La VIII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo aterrizó ayer en Cádiz. Sus coordinadores, los arquitectos Ángela García de Paredes e Ignacio Pedrosa y Francisco Burgos y Ginés Garrido -que no acudió por cuestiones profesionales- llegaron a mediodía de ayer al Baluarte de la Candelaria, para hablar del trasfondo de este encuentro internacional que congrega a cerca de 700 arquitectos en la ciudad. El potente programa que han diseñado se desarrollará en torno a conferencias, coloquios, mesas redondas y exposiciones, así como al reconocimiento a la trayectoria profesional de muchos de sus grandes exponentes.

-La BIAU se desarrolla en Cádiz bajo el lema 'Estando la mar por medio', el mismo mar que nos separa y nos une a Iberoamérica. ¿Se puede hablar de algunos patrones de la arquitectura gaditana que fueron exportados en la época del colonialismo?

I.P. -Seguramente, puesto que Cádiz fue puerta de entrada y salida de todo el intercambio comercial y cultural que se producía entre América y Europa. Esto tiene que ver con el momento cultural de Europa, de un continente que estaba emergiendo y haciendo su propia afirmación en sus ciudades y sociedades.

-Hay tres aspectos que la BIAU ha contemplado del lugar donde se celebra. Cádiz como cuna de las libertades, Cádiz como punto de inicio de las afirmaciones nacionales americanas y Cádiz como modelo urbano. ¿De qué forma se materializará en los contenidos de la BIAU?

F.B. -Es difícil materializarlos, pero se ha intentado que Cádiz sea el soporte, por la ubicación de las exposiciones, de los actos y las actividades. La ciudad será el plano cero de los seiscientos inscritos e invitados, que podrán disfrutar de su estructura urbana y de su riqueza arquitectónica.

-¿Con qué expectativas os enfrentáis a la Bienal?

F.B. -En realidad esperamos que sea rica en ideas, que seamos capaces de producir unos debates sobre la actualidad de la arquitectura y sobre nuestro futuro lo suficientemente ricos como para que las personas que vienen aquí se sientan compensadas por su visita.

I.P.-No podemos olvidar que esto es una forma de celebración que, del mismo modo que se celebra el Bicentenario de la Constitución, celebra un esfuerzo continuado de mucha gente, de muchas administraciones, de muchos países. No es una fiesta que pueda tener un carácter frívolo de la arquitectura, sino que es la celebración de algo muy importante que repercute en la vida de las personas en muchos lugares y muchos sitios. Es el esfuerzo de muchos arquitectos y profesionales.

-Un encuentro para el reconocimiento que, además, es muy necesario para el sector en estos momentos tan duros que atraviesa.

I.P. -Nosotros estamos completamente convencidos de que este intercambio de conocimientos e ideas es bueno para todos, para quiénes lo aporten y lo reciben. Es un foro de enriquecimiento de las ideas sobre las ideas y sobre la habitación humana. Nuestra satisfacción estará en la consecución de una mayor difusión y mayor reconocimiento de las obras iberoamericanas.

-La arquitectura iberoamericana es uno de los centros neurálgicos del encuentro y muchos arquitectos españoles parten hacia América en busca de trabajo. ¿Pasa por aquí alguna de las claves de futuro?

A.G. -El vínculo que hay de la península ibérica con Sudamérica es muy importante, por la cultura y los idioma comunes que manejamos. Es una manera lógica y sencilla de transmitir las ideas sobre arquitectura entre profesionales de ambos lados, y este trasvase de ideas se está produciendo ya. Y no solo a nivel de trabajo, sino también de comunicación y conocimientos entre universidades. Ahora es mucho más sencillo que hace siglos porque la proximidad física no es indispensable y, claro, es la manera natural de conexión.

-También pasarán por Cádiz grandes figuras de la profesión.

N.F. -No hemos querido enfatizar en hacer homenajes a ciertas figuras, sino más bien queremos aprovechar las experiencias de los magníficos ejemplos de arquitectura que han producido un montón de magníficos arquitectos para establecer una conversación. Por la mañana sí es cierto que hay conferencias magistrales que incorporan reconocimientos a una trayectoria larguísima de algunos arquitectos. Pero en las mesas planteadas por las tardes se contará con grandes arquitectos para que compartan su experiencia de una manera colectiva, a través de su obra.

-Ante el emergente crecimiento de muchas ciudades latinoamericanas, ¿se puede hablar de unos parámetros comunes de la arquitectura iberoamericana?

I.P. -Creemos que una de las virtudes de la Bienal es que une cosas muy distintas, ciudades muy diversas, con un grado de desarrollo muy distinto. Y esto es lo que la hace más rica. Por eso queremos resaltar que no hay una solución única, que la arquitectura es flexible y es capaz de resolver problemas de muy diversa magnitud y escala en diversos lugares.

-¿Qué mensaje queréis transmitir respecto al futuro a toda la nueva generación de arquitectos que asisten a la Bienal?

A.G. -Deseamos transmitir a los participantes optimismo y esperanza. Por todo lo que es capaz de transformar la arquitectura, que es capaz de transformar la vida de las personas y mejora los espacios. Las claves no son tanto la nueva construcción, sino la apertura de un campo muy hermoso de trabajo que es la reutilización y conversión de edificios. Ahora estamos en un hermoso edificio que es el Baluarte de la Candelaria que se va a usar para unos encuentros de arquitectura y una exposición.