Cultura

La pornografía

En un mundo mejor. Directora: Susanne Bier. País: Dinamarca. Año: 2010. Duración: 110 min. Con: Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm, Ulrich Thomsen, William J. Nielsen, Markus Rygaard.

No nos van a creer, pero en En un mundo mejor se cruzan historias, y el azar es esa fuerza que desbarata los destinos humanos para luego recomponerlos y que todas las marionetas del guión aprendan de la fragilidad que gobierna sus días. El amigo Lombardo, aquí abajo, les habla de la moda Akin-Iñárritu-Arriaga-Haggis, y no hay por qué extenderse más en ello, sólo señalar que al triunfo de ese cine minusválido que todo lo confía al explícito guión literario y donde reina orgullosa la psicología barata (todos los personajes terminan sabiendo por qué hacen lo que hacen), Susanne Bier añade unas dosis de manipulación afectiva francamente increíbles -las secuencias del "hombre malo" africano y su pierna gangrenosa y la que corona el filme en lo alto de un edificio son para frotarse los ojos-. Es el viejo tema de la pornografía, que casi todos creen únicamente asociado en el cine al registro sin filtros del sexo y la muerte, cuando el quid de la cuestión habría que ponerlo en la manera en que se gestionan esas huellas, pues en el cine fotográfico, que siempre iguala ficción con documental, la dimensión estética depende de la inscripción verdadera de la realidad. Así, un cineasta -no europeo y fallecido- como Allan King puede filmar con dignidad el último suspiro de una mujer enferma de cáncer y emocionarnos y Susanne Bier, con sus muertos de cáncer, sus chicos psicópatas de vez en cuando, sus adultos comprensivos, sus operaciones en primer plano y sus africanitos saludando con las manitas, nos parece repugnante. Simplemente porque el cine, aún, no está para esto, porque ya existen los bestsellers de aeropuerto. Comolli dijo que el cine (documental y ficcional) tiene la misión de presentar la utopía de un mundo no indiferente, porque el cine absorbe el mundo y lo reemplaza por otro, y ahí yace su estética (y su ética): nosotros, desde luego, no queremos estar en el que propone Bier, tan ajeno a la vida, donde todo es más duro, las cosas no se entienden del todo, los sufrimientos no tienen fin, pero al menos el sol calienta.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios