Agricultura de precisión

Los drones saltan al campo

  • Entre sus usos está la elaboración de mapas de abonado o riego variable. Un trabajo de la Universidad de Sevilla calcula en 500 euros el coste de un estudio completo sobre 45 hectáreas.

Los drones son la incorporación más llamativa de la llamada agricultura de precisión. Y si bien aún no es lo habitual salir al campo y ver a pequeños aparatos no tripulados sobrevolando los olivares o los trigales andaluces, lo cierto es que la agricultura de precisión sí que toma cada vez más vuelo y gracias a ella puede que los drones acaben por ser tan normales en el campo como lo es ahora ver a un tractor.  

 

La agricultura es un sector más donde los drones se están demostrando útiles aunque no es donde  más extendido está su uso: en los último años, han proliferado las empresas basadas en el uso de estas aeronaves no tripuladas, y si en 2014 en Andalucía sólo había siete operadores en el registro oficial de la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), en 2016 son ya 179 los operadores habilitados que se reparten por toda la geografía andaluza. Pero de todos ellos, según fuentes del sector, las empresas especializadas en servir a los agricultores de algo más allá de una foto de sus campos "se cuentan con los dedos de la mano". Por ahora. Y este "por ahora" viene porque éste es un fenómeno en crecimiento exponencial: el Ifapa ya está dando cursos por toda la geografía andaluza a los agricultores para que conozcan que les pueden ofrecer los drones a sus explotaciones; la universidad está incluyendo como oferta a sus alumnos de ingenierías agrícolas la capacitación para volar estos aparatos, y en muchos rincones de la geografía andaluza aparecen nuevas empresas o profesionales que ofrecen nuevos servicios con drones.

 

Manuel Pérez Ruiz, profesor e investigador de la Universidad de Sevilla y también socio de Agrosap, empresa de base tecnológica que nació como spin-off de las universidades de Sevilla y Córdoba, y pionera en agricultura de precisión y uso de drones, explica que  "la agricultura de precisión se basa en la utilización de un conjunto de tecnologías avanzadas como son: los sensores infrarrojos, térmicos y RGB, el uso del big data, los sistemas de navegación global por satélite (GNSS), los sistemas de información geográfica (GIS) o la maquinaria agrícola con capacidad de aplicación variable. Todas estas tecnologías se complementan para lograr un conocimiento profundo de lo que ocurre en cada punto de la parcela, y para permitir una actuación agronómica acorde a esa información, con una precisión de centímetros". Asimismo, dice que "una de las últimas incorporaciones a este abanico de tecnologías es la de los drones o UAV (Unmanned Aerial Vehicle), que están suponiendo una "pequeña gran revolución" en el sector agrícola. Estos vehículos se han introducido como plataforma móvil para la toma de datos mediante sensores ópticos. Con ellos es posible obtener imágenes de manera rápida y a un coste asequible para cualquier explotación profesional. Con esta información y mediante el uso posterior de un software GIS (Geographic Information System) para trabajo agrícola, se puede analizar la situación de un cultivo y crear "mapas" que son utilizados por maquinaria "inteligente" para realizar aplicaciones de forma precisa.

 

Sobre si el uso de esta tecnología es rentable o asequible para los agricultores en general Manuel Pérez Ruiz dice que "es difícil saberlo, pues son muchas las variables que entran en juego cuando se trata de hablar de la rentabilidad". Explica que "en trabajos colaborativos entre Agrosap y la Universidad de Sevilla, se han obtenido datos que sirven de aproximación y para que cada agricultor determine sus números. A modo de ejemplo, un estudio completo con toma de decisión incluida para el agricultor y para una superficie de 45 ha puede tener un coste de unos 500 euros".

 

Salvador Correa, director de esta misma empresa no duda del futuro comercial de los drones y tanto es así que Agrosap tiene una filial especializada, Dronsap que usa drones fabricados por ellos mismos. En cuanto a los trabajos que más les demandan los agricultores, Correa dice que entre los más habituales está la medición de temperaturas en cultivos de frutales -olivos y cítrico- para la gestión de riegos, o estudios de vigor de plantaciones  que hacen con cámaras especiales de infrarrojos con los que, por ejemplo, se mide en qué parcelas o en qué puntos de qué parcelas hace falta más abono y en cuales menos.  Entre los servicios que ofrece esta empresa a los agricultores está: mapas de aplicación variable de abono o de riego; tratamiento localizado de herbicida; detección de problemas (plagas, enfermedadades y encharcamientos); o estimación de biomasa.

 

Igualmente, José Alberto Burgos, director ejecutivo de Smart Flight, una empresa de "servicios dron" altamente especializada en agricultura de precisión mediante teledetección con sensores multiespectrales y termográficos -una de las que ha participado en las jornadas del Ifapa sobre drones-, dice que donde más se requieren estos servicios es en cultivos que necesitan optimizar la fertilización o los riegos. En cuanto a lo que esta empresa ofrece a los agricultores se puede resumir -pues tienen un amplio catálogo de servicios- en que "gracias a los mapas generados tras los vuelos, somos capaces de facilitar recomendaciones para la aplicación de abonados, de riego, planificar recogidas selectivas, detectar problemas estructurales, etc.". Asimismo, explica que lo que hacemos es "identificar las diferencias en las parcelas para aplicar el tratamiento óptimo sin necesidad de malgastar agua, abono, productos fitosanitarios y horas de personal. Las recomendaciones y mapas generados se entregan mediante uno de los SW cloud líderes a nivel mundial de gestión de cultivos, VisualNacert by Hemav y desde cualquier dispositivo (PC, tablet o móvil) se puede acceder a los entregables e incluso llevarlos a campo". En fin, grandes cambios se aproximan en el mundo agrario.

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