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Economía

China suspende el mecanismo de parada automática de las bolsas

  • La decisión fue anunciada tras el segundo cierre anticipado de los mercados del país en su primera semana en funcionamiento, lo que ha causado turbulencias en todo el mundo.

Las autoridades chinas anunciaron la suspensión desde este viernes del mecanismo automático de parada de las bolsas en caso de movimientos bruscos, que ya ha cerrado los mercados en dos ocasiones esta semana causando turbulencias en todo el mundo. La decisión fue anunciada a última hora de la noche del jueves después de que este nuevo mecanismo, que entró en funcionamiento esta misma semana, haya causado ya el cierre anticipado de las bolsas chinas en dos ocasiones, el lunes y este jueves, en solo cuatro jornadas de aplicación.

"Actualmente, los efectos negativos del mecanismo son mayores que los efectos positivos. Por tanto, la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China decide suspender el mecanismo interruptor, para mantener la estabilidad del mercado", afirmó un portavoz del organismo, Deng Ken, en un comunicado divulgado por la agencia oficial Xinhua. El mecanismo entró en vigor con el nuevo año y estaba operativo a partir del lunes pasado, en la primera sesión de este ejercicio, dentro de una serie de medidas aplicadas por las autoridades para evitar los fuertes desplomes de julio y agosto pasados, que conmocionaron a las bolsas chinas y contagiaron a los mercados mundiales.

El sistema de interrupción establece que cuando el índice conjunto CSI 300 (que agrupa a 300 valores cotizados en las dos bolsas chinas, las de Shanghái y Shenzhen) baja o sube un 5%, se produce una parada automática de 15 minutos. Si tras la reanudación los movimientos fuertes continúan y se alcanza una variación del 7%, se suspende la sesión hasta el día siguiente. Sin embargo, la buena intención de las autoridades no contó con el temor de los inversores individuales, de los que en China hay unos 90 millones, y que vendieron acciones de forma masiva esta semana ante el temor a una oleada vendedora la próxima semana, lo que causó una auténtica debacle en las cotizaciones.

La explicación está en que el 8 de julio pasado, tras la primera semana de desplomes veraniegos, el regulador prohibió a los grandes accionistas (detentores del 5% o más de las acciones de una compañía) vender sus títulos durante un plazo de seis meses, plazo que se cumple este viernes, así que el lunes 11 podrían vender de nuevo. Eso supone que cerca de un billón de acciones quedarían desbloqueados, y aunque las autoridades no creían que hubiera ventas masivas, los desplomes de este jueves y del lunes se deben a la anticipación de los inversores individuales, que han preferido recoger beneficios antes de que sus acciones puedan perder valor la próxima semana en caso de que los grandes accionistas salgan al mercado.

El mecanismo interruptor "no está funcionando en la dirección que esperaba el Gobierno", destacó el experto en mercados financieros Rui Meng, profesor de Finanzas y Contabilidad de la Escuela Internacional de Negocios China-Europa de Shanghái (CEIBS). "Es un desastre artificial, porque está alterando las expectativas que tenía la gente", y cuando eso ocurre "no se sabe cómo va a responder el resto del mercado", añadió. Al final, los inversores individuales "intentan retirarse del mercado antes que los demás", lo que ha generado una masiva oleada vendedora, concluyó Rui.

El resultado de esta semana ha sido que el lunes las bolsas cerraron 92 minutos antes de su hora habitual, pero tras dos jornadas de relativa calma la sesión de este jueves apenas duró 27 minutos, de los que poco más de doce fueron de cotización real debido a la pausa forzosa de quince minutos.

La suspensión del mecanismo interruptor sigue a otra medida anunciada también por la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) para calmar el temor de esos pequeños inversores y estabilizar así los mercados. Se trata de una limitación de la capacidad de venta de títulos de los grandes accionistas chinos a un máximo del 1% del total de acciones de una compañía. De esta manera, estos grandes accionistas (que detentan el 5% o más de los títulos de una empresa) no podrán desprenderse de más de un 1% del total en un plazo de tres meses y, además, estarán obligados a anunciar al mercado sus planes de hacerlo con al menos 15 días de antelación.

Para Rahul Chadha, de la firma asiática de inversiones Mirae Asset, el final de la prohibición de ventas para los grandes inversores "anima a los pequeños inversores" a salir del mercado, según explicó en un comentario. Añadió que las acciones chinas están "sobrevaloradas" por lo que asistimos a "una corrección". En este contexto, un mecanismo de interrupción, aunque puede calmar los ánimos, también puede afectar negativamente a los mercados ya que limita la fijación natural de los precios de las acciones.

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