Mariano Rajoy. Presidente del Gobierno

"Andalucía necesita un cambio para crear empleo"

  • El líder de los populares entra en la campaña de las andaluzas para defender las opciones de su candidato.

Mariano Rajoy se ha implicado a fondo en la campaña de su partido para las elecciones andaluzas del 22 de marzo. Sabe que sin una posición sólida en la región sus perspectivas nacionales se ensombrecen y está dispuesto a jugar la carta andaluza con todas sus consecuencias, convencido de que su partido representa la única "opción real de cambio" en una tierra que no conoce la alternancia. El presidente del Gobierno recibe a este periódico en su despacho de trabajo del Palacio de La Moncloa, en cuyas paredes cuelgan algunas importantes obras de pintores españoles de las vanguardias del siglo XX. En una charla de más de una hora y media repite continuamente la palabra empleo y no entra ni una sola vez en cuestiones que pudieran interpretarse como ataques directos a Susana Díaz, aunque no duda en reafirmar las críticas a Pedro Sánchez que marcaron el Debate del estado de la Nación. Al lado de la mesa en la que se realiza la entrevista, una fotografía recuerda el que posiblemente sea el día más convulso de su ya de por sí convulso mandato: el momento en el que el rey Juan Carlos le entrega en La Zarzuela el acta de abdicación. 

-En el caso del PP andaluz estamos ante una situación paradójica. En el año 2012 las expectativas de gobierno eran muy amplias, y los tres primeros meses de Gobierno central estropearon esas esperanzas de Javier Arenas. Ahora nos encontramos en un caso contrario, hay una recuperación, pero las elecciones andaluzas van a ser antes. ¿Usted cree que la opción de cambio comienza a esfumarse en Andalucía?

 

-No, lo que yo creo es que la única opción de cambio real en Andalucía es el PP. Y, además, ya lo ha sido en todos los ayuntamientos de capitales de provincias, en los grandes municipios y en las diputaciones. La única opción de cambio en Andalucía es el PP, evidentemente.

 

-Entonces, ¿qué ha ocurrido?

 

-Hemos vivido una crisis económica muy grande y son los grandes partidos los que sufren. Yo estoy absolutamente convencido de que esto es transitorio. Aspiramos a obtener los mejores resultados posibles y a que los que nos dieron su confianza nos la renueven. 

 

-¿Por qué cree usted que es tan difícil desalojar al Partido Socialista en Andalucía, 35 años ya en el Gobierno andaluz? ¿Qué pasa en Andalucía que no pasa en el resto de España?


-Mire, de momento el PP ha conseguido ganarle. En las elecciones municipales, por una diferencia importante, en las nacionales y en las autonómicas, que también ganamos. Quiero decir que el PP ha ido dando pasos en la buena dirección, trabajando con mucha intensidad, mucho esfuerzo y, oiga, se trata de hacer las cosas cada vez mejor para poder conseguir eso. Andalucía es la única región de España donde no se ha producido jamás un cambio de Gobierno. Y probablemente necesita un cambio de Gobierno, y de un Gobierno como nosotros que haga reformas estructurales que puedan ayudar al crecimiento económico y a la creación de empleo. Es importante. Andalucía lo que necesita son tres cosas: crecimiento económico, empleo y la solidaridad del resto de los españoles. Y, sinceramente, yo creo que se puede hacer.

 

-¿Usted diría que hay un régimen clientelista en Andalucía? Es una cosa que ha dicho su partido…

 

-Yo no voy a entrar en eso. Yo no lo he dicho nunca, y yo digo lo que yo pienso.

 

-Las elecciones andaluzas son un poco laboratorio de lo que puede ocurrir en España en 2015. Y estamos viendo a partidos minoritarios, como Ciudadanos, que sin tener tradición ni ocupación territorial en Andalucía están ganando posiciones. ¿Ciudadanos es el Podemos del PP?

 

-Yo creo que las elecciones andaluzas no son laboratorio de nada, eso lo creo sinceramente. Y en España la gente se comporta electoralmente de forma muy diferente según cuáles sean las elecciones y según cuáles sean las regiones. Cada región de España tiene su propia idiosincracia. Oiga, y aquí hay un regla básica en democracia, que yo me aplico, y es el respeto absoluto a lo que decida la gente. Por tanto, esto no es un laboratorio de nada. Y como he dicho antes, Podemos u otras fuerzas políticas, antes era UPyD, o Ciudadanos, pues son fuerzas que pueden canalizar en un determinado momento el descontento social, pero es que al final no son partidos de Gobierno. Ésta es mi opinión. 

 

-¿Hasta el punto de poner en riesgo el sistema constitucional?


-No, el sistema constitucional no está en riesgo en nuestro país. Fíjese con qué normalidad institucional hemos hecho hace unos meses el cambio en la Jefatura del Estado. No nos damos cuenta, pero en los últimos 40 años España está entre los países donde más ha aumentado la renta per cápita. Éste es un dato verdaderamente increíble, lo que pasa es que tenemos una cierta tendencia a castigarnos a nosotros mismos y a decir lo mal que van las cosas. Voy a poner un ejemplo que se entiende muy bien. Cuando tuvimos el problema del ébola en España, una enfermera fue tratada en la Seguridad Social, y se curó. Y pagó el contribuyente español. El mismo día, una enfermera en EEUU entró en un hospital con un talón de 500.000 dólares. Tenemos 65 millones de turistas al año. ¿Y por qué vienen? Vienen porque hay sol, hay playa, porque es bonito, porque se come bien y también porque hay buenos servicios públicos, seguridad e infraestructuras. Entonces, hablemos bien de España. ¿Se puede mejorar? En todo, sin duda. Pero hablemos bien de España. A veces, siempre estamos en lo negativo. 

 

-Pero cierto es que hay un descontento social en España que, por lo menos las personas de nuestra generación, no habíamos conocido hasta ahora. 

 

-El malestar está justificado. En la legislatura de 2008 a 2011 se perdieron 3.400.000 puestos de trabajo en España. Y luego en 2012 y 2013 seguimos destruyendo puestos de trabajo. Pero no olvidemos que en una situación como ésta, España ha podido, y no bajándolas nunca, pagar nueve millones de pensiones. España ha mantenido una sanidad pública como hay pocas en el mundo. Una educación pública en un momento muy difícil. Y nos hemos mantenido. La gran clave de lo que ha pasado aquí es que perdimos 70.000 millones de euros de recaudación. Y, claro, cuando se pierden 70.000 millones de euros de recaudación, hay que ajustarse. 

 

-Presidente, volviendo a las elecciones andaluzas, nunca explicó por qué eligió a Juan Manuel Moreno Bonilla de candidato. 

 

-Se eligió porque lo quería la mayoría. 

 

-¿La mayoría de su partido?

 

-Sí, la mayoría del partido, claro. Pero hay una segunda razón y es que tenía unas ganas enormes de dar la batalla en Andalucía. Este señor estaba aquí, en Madrid, relativamente cómodo, era secretario de Estado, hacía bien las cosas, tenía experiencia política. Y renunció a todo porque quería dar la batalla. Realmente, tenía unas enormes ganas. Y en la vida eso es muy importante, porque cuando uno va a los sitios sin ganas acaba arrastrando los pies. Es un hombre que ha dado la batalla, que tiene ilusión y yo tengo mucha confianza en él. 

 

-A Javier Arenas al final no lo ha metido en el Gobierno, que es lo que muchos creíamos que haría.

 

-Con Javier Arenas tengo una excelente relación política desde hace muchos años. Los dos fuimos vicesecretarios generales del PP, y tenemos una gran amistad personal, que es una cosa distinta a la relación política.

 

-En el caso de Andalucía, tanto si gana el PSOE como el PP, parece que no va a haber mayorías absolutas. Parece que vamos a tener un Parlamento más dividido. ¿Usted sería más favorable a un pacto PP-PSOE o PP-Podemos?

 

-(Risas) Ya sabe que no acostumbro a adelantar acontecimientos.

 

-Lo que le quiero decir…

 

-Vamos a ver, todo el mundo se presenta a las elecciones con el objetivo de ganar. Le mentiría a usted si no le dijera que estoy contento con la mayoría absoluta en España. Creo que esto nos ha permitido hacer reformas que de otra manera no hubieran sido posibles. Bueno, hay lugares donde hay gobiernos de coalición, como en Aragón, donde estamos con el PAR, o en Asturias, donde no hay coalición pero estamos apoyando al Partido Socialista. Yo creo que es bueno, y es lo que ha funcionado en España, que haya un partido que gobierne y haya un partido en la oposición. Es lo que ha habido en España; unas veces se ha colocado en el centroderecha, otras en el centroizquierda, y ha funcionado, le ha dado estabilidad. Ahora, a partir de ahora, vamos a ver cómo se producen los acontecimientos. Pero me parece bien respetar siempre al que gana, que es lo que no ocurrió en Andalucía hace tres años.

 

-Apoyar a la lista más votada. 

 

-A mí eso me parece siempre muy positivo. 

 

-Pero es eso: en este caso, el más votado necesitaría apoyos. 

 

-Espero que seamos nosotros. 

 

-¿No cree que nos falta una cultura de coalición? ¿Que parte de la opinión pública tiene mal visto esto, como un reparto de sillones? 

 

-Yo, siendo vicepresidente de la Xunta de Galicia, tuve que gobernar así, y luego nosotros en la primera legislatura nacional, en 1996, tuvimos una coalición con tres fuerzas políticas en el Congreso. Y el PSOE también las tuvo en las últimas etapas de Felipe González, con acuerdos parlamentarios.


-Lo digo porque, desde los propios partidos, la acusación que se le hace al contrario es "vosotros es que vais a pactar con Podemos…".

 

-Yo no sé lo que hará el Partido Popular en Andalucía, pero yo creo que con Podemos no va a pactar.

 

-¿Y cree que el PSOE nacional está buscando un pacto con Podemos?

 

-Pues no lo sé. Yo tampoco debo meterme con el señor Pedro Sánchez. No sé, supongo que lo hará porque cree que eso es muy positivo para él. A veces creo que hay una carrera entre los distintos partidos para ver quién se mete más conmigo.

 

-Usted se ofuscó mucho con Pedro Sánchez en el Debate del estado de la Nación. 

 

-Yo no me ofusqué. Hice una intervención intentando explicar cómo estaba la nación, de futuro. Era una intervención seria, no porque la haya hecho yo, pero era seria y estaba bien construida. Pues al señor Sánchez, que no dijo nada, alguien le dijo que lo que había que hacer era decirme todas las atrocidades del mundo, incluso en las réplicas que traía escritas. En mi vida he ido con una réplica escrita a ningún sitio, pero, en fin, eso son cosas a las que hay que darle la importancia que tienen.

 

-Usted le llamó patético.

 

- Bueno, el problema no es lo que le haya llamado, sino si era cierto o no lo que le llamé. Pero no vamos a entrar en más detalles. 


-En Andalucía existe la impresión, en ciertos círculos financiero y económicos -que suele ser más proclives al pensamiento de derechas que al de izquierdas-, que ahora mismo el voto útil para Andalucía sería el de Susana Díaz. Y lo sería por dos razones, primero porque significaría parar a Podemos, y segunda porque el PP andaluz no está lo suficientemente preparado para gobernar en Andalucía. No le pido una valoración, simplemente un comentario.

 

-Ese viejo truco me lo conozco desde hace muchos años porque era exactamente el mismo que viví en 1996; y, luego, siempre que se celebraban elecciones municipales en Andalucía. Decían: "Hombre, claro, es que si no, entra IU y hay que darle…". No. El PP es el único cambio en Andalucía. Aquí, estar con estrategias y tácticas no tiene sentido.

 

-Se vuelve a hablar de eso.

 

-He dicho que en Andalucía se pueden crear 575.000 empleos y ponerla al nivel de empleo del resto de España. Y ésa es la mayor. Ésa es la batalla que hay que dar. Eso de si entra, quito, darle a Podemos… vamos a ver, yo a estas alturas de mi vida juego a la mayor. Y creo que en Andalucía es bueno un cambio político, es bueno aplicar reformas como las que se están aplicando a nivel nacional. Eso es el cambio de verdad. 

 

-Antes hablaba de Pedro Sánchez. ¿Cree que Susana Díaz sería una candidata con más carácter de Estado que Pedro Sánchez?


-No, yo ahí no quiero entrar.

 

-¿En las reuniones que usted ha tenido con Susana Díaz ha habido un sentido de Estado?


-No, no voy a hablar de Susana Díaz ni del señor Sánchez porque se me podría ocurrir alguna maledicencia, pero creo que no hace al caso. 

 

 -Año 2015, año electoral, primero Andalucía, luego las generales y, finalmente, Cataluña. Parece que han cambiado mucho las cosas electoralmente en Cataluña y no sé si alguien le habrá dicho que al final tenía usted razón.

-Es imposible que alguien diga que yo tengo razón en algo. 

 

-Hay una estrategia que sí le ha funcionado, la de no ponerse excesivamente nervioso, la de no cambiar la Constitución ya para dar cabida a los nacionalistas.

 

-Yo creo que actuamos con firmeza, y con proporcionalidad. Sinceramente. Y creo que debemos hacer un esfuerzo para entendernos, por hablar. Yo estoy dispuesto a hacer ese esfuerzo. Y el único límite que tengo es la unidad de España, la soberanía nacional, los derechos fundamentales de los ciudadanos y la igualdad y la solidaridad entre españoles. Ésos son mis únicos límites. Ahora, a un presidente del Gobierno no se le puede pedir que autorice un referéndum para liquidar la soberanía nacional. Ni yo ni ninguno lo iba a aceptar, fuera del partido que fuera; en la vida, nunca. 

 

-¿Usted sigue sin ver la reforma constitucional?


-No, y le voy a explicar por qué. Las prioridades de esta legislatura han sido las siguientes: primero, afrontar la crisis; segundo, resolver los graves problemas que tenían algunas administraciones públicas, que no podían ir a los mercados, y por eso creamos el Fondo de Liquidez Autonómica y el pago a proveedores. Eso era capital, porque como se nos cayera una comunidad autónoma, se caía el país. Esto ahora no se ve, pero eso era exactamente así. El tercer tema era Europa, que es donde se está produciendo la verdadera reforma de la Constitución española y de las demás. Fíjese usted el pacto fiscal o la unión bancaria. El Banco de España ya no supervisa a los grandes bancos. Y luego, le doy un cuarto argumento. Cuando uno quiere reformar la Constitución tiene que saber para qué. Eso es fundamental. Y ver con qué apoyos cuenta. Y, claro, reformar la Constitución para intentar parar los problemas que algunos nos querían generar en Cataluña y que, además, no se iban a quedar contentos, pues no me parecía lo más oportuno. Creo que en el momento político en que estaba, eso no era bueno. Creo que la Constitución se puede reformar, pero también que no es la gran prioridad de los españoles. Ahora, yo siempre he estado abierto. Yo de esto he hablado con el PSOE, sobre un modelo federal, claro, pero, oiga, ¿eso qué es? Es decir, ¿eso qué significa? ¿Que hay más competencias para las autonomías? ¿Menos? Éste no es un tema de eslóganes, es un tema de contenidos. Y sé que hay mucha gente que me ha dicho que yo era un inmovilista, pero los hechos demuestran que no es así. 

 

-¿Usted cree que en el caso de Cataluña ya no habría que hacer nada más sino dejar que lleguen las elecciones y que surja ese nuevo Parlamento?

 

-Yo creo que en estos momentos, en el momento de la legislatura en el que estamos, no tiene sentido abrir ese tipo de debates. El gran objetivo de lo que queda de la legislatura nacional es consolidar la recuperación y crear empleo. Es que no hay otro, ya no estamos para otras historias.

 

-Hay unas terceras elecciones para este año, cuya convocatoria depende exclusivamente de usted. Supongo que será este año. 

 

-Yo no hago piruetas.

 

-¿Por qué dice lo de las piruetas?


-Pues se lo voy a explicar. Este año, en España, si fuéramos serios, debería haber dos elecciones: las municipales y autonómicas, y las generales. Y si quieren adelantar los demás, póngalas con las municipales. ¿Qué es esto de tener cuatro convocatorias? Lo bueno hubiera sido que sólo hubiera dos, pero en fin.

 

-Porque la acumulación de elecciones, ¿interfiere o perjudica el proceso de recuperación económica?

 

-Bueno, yo espero que no, lo que pasa es que lo que ayuda a la economía es la estabilidad. Pero, bueno, yo creo que en estos momentos la economía está en una buena velocidad de crucero. Por primera vez nos están ayudando factores de fuera, y eso es bueno, el tipo de cambio del euro, el precio del petróleo, incluso algunas decisiones del BCE.

 

-Presidente, veíamos en el barómetro del CIS que de alguna manera la recuperación económica no se está notando aún en la calle. Incluso el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aclaraba que, aunque hubiese recuperación, la crisis no habrá acabado hasta que se venzan unas cifras de desempleo que aún son muy graves.

 

-Vamos a ver, las dos afirmaciones son compatibles. Es decir, en España hay una recuperación económica porque el año pasado, por primera vez en seis años, crecimos al 1,4% del PIB y, por primera vez en seis años, se creó empleo neto: 450.000 personas encontraron un trabajo. Hay, además, datos que hacen ver que esa recuperación es real: el aumento del consumo, de la inversión, la recuperación de la venta de automóviles, de las hipotecas, de las viviendas. Pero dicho esto, no habremos alcanzado el gran objetivo nacional hasta acabar con el paro. En el Debate del estado de la Nación dije que en España hay que volver a tener 20 millones de empleos. Eso se puede conseguir y ése es el objetivo. 

 

-No le puso usted plazo, pero hablaba de crear un millón de empleos entre 2014 y 2015, y quedarían unos dos millones.

 

-El año pasado se crearon 450.000 empleos, creciendo el 1,4%. Este año, en el que la previsión de crecimiento es del 2,4%, deberían ser alrededor de 550.000. Con lo cual, entre los dos últimos años de la legislatura, 2014 y 2015, un millón, y a partir de entonces se pueden crear, si hacemos las cosas bien y continuamos con las reformas, el resto, hasta llegar a los 20 millones, en la siguiente legislatura. 

 

-Pero la sensación que hay en la calle es que esos empleos no son de calidad. Los empleos que se están produciendo, no son los empleos que había antes de la crisis.

 

-Lo primero que hay que dejar claro es que se creen 450.000 empleos es una cosa buena. Y lo segundo es que yo, por supuesto, no estoy satisfecho. Y creo que hay que volver a los 20 millones de empleos y que se puede conseguir. A partir de ahí, el 75% de las personas que trabajan en España tienen un contrato indefinido, y es bueno ser conscientes de eso. Es decir, estamos en una situación mejor que la que estuvimos unos años atrás. Lo que hay también ahora son contratos indefinidos a tiempo parcial, que nos gustaría que se fueran convirtiendo poco a poco en contratos indefinidos a tiempo completo para el que quiera, pero creo que lo importante es tener empleo y lo importante es que ese empleo sea bueno. Pero es muy complicado lograrlo todo de golpe porque llevamos una temporada en España, realmente, tremenda. 


-¿Le ha sorprendido que en los datos del paro de febrero, que han sido bastantes buenos, la construcción haya tirado tanto hacia arriba?

 

-Pues mire, no me ha sorprendido porque la construcción llegó a unas cifras de pérdida de empleo verdaderamente dramáticas. Pero yo ya el año pasado anuncié que en 2015 la construcción iba a crecer. Bueno, no lo anuncié yo, fueron los datos del propio Banco de España, y tuve algunas conversaciones con el sector y me dijeron que efectivamente iban a crecer, y de hecho el aumento de afiliados a la Seguridad Social ha sido muy positivo.

 

-¿Y qué valoración hace usted de que el paro registrado en el conjunto de España se redujera y en Andalucía tuviera un aumento?


-Sobre Andalucía me gustaría decir varias cosas. Una ya la dije, y otra se la voy a decir ahora. El objetivo que yo fijo para Andalucía, y que creo que se puede conseguir haciendo las cosas bien, es que se deben crear 575.000 empleos. De hecho, el año pasado ya se consiguieron algo más de 100.000 empleos. Entonces se pueden conseguir en ese tiempo, entre estos dos años y los siguientes, los 575.000. Pero hay un reto que creo que debería ser el gran objetivo de Andalucía, pero de todos, del Gobierno de España, del Gobierno andaluz, de los ayuntamientos, de las organizaciones empresariales y de las sindicales. Andalucía tiene que hacer un esfuerzo para llegar al nivel del resto de España en desempleo. Es decir, tenemos que fijar un crecimiento de otro medio millón de empleos adicionales y ése es el objetivo en el que vamos a trabajar. 

 

-¿Y por qué cree que es tan difícil conseguir esa convergencia? Mantenemos un diferencial de paro con respecto a España de 10 puntos, pero además de modo casi tradicional. 


-Hay que ser ambiciosos y cuando unas políticas no sirven, hay que hacer otras. Hoy en día el empleo depende de muchas cosas, depende de lo que haga el Gobierno de España, depende de lo que hagan los gobiernos autonómicos y de la propia sociedad, que haya emprendedores, gente que quiera arriesgar, que haya crédito. Yo creo que trabajando todos y tirando todos del carro en la misma dirección se podría conseguir el objetivo.

 

-La presidenta de la Junta le ha pedido en varias ocasiones un plan especial del Gobierno central para Andalucía, precisamente por ese diferencial de paro.


-Nosotros hemos dedicado muchísimos recursos a Andalucía en materia de desempleo en estos tres años de legislatura. Son 2.000 millones de euros, y toda nuestra política ha ido dedicada a la creación de empleo. Ahora, claro, es un poco duro que no se dedique el dinero de las políticas activas de empleo de Andalucía a eso. Yo no voy a entrar en polémicas, pero que el año pasado no se haya gastado la práctica totalidad de los fondos dedicados a las políticas activas de empleo, me parece, en fin...


-¿Y por qué no se ha gastado? ¿Puede ser que la Junta es una Administración un tanto intervenida judicialmente por el caso de los ERE?

 

-Yo no sé por qué no se ha gastado, pero las demás comunidades sí lo hicieron.

 

-Presidente, hay una petición que se ha hecho mucho desde Andalucía que es la reforma del sistema de financiación autonómica. Había también un compromiso en aquella Conferencia de Presidentes de testar al menos cómo estaba saliendo esta.

 

-Sí. Vamos a ver. El acuerdo de financiación autonómica del año 2009 tuvo mi voto en contra. No se podía hacer en esta legislatura. Lisa y llanamente porque no teníamos dinero. Por esa razón. La prioridad era la que era, y fue la que les dije. La prioridad era la crisis, y segundo, resolver esos problemas del Fondo de Liquidez Autonómica y del pago a proveedores. Entonces es como tantas y tantas cosas en la vida, un gobernante tiene dos cosas sobre las que tomar decisiones, sus prioridades y sus tiempos. 

 

-¿En la próxima legislatura podremos ver un cambio del modelo de financiación?

 

-Sí. 

 

-¿Y tenemos algún criterio?

 

-No. Es muy prematuro... Lo más importante del modelo de financiación autonómica es que haya un acuerdo. Eso es lo más importante. Porque luego todo es opinable. Todo el mundo cree que no se le ha tratado tan bien como a los demás. Pero eso le pasa a los 17. No hay más forma de solucionarlo que con un acuerdo. Lo fundamental es que no perdamos el concepto de solidaridad entre españoles. Y creo que ése es el gran principio que hay que preservar en España. 

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