El Doce debe dejar huella, además de dinero. Un legado permanente que recuerde que esta ciudad, hace 200 años, fue el epicentro de un movimiento histórico de gran trascendencia. Para el futuro quedarán puentes, museos, carreteras... y negocios hosteleros. Eso es lo que pretende Pablo Alcántara, un joven empresario de 29 años que está convirtiendo el local que ocupara la peña de cazadores, en la calle San Francisco, en la cafetería-restaurante '1812'. Pablo, que vive justo encima de este espacio, aprovechó el traslado de la peña a las murallas de San Carlos para acometer "un proyecto que me vino a la cabeza viendo que Cádiz es una ciudad con mucha historia, pero no muy aprovechada". De ahí su empeño en un establecimiento temático sobre la Constitución de 1812, incluida la gastronomía típica de cuando las gaditanas se hacían tirabuzones con las bombas de los gabachos.

"Quiero que sea un pequeño museo en el que, justo al entrar a la izquierda, habrá una biblioteca con temas doceañistas en una especie de reservado para tomar café y leer con tranquilidad". Pablo Alcántara lo tiene todo muy estudiado para un local amplio, que además de lo que se ve desde la calle San Francisco tiene un patio interior que estará "adornado" y un salón-comedor privado. Decorarán el local los miembros de Artis Equipo Artístico, bajo diseño de Emilio Santander, quien explica que la decoración "está muy documentada en la época de 1812, con detalles que muchos gaditanos desconocen de aquellos tiempos".

No corren buenos tiempos para la inversión, de ahí que resulte meritoria la apuesta de este establecimiento. Alcántara pensó que la zona donde se encuentra el restaurante estaba huérfana de locales donde comer "a buen precio, con carta pero también con tapas, que están de moda". El hostelero quiere que los clientes "vengan con constancia, no una vez cada tres meses como si esto fuera prohibitivo. Sabemos que el poder adquisitivo del gaditano de a pie no es muy boyante y por eso nos adaptaremos a la situación económica". Y que lo diga. No hay más que ver la cantidad de currículums que llegan cada día a este local aún en obras. "Vamos a contar con gente muy experimentada, que en hostelería es algo clave", comenta. El restaurante abrirá en el plazo de un mes si todo transcurre como se espera. "Creo que cogemos una buena época como es el inicio de la temporada de otoño-invierno en el casco histórico", asegura. Precisamente uno de sus objetivos es apostar por el verano en el centro, a pesar del tirón de extramuros con la cercanía de las playas.

Cien plazas, aproximadamente, tendrá el '1812'. Para perpetuar la historia a través de los sabores, ni más ni menos.