Bicentenario

El obispo Zornoza cree que tenemos que aprender mucho de la historia

  • Expertos historiadores analizan el papel fundamental que tuvo la Iglesia en tiempos de la Constitución de Cádiz

"Tenemos mucho que aprender de la historia". El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Rafael Zornoza, inauguró en la mañana de ayer en el convento de Santo Domingo las Jornadas 'Recordar y Celebrar. La Iglesia en tiempos de la Constitución de Cádiz'.

Zornoza recordó el marcado carácter eclesiástico que tuvo la elaboración de la Constitución de 1812, no sólo porque muchos de los que estuvieron en Las Cortes de Cádiz pertenecían a la Iglesia, sino también en otros detalles como que al comienzo de cada sesión se celebraba una misa y al final de la jornada el Te Deum. Zornoza también se refirió en su intervención a las distintas colectas que se realizaron en las distintas parroquias para costear la estancia de los diputados asistentes.

Y en este sentido monseñor Zornoza mostró su preocupación por la presencia del cristiano en la configuración del mundo, del que dijo es "parte fundamental", como se demostró en 1812, de ahí que "tenemos que aprender mucho de la historia". Zornoza dijo que le gustaría que estas jornadas que se inauguraron ayer puedan servir para alimentar la intervención del cristiano en la sociedad.

Rafael Zornoza estuvo acompañado en la inauguración por el director de las jornadas y catedrático emérito de la UNED, José Antonio Escudero. Este dijo en su alocución que la Iglesia "ocupó un lugar central en este debate de 1812".

¿Y cómo era esa Iglesia en el Cádiz de la época?. De ello se encargó de darlo a conocer el catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Cádiz, Manuel Bustos Rodríguez.

Este hizo una radiografía general de la ciudad, donde se podía ver los bandazos que daba el censo de la población en los años previos a Las Cortes de Cádiz. Por ejemplo en 1791 había 77.500 habitantes, para una década después descender a los 57.837 residentes, mientras que durante Las Cortes alcanza los 90.000 habitantes gracias a todas las personas que se refugian en la zona y la migración que se produjo desde el campo. Eso hizo que hubiera hacinamiento entre la población por lo que las autoridades empiezan a a plantearse el crecimiento hacia extramuros, aunque de manera muy incipiente.

Cádiz también es una población netamente mercantil. Bustos expuso que sólo un 3% de la población se dedicaba al sector primario, "algo insólito en otros sitios". Entre el 24 y el 28% se dedicaba al secundario y entre el 69 y el 74% al terciario.

En aquel momento Cádiz tenía una diócesis de tamaño medio, aunque la capital era la que obtenía el 70% de todos los ingresos.

En el crecimiento que hubo en la Iglesia gaditana tuvieron mucho que ver los obispos Juan Bautista Cervera y José Escalzo Miguel "que son los que preparan a la Iglesia de cara a Las Cortes de Cádiz".

En aquel momento Cádiz tiene un clero joven, con el 52% de su censo por debajo de los 40 años. En Cádiz había en aquel entonces numerosas órdenes religiosas y resulta también importante el papel que juegan las estructuras benéficas y las cofradieras. Dos centros son muy importantes aquellos días: el de los dominicos que forman a muchos de los que después marcharon a América y la comunidad jesuita y su biblioteca en el Seminario, "una de las más importantes de España".

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