Este esfuerzo aparece recogido en los planes estratégicos de la compañía para el periodo 2008-2010, presentados a finales del año pasado por el presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán.

Iberdrola considera la I+D+i uno de sus ejes de actividad y espera que el desarrollo estas tecnologías le permita afrontar problemas como la escasez de energía y el aumento de la demanda. Además, le permitirá crear valor añadido, mejorar la eficiencia y fortalecer su compromiso con el desarrollo sostenible, asegura.

La eléctrica tiene previsto destinar 140 millones a las áreas de renovables y al negocio liberalizado, a razón de 70 millones para cada una de ellas. Esta partido supone el 31% del total, frente a los 50 millones (22%) del negocio de redes y los 35 millones que irán a parar a otras parcelas, entre ellas las tecnologías de la información.

Las inversiones en el área de renovables se centrarán en la optimización de las técnicas menos desarrolladas, como la energía solar térmica, la biomasa o la energía marina, y la implantación de nuevas infraestructuras que faciliten el vertido a la red de la energía que se genera a través de estas fuentes.

En cuanto al negocio liberalizado, Iberdrola pondrá en marcha proyectos en áreas como la operación y el mantenimiento de las plantas de generación. La eléctrica aspira a mejorar la eficiencia de estas instalaciones y desarrollar tecnologías limpias que, entre otros aspectos, contemplen proyectos de captura de CO2.