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Andalucía

Los socialistas europeos acogen a Susana Díaz como el relevo de Sánchez

  • La presidenta comparte con Schulz, probable candidato contra Merkel, la estrategia centrista y mayoritaria de los socialistas frente a los populismosl Ya son muchos los que creen que el ex secretario general no dará el paso, mientras se sitúa cercano a las tesis izquierdistas de Pérez Tapias

L style="text-transform:uppercase">a traductora lo trasladó así: "El señor Sánchez se ha convertido en muy poco tiempo en una bella mujer". La galantería, mal o bien entendida, no ha desaparecido de la política italiana, así que Gianni Pittella, jefe del grupo socialista (S&D) en el Parlamento Europeo, recibió de este modo a Susana Díaz el miércoles pasado. El aludido señor Sánchez -se supone que Pedro Sánchez, el ex secretario general- aún no ha sido relevado al frente del PSOE, pero en ese cogollo europeo que es Bruselas se da por hecho que Susana Díaz será la sucesora, aunque ella no realizará su anuncio, si diera el paso, hasta después de la Conferencia Política del PSOE. La líder andaluza se sitúa en la misma estela de otros pretendientes europeos, caso de Martin Schulz en Alemania o Manuel Valls en Francia; no lo son aún, pero son los más probables.

El PSOE no es una excepción, los partidos socialistas están atravesando una crisis profunda. Los conservadores aguantan, pero la izquierda tradicional, la socialdemócrata, aún no ha resuelto cómo mantenerse a flote en medio de la marea populista. Cayó Pedro Sánchez, como ha caído François Hollande, que se retira de la carrera al Elíseo, y también se barruntan cambios en el SPD alemán. Hoy la mirada se dirige hacia Italia, donde Renzi podría caer víctima de sus devaneos con la democracia directa que propugna el populismo. En la gélida mañana del miércoles en Bruselas, el italiano Pittella le adelantó a Susana Díaz que él será el socialista propuesto por el grupo S&D para pelear por la Presidencia del Parlamento, vacante ahora que también se marcha Martin Schulz. El alemán deja su compromiso en Bruselas -tenía asegurada otra legislatura- para colocarse en la lanzadera de las elecciones a la Cancillería en 2017; entre él y el jefe del SPD, Sigmar Gabriel, hay un acuerdo. Si Gabriel quiere, Schulz se apartará; si no, el renano será quien compita con Angela Merkel el próximo año. Y si no es así, será ministro de Exteriores en el Gobierno de la gran coalición.

El liderazgo de los socialdemócratas está de mudanza, pero las estrategias de todos ellos se dividen en dos: o giro a la izquierda, caso que representa el británico Jeremy Corbyn, para taponar el crecimiento de los populistas o recuperación de la centralidad, como puede ocurrir en Francia y como pasa en Alemania, donde gobierna la gran coalición de la CDU de Merkel y el SPD de Gabriel. Éste, izquierda o centro, va a ser uno de los grandes debates estratégicos que el PSOE afrontará en los próximos meses y que debería de concluir en su Conferencia Política.

La gestora comunicará cuál es su calendario el 14 de enero, pero el cálculo es que la conferencia se celebre en primavera para que las primarias se produzcan en junio y el congreso, a finales de ese mes o en julio. Pero la cuestión está apuntada: si se trata de un proyecto como el que parece liderar Susana Díaz, centrado y refractario a Podemos, o el del Pedro Sánchez, favorable al acuerdo con los de Pablo Iglesias. Muy marcado por Izquierda Socialista. La última aparición de Sánchez tras su dimisión fue en Valencia, donde estuvo acompañado por el granadino José Antonio Pérez Tapias, anterior líder de esta corriente. El ex secretario general se marchó con el anuncio de que él quería un PSOE "autónomo del PP" y avisó de que esta legislatura sería la del "chantaje" si los socialistas favorecían la investidura de Mariano Rajoy.

Sin embargo, lo sucedido esta semana en el Congreso indica que el PSOE ha abierto una nueva vía entre el PP y Podemos, la de comenzar a gobernar desde la oposición. En vez de seguir a Pablo Iglesias, o de competir en excentricidades, Antonio Hernando se ha puesto a negociar, ha arrancado una elevación sustancial del salario mínimo, el entierro de las reválidas y de la Lomce y un aumento del techo de gasto para las comunidades autónomas. Puede ser un modo de romper el placaje al que le habían sometido el PP y Podemos. "Si al voto de Ciudadanos siempre hay que sumar algunos del PSOE, a regañadientes o de modo vergonzante, mejor será que nosotros encabecemos la negociación", explica un diputado andaluz a este medio.

El cambio de estrategia se ha producido. Los últimos sondeos, malos para el PSOE, indican sin embargo que sus electores no han emigrado a otros partidos, se mantienen a la espera. Es decir, Podemos sigue sin atraer al voto trabajador que era fiel hasta ahora al PSOE, los suyos son jóvenes preparados, de nivel medio o alto y de izquierdas.

Pedro Sánchez se ha vuelto a marchar, esta vez a México, donde participa en unas conferencias sobre movimientos progresistas, y donde iba a compartir mesa con Francisco Conejo, un peón de la dirección de Susana Díaz en Andalucía. En el PSOE andaluz hay cierto choteo con "la actuación estelar" -así se define- de Pedro Sánchez al otro lado del charco. Su próxima intervención será en Asturias.

No es la primera vez que Susana Díaz visita Bruselas como presidenta ni es el primer presidente de la Junta que viaja a la capital de la Unión Europea, pero su presencia ha levantado bastantes expectativas, tanto entre los corresponsales nacionales acreditados allí como entre los eurodiputados. Es esa expectación que crece cada día más sobre la posibilidad de que, en efecto, concurra por la Secretaría General del PSOE la que le ha abierto las puertas de las comisarías europeas.

La presidenta sólo estuvo dos días en la capital belga, el miércoles por la noche habló en una sede de socialistas españoles en Bruselas, cenó con los eurodiputados nacionales y el jueves se reunió con Schulz, Pittella y tres comisarios, los de Economía, Política Regional y la alta representante para Asuntos Exteriores. No son peones de la comisión, la rumana Corina Cretu maneja los fondos regionales; el francés Pierre Moscovici es el ministro de Economía, partidario de volver a la senda de las inversiones tras el periodo de austeridad y aliado de Draghi, y la italiana Federica Mogherini es la mujer llamada a evitar el vacío en la OTAN que desea perpetrar Donald Trump. No son comisarios menores.

Para algunos, sus críticos, la presidenta ha intentado una puesta de largo en Bruselas, una presentación ante la Unión, y algo de eso puede haber, aunque lo cierto es que la agenda que llevó a las reuniones era puramente andaluza. Básicamente, las infraestructuras que esperan una financiación del Banco Europeo de Inversiones (BEI), las obras del plan Juncker y el bloqueo a otros proyectos, como el de la línea férrea del puerto de Algeciras. Pero en política no hay nada neutro, ni mucho menos gratuito: Susana Díaz se reunió con los eurodiputados del PSOE, y el ex ministro José Blanco y Elena Valenciano no dejaron a la presidenta en cada uno de sus actos de la agenda no institucional. Blanco y Valenciano han estado en la pelea para desalojar a Pedro Sánchez y son potenciales aliados de Susana Díaz si diese el paso de las primarias.

Prueba de la expectación fue la intervención de la presidenta en una reunión del grupo parlamentario de los socialistas y socialdemócratas. Susana Díaz se incorporó a la misma reunión en la que Pittelli anunciaba a los suyos que pelearía por la vacante de Martin Schulz, habría un centenar de personas (son 189 eurodiputados) y, tras la intervención, preguntaron el jefe del grupo español, Ramón Jáuregui, además del alemán, el portugués, el italiano y el rumano. Ya Pittella había relacionado a Susana Díaz con el relevo en el PSOE, y el representante del SPD le agradeció que, en su intervención, recordase al canciller socialista Willy Brandt como un ejemplo de la vocación mayoritaria de partido que los socialistas debían recuperar.

La tesis de Susana Díaz es que, más allá de las alianzas en la izquierda, los socialdemócratas deben jugar en el centro, sin concesiones a los populismos. Los partidos europeos hermanos al suyo viven en un desconcierto mimético, un alto responsable del grupo le explicó que la crisis vivida en Madrid era similar a la de Bruselas, Berlín o París. La intervención también le sirvió a Díaz para comprobar cómo llegaban las noticias sobre Andalucía a otros rincones de la Unión, y es que el representante rumano le llegó a preguntar por la falta de agua potable en Doñana y el desplazamiento de la población local por esta carestía de lo básico.

El PSOE resolverá de cara a su Conferencia Política esta diatriba estratégica. En las filas socialistas comienza a cundir la opinión de que Pedro Sánchez no se presentará, finalmente, a las primarias, aunque podría promover a una tercera persona que se situase a la izquierda del partido, un tipo con un perfil parecido al de Pérez Tapias. No Patxi López, quien tras un primer amago en modo de tribuna en la prensa parece que se ha retirado. Lo que parece claro es que Susana Díaz no dará ningún paso hasta después de la Conferencia Política, la estrategia le aconseja mantener la duda hasta después. Incluso hay quien sostiene que, finalmente, la presidenta andaluza no será la única que se presentará a las primarias, que habrá pesos menores, pero sin posibilidades. "Parece que nadie quiere asumir la terrible situación en la que está el PSOE", resume una de las personas cercanas a Susana Díaz.

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