Servicio Andaluz de Salud

El SAS busca gobierno

Tres centenares de médicos se manifestaron el domingo en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía.

Tres centenares de médicos se manifestaron el domingo en el Palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía. / Efe

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) es un monstruo indomeñable que sigue buscando un gestor con habilidad de gobierno. Si el sector sanitario se convirtió en uno de los principales azotes de la anterior Administración andaluza, con un notable peso en la salida del PSOE de San Telmo, han sido los sanitarios quienes le han dado la puntilla al director gerente del SAS, Miguel Moreno Verdugo, cuyo cese después de diez meses en el cargo se hará oficial hoy en el Consejo de Gobierno.

Aunque los miembros del Gobierno de la Junta que se pronunciaron ayer asumen con naturalidad el recambio al frente del SAS, los síntomas que desprende la gestión de la salud en este primer cuarto de la legislatura no resultan esperanzadoras.

El PSOE, aprovechando la última oleada de protestas de los profesionales del SAS, lleva semanas pidiendo la destitución del consejero de Salud, Jesús Aguirre, a quien, de momento, protegen los mandatarios andaluces. No ha sido lo mismo con el director gerente del SAS.

El consejero de Presidencia, Elías Bendodo, dijo ayer sobre el cese de Moreno Verdugo que "ni es el primero ni será el último que se produzca" en el proceso de reestructuración de la sanidad andaluza, informó desde Huelva Óscar Lezameta. El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, quien desvinculó las protestas en el sector del cese, sostuvo la noche anterior en La Sexta que fue el mismo gerente quien había solicitado su marcha, aunque reconoció ciertas deficiencias en la gestión: "Soy el primero que reconoce que se están cometiendo algunos errores que hay que corregir".

Problemas en la gestión

El SAS, un organismo esencial en el engranaje del Estado de bienestar con unos 110.000 trabajadores en nómina, arrastra problemas estructurales desde hace lustros, pero fueron los recortes que acarrearon la crisis económica y financiera los que acabaron por romper el sostén asistencial de una estructura ya de por sí quebradiza. Y, a tenor de los datos y de las quejas de los profesionales que arrojan los primeros diez meses, el actual Gobierno andaluz tampoco está siendo capaz de acertar con la solución.

El PP concurrió a las últimas elecciones andaluzas con un programa que contenía una multitud de referencias a la salud: un "gran pacto sanitario", un "nuevo modelo de gestión", "agilización de los tiempos de respuesta en consultas e intervenciones quirúrgicas"... y presentar a los "profesionales" como "los grandes protagonistas de la reformas". También en el acuerdo de Gobierno del PP y Ciudadanos destacaba un apartado de medidas dirigidas a crear una "sanidad pública universal de calidad".

Protestas sindicales...

No están apreciando tal "calidad" en la gestión los sanitarios. Sus representantes sindicales acumulan semanas saliendo a las calles de las ocho provincias andaluzas para exigirle al Gobierno el cumplimiento de las promesas electorales: equiparación salarial con el resto de comunidades autónomas, subidas en las remuneraciones de las guardias, disminución de la precariedad laboral, remuneraciones en tiempo y forma de los planes de choque puestos en marcha, etcétera.

Y, a pesar de haberse mostrado comprensivo con las últimas demandas, los sindicatos no han transigido ante un consejero de Salud que llegó a liderar en Córdoba el Sindicato Médico y que, antes de entrar en el Gobierno andaluz, llevaba varios trienios ejerciendo una dura oposición a la salud andaluza e invocando, desde su posición de médico y de sindicalista, promesas y soluciones que no han cubierto las expectativas de sus iguales.

No han sido pocas las veces que los sindicatos han criticado la actitud del cesado gerente del SAS, quien llegó al puesto precedido de la vitola de ser el autor de los recortes de persona en la Junta de Castilla-La Mancha presidida por María Dolores de Cospedal. Los representantes de los trabajadores no sólo han lamentado las formas de la Gerencia durante las reuniones sino que se han visto sorprendidos por el desgobierno existente en el ámbito del personal y de los recursos en los hospitales y en los centros de salud.

... Y las cifras del desgobierno

Y quizá tuviera razón Marín la noche del domingo al desvincular el cese del gerente del SAS de las protestas sindicales, pues no han sido solamente las quejas de los profesionales. También han sido los números. La mejorable gestión ha provocado notables descuadres en cifras que en las últimas semanas han provocado cierta alarma.

A las mayores demoras en los tiempos de respuesta en cuestiones como consultas o intervenciones quirúrgicas que figuran en la memoria de las cuentas de 2020 se han unido desfases presupuestarios que han obligado a una reciente modificación de gasto en las consejerías de la Junta por un valor de 37 millones de euros y una paralización de obras en hospitales y centros de salud de 17 millones.

No han sentado bien los desórdenes presupuestarios generados por el SAS en el seno de la Consejería de Hacienda, que ha resuelto, en una decisión sin precedentes, controlar por sí misma y de modo pormenorizado los gastos de los centros sanitarios, evidenciando una escasa confianza en la conducción del SAS. De ahí la naturalidad del Gobierno ante el cese.

Reacción del PSOE-A

El PSOE-A volvió a exigir la destitución del consejero de Salud, Jesús Aguirre, tras la salida del gerente del SAS. El dirigente socialista Rodrigo Sánchez Haro pidió "un cambio urgente de rumbo en la política sanitaria del Gobierno andaluz", culpando a Aguirre de la "desastrosa gestión de la crisis de la listeria".

Reacción de los sindicatos

UGT-A consideró que el cese del gerente del SAS es "sólo un parche", mientras que desde CCOO-A interpretaron el relevo como “una oportunidad". Por su parte, CSIF-A sostuvo que “el cambio en la Gerencia no puede suponer solo la sustitución de una persona, pues es necesario cambiar la forma de gestionar y que se dé respuesta a la sanidad andaluza y a sus profesionales". El Sindicato Médico Andaluz abogó por que haya “un cambio de verdad".

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