BIAU 2012

"Habría que crear una nueva estética con otros parámetros"

  • El arquitecto, que recibe hoy en el Oratorio de San Felipe Neri el prestigioso premio a la trayectoria que concede la BIAU, habla del futuro inmediato del sector

El prestigioso arquitecto Juan Navarro Baldeweg -medalla de Oro al mérito de las Bellas Artes-, que en su día proyectó un Palacio de Congresos para el paseo de Santa Bárbara que nunca se construyó, recibe hoy el Premio a la Trayectoria de la BIAU. Tras la conferencia magistral que ayer ofreció en el Falla sobre la Biblioteca Hertziana de Roma, de la que es autor junto a otros grandes edificios como el Museo de Interpretación de Altamira, habla de su forma de entender la arquitectura, fusionarla con el arte y proyección de futuro del sector.

-Mañana -por hoy- recibe la distinción más importante que se concede en el ámbito de la arquitectura iberoamericana. ¿Qué siente?

-Es un honor. Es un premio muy amplio, internacional, que aglutina a todos los países de Iberoamérica, en el que se incluye una secuencia de nombres tan importantes como Niemeyer. Es un premio que hace referencia a nombres importantísimos y a toda la aportación de la arquitectura iberoamericana, con todos sus matices, sus diferencias nacionales y locales que, naturalmente, han enriquecido muy notablemente el legado de la arquitectura moderna europea. Y en este panorama agrandado me parece emocionante este premio.

-Estos días se habla mucho del futuro de la arquitectura en la rehabilitación y reutilización de los espacios, así como de reinventarse. ¿Cuál es su postura?

-Coincido. Se trata de establecer diálogos con lo hecho, pero, ¿cómo?. Seguramente hay estrategias específicas que conocemos a medias y que deben constituir un territorio de conocimiento donde se establezcan los mecanismos para para negociar con lo hecho. Tengo la impresión de que hay que crear una estética con parámetros muy distintos a las estéticas de los últimos seis o siete años. Hay que saber articular el campo semántico con los objetos ya creados.

-La BIAU se articula en torno a cómo el arquitecto transforma el entorno. ¿De qué forma lo concibe, como autor de una obra que dialoga profundamente con el entorno?

-Siempre digo que hay que dialogar con lo ya hecho pero cambiando el sentido a lo hecho. No me gusta la idea del contextualismo en que el arquitecto está supeditado al contexto, yo creo que el contexto hay que crearlo. La obra cambia el ambiente, entinta con una magia que antes no existía. Es decir, hay una visión de doble circulación, de la obra nueva a lo viejo y de lo viejo a lo nuevo, y es aquí donde debe producirse un cambio a mejor, con más brillo y más emoción en el conjunto de ambas.

-Haciendo un guiño a su faceta artística. ¿Le permite la pintura lo que no puede expresar con la arquitectura?

-En la práctica del arte entra en juego la temporalidad, que lo hace más rápido, a modo de laboratorio de investigación. Por eso la arquitectura se nutre del arte, porque la arquitectura no puede comprobar a esa velocidad. Y por eso le doy muchísimo valor al arte como lugar donde concurren ideas en ebullición, donde acaban saliendo aspectos que luego son aplicados en la arquitectura.

-Actúa en el arte de forma seriada y cuando alcanza el punto álgido lo reproduce. ¿Siempre sigue este proceso en su obra?

-En el arte hay mucho tanteo. Yo entro en un tema y lo exploro, hasta que llego a un momento en que se ha alcanzado lo mejor. Si no tengo esa intensidad, me pierdo.

-Usted proyectó un Palacio de Congresos en Santa Bárbara que finalmente no se construyó. ¿Cómo concibe la intervención en una ciudad de un patrimonio histórico tan rico como el de Cádiz?

-En el caso de este lugar, hay que tener en cuenta el horizonte, esa sensación atlántica que marca. Y luego, el horizonte más próximo en el concepto del espacio, en el interior. Es decir, tendría en cuenta el diálogo de estos dos tipos de horizontes extremadamente distintos. Y, por su puesto, la luz de Cádiz, que alumbra tanto la ciudad, y con la que se llega a unos interiores tan inmensos.

-¿Y qué opina del papel del arquitecto frente a la imposición política? ¿Cómo revierte en la arquitectura?

-La arquitectura depende mucho de las decisiones políticas. Pero estamos viviendo muchas dificultades. No sé si habría que esperar o crear una nueva estética más económica, más directa, con menos aplicaciones técnicas. En este sentido pienso que la creación de espacios en estos momentos pueden hacerse con pocos medios.

-Usted que ha ejercido la docencia durante tantos años. ¿Qué mensajes transmitiría a los jóvenes arquitectos que ocupan las aulas de las escuelas o acaban de salir de ellas?

-Creo que ahora hay que estudiar, dada la dificultad para trabajar. El desarrollo de su experiencia de la escuela en la vida real se está posponiendo, y ya hay mucha gente que trabaja en tesis doctorales. Es momento de que aprovechen para viajar, que no tengan miedo a salir del país, a abrir otras posibilidades de vida fuera. En ese sentido sí me duele que no se amplíen las becas de ayudas al estudiante, que es esencial, casi diría que es una obligación, una prioridad. Porque no puedes dejar a los jóvenes sin posibilidad de estudiar. La educación es lo más importante.

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