Andalucía

El robo podría haber sido el móvil del crimen del Albaicín

En lo más alto del Carril de la Lona, en el Albaicín granadino, hay un carmen con un letrero que anuncia que allí se encuentra el Bar-Terraza La Lona. Desde fuera, las vistas son increíbles. La terraza se antoja un sitio estupendo para tomar algo mientras la vista se deleita con tanta belleza. El bar, ahora precintado, ya no funcionaba como tal desde hacía tiempo. Pero en ese carmen sí seguía viviendo una mujer, M. J. E. Como se sabe, el sábado, en torno a la una y media de la tarde, se encontró allí su cadáver con signos de violencia.

El mutismo policial en torno a la investigación del crimen es absoluto, pero hay una hipótesis que gana fuerza: alguien pudo entrar allí creyendo que podría robar algo. La mujer trató de impedirlo y murió en el intento.

M. J. E. tenía 45 años y una historia detrás, que incluye etapas no muy agradables, como su matrimonio, que no funcionó, o la separación forzosa de sus dos hijos -un varón y una chica, ambos ahora mayores de edad- que se quedaron bajo la custodia del padre por decisión judicial. ¿Por qué? No se sabe, o por lo menos ayer, en el barrio, la gente decía -o prefería- no recordarlo.

Vivía sola, pero a menudo se pasaba por allí su pareja, un hombre de nacionalidad sueca. Había confianza, tanta como para que tuviera llave yu entrara allí cuando quisiera.

Fue precisamente él quien el sábado por la tarde se la encontró en el suelo de una habitación, probablemente el salón. Le habían dado en la cabeza con un objeto contundente. El nórdico llamó a la Policía de inmediato.

Su acción le descarta por completo, o casi, como autor del crimen del carmen del Albaicín. Sobre el ex marido, que también fue interrogado, tampoco recaen demasiadas sospechas. Se le tiene por un hombre cabal.

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