Juicio a la parricida de Pilas

"No me he sentido culpable porque yo no he matado a mis hijos"

  • La parricida alega que un niño nació muerto y no recuerda el otro parto. Dice que tenía "miedo" a que su marido la obligara a abortar.

La presunta parricida de Pilas se declaró inocente y negó rotundamente que matara a los dos bebés que luego guardó en sendos congeladores en su casa. En la primera jornada del juicio contra Sara López Hernández, la madre de Pilas que está acusada del asesinato de dos bebés, ésta alegó ante el jurado popular que uno de los bebés nació muerto e intentó salvarlo, mientras que no recuerda nada del otro parto, ni siquiera que estuviera embarazada. "No me he sentido culpable porque yo no he matado a mis hijos", afirmó Sara López en su declaración, en la que en muchos momentos no dejó de sollozar y de asegurar que "adora a sus hijos" y quiere volver con ellos.

La acusada, que llevaba un vestido completamente blanco y una rebeca de color beige, se presentó ante el jurado como una víctima de malos tratos y llegó a afirmar que ocultó los embarazos porque "tenía miedo" a su marido y no quería que éste "la obligara a abortar", después de haber tenido dos abortos anteriores.

Sara López, que se enfrenta a una posible condena de 40 años por dos delitos de asesinato, explicó que "tenía miedo cada vez que escuchaba abrir la puerta", porque su esposo, del que ya está divorciada, "bebía mucho y cuando estaba bien había que estar bien", mientras que en otras ocasiones se peleaba y golpeaba las cosas, por lo que ella quería irse de la casa. "El maltrato no es que te peguen; es muy complejo decir me voy y hacerlo", dijo la procesada, que añadió que "a veces era infeliz" con su marido, pero "no le echa la culpa de nada" de lo ocurrido. Sólo tenía "miedo a que la obligase a abortar", porque una vez que se quedó embarazada le dijo que "lo matara".

Sara López afirmó que ocultó el embarazo del segundo bebé, el que nació el 24 de junio de 2011, porque "quería tener" el niño y pensaba que cuando alumbrara, si su marido no lo aceptaba, le diría que se marchaba de casa.

La procesada relató que la mañana del parto sintió una contracción y fue al baño, momento en que se dio cuenta de que iba a dar a luz. Por ello, decidió meterse en la bañera y la llenó, aunque con poca agua, "para que el bebé no se golpeara al nacer" y cuando el pequeño nació, lo sujetó, pero "el niño no se movía" y no tenía nada para cortar el cordón umbilical, por lo que lo presionó para evitar que perdiera sangre.

"No ahogue al bebé, intenté reanimarlo, lo movía, lo intentaba escuchar, pero no sabía qué hacer", lamentó la madre, que precisó que no tenía conocimientos para reanimarlo. "No es verdad lo que se está diciendo de que lo ahogué", aseveró una vez más entre sollozos.

Después de comprobar la muerte, la acusada decidió guardar el cadáver en una bolsa de plástico y depositarlo en el frigorífico de su vivienda porque, según dijo, "no estaba de acuerdo en enterrarlo", dado que nunca había enterrado a ningún ser querido. "Quería a mi niño y para mí es horroroso enterrar a alguien", afirmó la acusada, que dijo, a preguntas de su abogado, que su familia posee tierras y si hubiera querido deshacerse del cuerpo podría haberlo hecho sin problemas.

Cuando la fiscal le preguntó si a partir de ese momento continuó haciendo su vida con normalidad, Sara López respondió que "no se vive normal cuando se te muere un hijo, ese daño está ahí todos los días".

Con respecto al otro bebé, que fue hallado el 27 de noviembre de 2012 en un arcón congelador de la vivienda, la acusada sostuvo que desconoce que estuviera ahí y tampoco recuerda haber ocultado este embarazo, aunque sí señaló que a ella "no se le notaban" los embarazos.

La acusada reconoció que cuando su marido halló el primer bebé congelado, el 9 de noviembre de 2012, y la llamó a su trabajo en un geriátrico, le dijo a sus compañeras: "Mañana vais a pensar que soy un monstruo", una expresión que Sara López justifica haber empleado porque "es lo que piensa todo el mundo y es más fácil pensar lo peor".

Por su parte, el ex marido de la acusada, Francisco Antonio Huertas, describió ante el jurado cómo fueron los momentos en los que halló ambos cadáveres en el congelador y dijo que la primera vez, el 9 de noviembre de 2012, pensaba que lo que había envuelto en una bolsa era "carne de venado". El ex esposo declaró que alertó a un hermano, que es bombero, para que llamara a la Guardia Civil y luego telefoneó a la acusada preguntándole qué había hecho.

Cuando el 27 de noviembre descubrió el segundo cuerpo en el arcón congelador, el marido se quedó "congelado, frío", según puso de manifiesto en su comparecencia.

El testigo, que negó que tenga problemas de alcoholismo y definió a su ex mujer como una "buena madre", explicó que acompañó a su esposa en una ocasión a un aborto, pero asegura que desconocía que ésta se hubiera sometido a un segundo aborto. "El aborto fue de mutuo acuerdo", dijo el marido, que agregó que en alguna ocasión había bromeado con los amigos diciéndole a su mujer que "si tenía otro hijo la dejaba".

En los alegatos previos, la fiscal del caso, Gracia García Kromer, advirtió a los miembros del jurado popular que este juicio no es un caso de violencia de género, aunque "la defensa quiera llevarlo por esos derroteros", e insistió en que aquí no se juzga al padre de los bebés por malos tratos, sino a la madre por dos delitos de asesinato.

La fiscal recordó cómo la acusada dio a luz a una niña pocos días después de ingresar en prisión, un embarazo que también había ocultado a su esposo, una pequeña "que se llama Elena pero que debería llamarse Milagros, porque si el padre no encuentra los bebés en los congeladores, este bebé podría haber corrido la misma suerte que los otros", afirmó.

El abogado que ejerce la acusación particular en representación del ex marido de la acusada, Rafael García, insistió en que ambos bebés estaban "absolutamente indefensos" y señaló que no existe "ninguna denuncia de maltrato contra el marido", del que explicó que es un hombre "bastante rudo, un señor de campo que trabaja en la construcción y que dice las cosas como las siente, pero que no es culpable de esta señora haya cometido los asesinatos".

El juicio continuará hoy con las declaraciones de varios testigos y los informes de los médicos forenses que examinaron los cadáveres y que serán decisivos para determinar el veredicto.

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