Me criticaban, pero nunca me escondí.

-¿Sufrió algún tipo de presión política y censura durante los dos concursos en los que fue presidente?

-Lo digo a boca llena: jamás me ha llamado nadie ni me ha hecho comentario alguno con respecto a las puntuaciones o las decisiones. Creo que eso forma parte de la leyenda. Quizás ocurriera en otras épocas en las que el Concurso estaba más politizado.

-Usted ha vivido el Concurso desde dentro en los últimos años. ¿Tan mal está como para que dos comparsas de las punteras decidan salir sin concursar?

-En la forma no estoy de acuerdo, porque el concurso no está mal dependiendo de si gano o pierdo. No está tan mal, pero hay cosas que mejorar. En el fondo pueden tener razón. Porque el reglamento debe ser más abierto para que los protagonistas se luzcan, pero cada vez lo encorsetan más.

-¿Por ejemplo?

-Es una barbaridad lo del movimiento penalizado antes de empezar a cantar.

-Eso parece haberse corregido para el próximo Concurso.

-Sí, pero ahí está el problema. Cada año en el reglamento se cambian los fallos del anterior, pero jamás se remueve el caldo para que lo de abajo vaya arriba y lo de en medio se quede. Hay que hacer un estudio en profundidad. Y otra cosa que no entiendo es que todos los autores critican las normas, cuando son las que las crean o los que las pueden cambiar. ¿Qué pasa?, ¿que no van a las asambleas?

-¿Qué opina de la organización del Concurso?

-No estoy en absoluto de acuerdo en que lo gestione un Patronato aparte. Los recursos tiene que gestionarlos el Ayuntamiento. De todas formas, el Patronato no maneja dinero ni tiene operatividad por mucho que se reúna. Y sobre todo, no entiendo que los participantes sean juez y parte, que regenten el Patronato y hagan las normas. El Ayuntamiento debe organizar el Concurso, asesorado con las personas que entienden.

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