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Adolfo González. Historiador y ex diputado nacional del PP.

"El bipartidismo es la verdadera garantía de estabilidad"

  • Ejerció la oposición contra los gobiernos de Zapatero en temas de educación, cultura y universidades. No tiene nada del andaluz indolente.

Dos legislaturas en el Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, donde ha sido vicepresidente de la Comisión de Educación y Ciencia, miembro de las Comisiones de Cooperación al Desarrollo y Cultura y portavoz para temas de universidades. Doctor en Historia de América, antes de entrar en la política activa fue vicerrector de la Universidad de Sevilla. Hoy contempla la actualidad como ciudadano de a pie. Adolfo González (Sevilla, 1951) ni siquiera milita ya en el PP. Defiende la gestión de Rajoy, el ideario del que fue su partido y el voto útil frente a "aventuras".

-Usted era ya profesor de Universidad el 4 de diciembre de 1977. ¿Cómo vivió la histórica manifestación andaluza?

-Participé en ella junto a un amigo. Fuimos con cierto recelo porque no había costumbre de manifestaciones masivas. Fue de las primeras veces que se cantaba lo de "¡un bote, dos botes!" con todo tipo de estribillos.

-De la Andalucía de 1977 a la de 2015 con elecciones anticipadas...

-La evolución ha sido compleja, con excesos por parte de distintos gobiernos a la hora de ceder competencias y también con casos de autonomías que no han utilizado bien su capacidad de gobierno y han generado una suerte de clientelismo.

-El PP denuncia en un vídeo que 32 años de socialismo en Andalucía son ya demasiados.

-Pues mire, yo doy clases de sistemas políticos. Y en politología se dice que es peor estar mucho tiempo en el poder que tener mucho poder durante poco tiempo, porque los vicios se acrecientan. La alternancia se tiene que producir, pero esto es muy sencillo, porque si uno llega al poder y logra mantenerse y el otro nunca llega, pues...

-¿Qué es lo que falla sistemáticamente en el PP andaluz?

-La comunicación, sin lugar a dudas. La comunicación es muy importante. También hay una falta de conexión con la población. Y la realidad revela que la dicotomía entre izquierda y derecha en Andalucía siempre termina favoreciendo a la izquierda.

-¿La figura de Javier Arenas ha beneficiado o limitado al PP andaluz?

-Es una pregunta de difícil respuesta. Con Arenas se alcanzaron los 50 diputados. Ahora parece que se está a años luz de esa cifra. Que Arenas dejara de estar en Andalucía en un momento dado no fue lo más adecuado. Su figura tiene claros y oscuros. Pero hay que admitir que ya quisiera Juanma Moreno llegar a los resultados de Arenas.

-¿Creer que el PP gobernará Andalucía alguna vez es una cuestión de fe?

-No, no. Es una realidad. Es una posibilidad. Pero para eso hay que cambiar la comunicación y contar con personas que sean capaces de generar tal cantidad de apoyos que se consiga la mayoría absoluta. Y en el PP las hay.

-¿Se refiere a Esperanza Oña?

-Sí. Desde mi lejanía del partido, creo que Oña es la persona más adecuada para el PP andaluz.

-¿Qué resultado debe obtener Juanma Moreno como para justificar su presencia cuatro años más al frente del proyecto?

-No menos de 40 diputados.

-¿Cree que Moreno debe dimitir si no alcanza esa cifra?

-Yo, al menos, me iría si no llegase a los 40 diputados.

-¿El PP andaluz es la perfecta Consejería de la Oposición?

-Esa expresión es muy triste. Parece que lo es, pero no es la aspiración del partido.

-¿Qué pensó cuando Rajoy designó a Juanma Moreno para la presidencia del PP andaluz?

-Me sorprendió. Creo que todos los partidos deberían mejorar los procedimientos de elección de sus candidatos.

-¿Cómo valora la decisión de Susana Díaz de adelantar las elecciones?

-Me ha parecido una torpeza, fruto del desquiciamiento general que hay en la política. Se están mezclando asuntos o intereses propios de unas elecciones generales con unas autonómicas. No se está hablando de los asuntos de los andaluces. El adelanto electoral no va a proporcionar la estabilidad que dice la presidenta que necesita, sino nuevos problemas. En el Parlamento de Andalucía van a entrar nuevos partidos políticos que no producen garantías de gestión. Defiendo el bipartidismo porque es la verdadera garantía de estabilidad y me resulta curioso cómo los partidos que quieren acabar con el bipartidismo, al final lo que quieren es gobernar en solitario y no fomentar la cultura de los pactos y el entendimiento entre distintas fuerzas. La prueba es que Podemos en Andalucía ha valorado mal una encuesta que les da una veintena de diputados porque no les permitiría aplicar su programa. El bipartidismo es estabilidad, lo demás es jugar con fuego.

-¿Qué es Andalucía para usted?

-Una región muy querida por mi y la región más atrasada de Europa, con los peores índices en casi todo, menos en cine últimamente. Es un tópico decir que Andalucía tiene una enorme potencialidad, pero es que es verdad. Ocurre que la gestión que ha afectado a Andalucía no ha sido la más idónea. Hemos contado con fondos de ayuda de todo tipo y seguimos siendo los últimos de la fila. Otras regiones que partían en una situación similar han sabido aprovechar las oportunidades.

-¿En sus años de diputado ha conocido a muchos compañeros que viven de la política?

-Sí. Es un mal en todos los partidos. Y eso no es sano, porque no se gestiona para el bien del ciudadano, sino con criterios de trabajador de una empresa que no quiere que lo echen nunca. No digo que estas personas no son necesarias, que lo son, pero en el ámbito orgánico de los partidos, no en los cargos públicos.

-¿Qué imagen se tiene de Andalucía en los pasillos del Congreso de los Diputados?

-Muy mala, de charanga y pandereta. Nos ven así todos y de todos los partidos. Somos un poquito despreciados. Ya lo dijo Pujol en un libro. He tenido discusiones por este asunto con diputados del PP y otros que no son del PP, porque no tenían conocimiento de Andalucía o lo tenían deformado. Esto me producía dolor. Nos echan la culpa de no haber progresado todo lo que teníamos que progresar. Curiosamente, los diputados andaluces tenían habitualmente intervenciones más brillantes que los del norte.

-¿Cómo ve el debate político actual después de ocho años en el Congreso?

-Veo muchos nervios y veo que se dicen muchas tonterías. Hay acusaciones desafortunadas, como la de que el Gobierno central provoca el caos en Andalucía. Todo fruto del desquiciamiento por un año cargado de elecciones.

-¿Citar a Rajoy en Andalucía es mentar la bicha?

-Sin duda. Y eso es injusto. Andalucía ha recibido estos años los mismos apoyos que las demás comunidades y en una coyuntura de penuria económica de la que ahora parece que se está saliendo.

-¿Le gustaría que Podemos fuese un fenómeno de corta duración?

-Sí, que tuviera el efecto de una gaseosa. Pero el problema no es Podemos, sino los grandes partidos tradicionales, que tienen que hacer bien las cosas. La Historia demuestra que el bipartidismo ha funcionado en las grandes naciones del mundo, en Estados Unidos, en el Reino Unido, en los países escandinavos... Se reduce todo a dos grandes opciones de enfocar la vida: el centro-derecha y el centro-izquierda. Si estas opciones no van bien, se producen los radicalismos. ¡Si el ministro griego de economía está apuntando ya la necesidad de convocar nuevas elecciones!

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