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Cinco llagas

El velatorio de los 'eres'

  • El Gobierno acorrala a la oposición. La sesión de control al presidente perdió su función de vigilancia. Moreno reparte carnés de buenos y malos andaluces como antes hacía Díaz

La bancada socialista, seria y afligida, escucha la intervención de la secretaria general del PSOE andaluz Susana Díaz.

La bancada socialista, seria y afligida, escucha la intervención de la secretaria general del PSOE andaluz Susana Díaz. / eduardo briones / europa press

Susana Díaz llevaba ayer un vestido blanco estampado, con un cierre negro a modo de crespón como si fuera su luto en el velatorio de los eres. En eso convirtió la coalición gobernante la supuesta sesión de control al presidente. Hace tiempo que este debate perdió su propósito original de vigilancia al Gobierno. Desde Griñán y Díaz los socialistas lo utilizaron para zaherir al Gobierno central -si no era de su partido- y para fustigar a la oposición. Con el gobierno del cambio ha cambiado, pero a peor: ahora el teatro dura el doble. En la era postsocialista hay barra libre en estas sesiones, tanta que ni siquiera respeta el horario la presidenta que ayer arrancó con trece minutos de retraso, tan campante.

La derecha gobernante ofició el funeral por el PSOE andaluz, al que pretende enterrar tras la sentencia de los eres. Nieto (PP) se dirigió todo el rato a los deudos, unos diputados socialistas mudos, serios y afligidos, y hasta les hizo el epitafio de su ciclo político. No llegó a decir el aznariano "¡váyase señora Díaz!", pero es lo que recomendó de manera caritativa a sus adversarios para que se recuperen. Moreno en su respuesta, también muy piadosa, definió la gestión socialista de la Junta como la del paro, los malos servicios públicos y la corrupción. Hubo responsos sucesivos de Romero, Moreno y Nieto. Romero (Cs) no defraudó y se marcó un discurso apocalíptico, para complacencia de Moreno y Marín que asentían sonrientes desde sus sillones.

Oficiado por Moreno, Romero y Nieto, PP y Cs prepararon ayer un funeral al PSOE andaluz Adelante Andalucía critica la influencia de Vox en las rebajas contra la violencia de género

Arrancó el portavoz de Ciudadanos con el análisis psicológico de los dirigentes actuales del PSOE andaluz, que practican según él la disociación, la proyección y la negación para ocultarse a sí mismos "la mayor corrupción de la historia de este país". Repasó las cifras de la sentencia de los ERE: se condenan 23 años de gobierno, una trama montada por 19 personas, 61 años de cárcel, 680 millones malversados… para concluir que este es el caso del PSOE. La diatriba no era una pregunta, pero le hizo una de pega al final al presidente: "¿qué repercusión ha tenido esta vergonzosa sentencia?"

Juanma estuvo a punto de decir eso tan franco de "me alegra que me haga esa pregunta", pero se contuvo. Fue su única contención, porque a continuación igualó a su socio en el lamento por "el bochorno, vergüenza, malestar y tristeza" que le produce "el mayor fraude por corrupción que hemos conocido en la historia de la democracia".

El presidente insistió varias veces en la gravedad de una corrupción desde las instituciones. Parecía querer establecer una diferencia con los casos Gürtel, Lezo, Palma Arena, Púnica y otros protagonizados por dirigentes del PP. Pero, claro, no los mencionó. Se concentró en los ERE para anunciar que exigiría responsabilidades civiles, contables y penales. Y prometió honestidad y transparencia en la gestión propia.

Después, en su intercambio con Díaz, la ex presidenta le espetó que el PP no tiene ninguna autoridad para hacer reproches de corrupción a los demás. Añadió que la derecha durante 37 años, antes en la oposición y ahora en el Gobierno, sólo sabe moverse en el fango. Que la anterior administración ha recuperado 86 millones de lo defraudado y que si todas las prejubilaciones son ilícitas por qué el actual ejecutivo las sigue pagando. Aquí tuvo un detalle de humor Juanma: le dijo a Susana que él no había hablado de los ERE, que era ella quien había sacado el tema, en su desesperación. Obviando lógicamente la media hora de traca que ya llevaba antes en los sermones del funeral que había cooficiado con sus portavoces.

En su último turno el presidente le dijo a Díaz que debería hacer autocrítica y que todos los grupos de la Cámara piden su dimisión. Aunque ayer ni Vox ni Adelante Andalucía aludieron a la sentencia ni al caso. El portavoz de Vox Alejandro Hernández lamentó el escrache que había sufrido su grupo en un acto en la Universidad de Sevilla a cargo de "gamberros peligrosos, de la extrema izquierda, de violencia selectiva". Calificó la acción como de odio e intolerancia y afirmó que los guardias de seguridad no intervinieron por orden del rector. Y propugnó que se firmasen protocolos entre las universidades andaluzas y las fuerzas de seguridad para que puedan intervenir en los recintos universitarios cuando "grupúsculos de vándalos" hagan actos así.

El presidente, muy condescendiente, le respondió que estos hechos son impropios de una democracia madura y que las autoridades académicas están realizando una investigación y aplicarán duras medidas. Se mostró preocupado por las porfías de odio relacionadas con la ideología y propugnó el respeto al discrepante. Su suave apoyo a Vox y la reprimenda moral a los autores del escrache no le permitieron criticar a su socio de investidura por el acoso que una dirigente nacional de Vox hizo hace unas semanas a los MENA bajo tutela de la Junta en el barrio de la Macarena o los boicots de ese partido a la lucha contra la violencia de género.

Sobre este asunto preguntó Ángela Aguilera. La portavoz de Adelante Andalucía le dio un repaso al discurso de Hernández: "se quieren meter con los caballos en la universidad". A Moreno le regañó por el desamparo a las víctimas de violencia de género que está haciendo la Junta por influencia de la extrema derecha. Relató ayudas eliminadas o reducidas como las de alquiler, orientación laboral, atención psicológica a niños… Y le preguntó qué es eso de la violencia intrafamilar. El presidente desmintió los recortes, reiteró su apoyo a la lucha contra la violencia de género, criticó las trincheras ideológicas en este campo… pero no contestó a la pregunta sobre la violencia intrafamilar, ni hizo mención expresa a Vox.

En su turno, Díaz preguntó sobre el retroceso en los servicios de sanidad, citas médicas para 2021, cierre de plantas, reducción de personal… Esta vez Moreno contestó, aunque de manera oblicua, presumiendo de los presupuestos más sociales de la historia y del aumento del gasto en sanidad, educación o dependencia. También, quejándose de la herencia recibida. Un juego de frontón ensombrecido por el funeral de Estado que PP y Cs le habían preparado a la ex presidenta a cuenta de la sentencia de los eres.

Hay una involución en estos debates del Parlamento andaluz. El PP y Ciudadanos tienen como primera prioridad atacar las terribles actuaciones de la anterior administración y como segunda hacer propaganda de los hercúleos logros del actual ejecutivo. Aquí no se controla al gobierno, es el gobierno quien controla a los demás: reparte carnés de buenos y malos andaluces, asegura que los demás perjudican la marca Andalucía y presume de lo perfecto que lo hace todo. Esto no es nuevo. Antes, el discurso de Romero&Nieto se parecía al de Mario Jiménez. Ahora es el discurso de Juanma el que se parece al de Susana.

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