5 de abril de 1928. La Semana Santa ha comenzado en nuestra ciudad con una brillantez sin precedentes. Las sillas de la calle Ancha se ocuparon en su totalidad y los guardias municipales desalojaron al público que, como años anteriores, se agolpaba en zaguanes molestando a los abonados.

La tribuna donde hay que pedir la venia estuvo ocupada por los concejales Picardo, Carranza, Patrón, Pardo, Pemán, Mexía y el oficial Guilloto. A las seis de la tarde salieron conjuntamente de la iglesia de San Lorenzo las cofradías de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y María Santísima de los Desconsuelos y la V.O.T. de Nuestra Señora de los Dolores. Abría marcha una sección de caballería a la que seguía la Cruz de mano con dos grandes farolas. Tras las correspondientes secciones de cofrades penitentes y la presidencia oficial marchaba el impresionante paso de los Afligidos, iluminado a base de acetileno y cera.

A continuación desfilaban los penitentes que cumplen promesa y muchas señoras que cubrían su rostro con tupidos velos.

La banda de Salesianos marchaba detrás del paso de los Titulares. Después de otra sección de penitentes figuraba el paso del Cristo de la Expiración, escultura de gran mérito artístico. A continuación dos grandes farolas y el guión de la V.O.T. anunciaba el paso de esta cofradía que llevaba numerosas secciones de servitas penitentes.

El paso de Nuestra Señora de los Dolores lucía unos magníficos adornos con centros de plata y la milagrosa imagen de la Virgen llevaba valiosas alhajas. Todo un espectáculo.