Regreso al lugar del flechazo, donde todo empezó. El muelle de la Sal, bajo el puente de Triana, tiene para los pioneros de Podemos la exaltación sentimental de aquella noche que fue la de antes de las europeas. Allí se fraguó lo que luego vendría e incluso ese atardecer de ayer con el sol cayendo sobre un río poblado de piragüistas, ciclistas por la ribera y canciones soul melosas por los altavoces le entregaba lírica al mitin inaugural de la bisoña formación política yendo por primera vez a tomar poder. “Joder que si podemos”, se escuchó en la tribuna. “¡Sí podemos!”, mil voces a una.

Y aunque la candidata es Teresa Rodríguez, este mitin con violines tenía mucho de ser el mitin de Íñigo Errejón, uno de los líderes nacionales, muñidor de la estrategia de campaña y, ayer, el hombre del momento, por el rejonazo que le vino de la Junta vía Universidad de Málaga. Esas cosas que pasan en las campañas electorales tan inoportunas u oportunas, según des o recibas.

Por tanto, ¿cuál era el hilo argumental diseñado por Errejón para Andalucía ahora que no hace el trabajo que la Universidad le encargó y que ahora le echa en cara? Mucho de emotividad. Errejón no dijo ni mú de lo suyo en el bonito estrado de aromas rockeros, pero fue aclamado al entrar y al salir por las dos mil personas que casi llenaban el muelle. Gente de todas las edades. Gente. Gente fue la palabra que más dijo ese chaval menudo que en cuanto abre la boca en un atril deja suelto a ese animal político que le habita. Errejón: “la gente no tiene miedo a la gente”. Y ellos son gente. 

Emotividad porque la candidata por Sevilla, Begoña Gutiérrez habló de sus hijos, porque Teresa Rodríguez habló de sus padres y porque hicieron todos un llamamiento a los mayores, que no les tengan miedo –“somos gente normal, no esa gente extraña que dicen por ahí que somos”, dijo Gutiérrez–.

La idea fuerza es recuperar las instituciones, no destruirlas, que no todo lo del pasado se hizo mal. “No hay que avergonzarse del pasado, pero para avanzar hay que cambiar el voto”, siguió Errejón en un guiño de mano tendida (también dijo muchas veces mano tendida) al voto inmovilista socialista. A lo que Teresa Rodríguez le siguió con posterioridad cuando dijo “al PSOE ya no le duele Andalucía”.

Y los símbolos. Errejón cree en los símbolos. Tras rememorar aquella tarde dulce del muelle de la Sal, animó a sus compañeros oradores a que invitaran a los andaluces a “reventar” el velódromo de Dos Hermanas, una demostración de fuerza el último día de campaña, que todavía queda. Ah, y el dinero, la colecta. “Sin dinero no podemos contar con las mismas armas que los que se financian con los filesas y los Gürtel”. El manual de campaña de Íñigo Errejón, por tanto, ya está en marcha.