Juicio a Bretón

La perito de la Policía reconoce su "error" y dice que los restos son humanos

  • Lamas señala que se supo que se había equivocado al ver unas fotografías hechas por Etxeberria. "Una vértebra me iluminó", dice.

La perito de la Policía Científica, Josefina Lamas, reconoció ayer ante el presidente de la sala y el Jurado Popular que "erró" en su primer informe, en el que concluyó que los restos eran de origen animal y que ya rectificó en septiembre de 2012. Lamas señaló que antes de realizar un segundo estudio de los restos, a petición del juez instructor, ya era consciente de su equivocación, ya que le "iluminó" unas fotografías de una vértebra que había realizado el antropólogo Francisco Etxeberria.

La perito de la Policía Científica, que fue la última en prestar declaración en la sesión de ayer, puntualizó que las imágenes realizadas por el doctor Etxeberria mostraban "claramente" que los huesos eran humanos. "Un axis me iluminó", reiteró. De este modo cuando el 24 de septiembre de 2012 vio por segunda vez los restos que ella misma recogió en la hoguera de Las Quemadillas ya era consciente de su "error", que rectificó ante el juez el 28 de septiembre del pasado año. Durante esa declaración, al igual que ayer, la perito señaló que los restos que extrajo eran "humanos", aunque durante ese proceso dejó en la hoguera otros restos que, según insistió, sí que eran de origen animal. "Los de naturaleza humana estaban frescos y los otros descarnados y secos", lo cual, según sus palabras, "demuestra que es esa hoguera se quemaron partes blandas". Tras el segundo análisis, Lamas llegó a la misma conclusión que Etxeberria, es decir, que los restos pertenecían a dos menores de dos y de seis años aproximadamente.

Lamas, que en ningún momento pidió perdón por las consecuencias que pudo tener su error en la investigación sobre el paradero de los niños, además tuvo que enfrentarse a las preguntas de la letrada de la madre, centradas en conocer el motivo que llevó a la perito a su equivocación. En este sentido, insistió en que el estudio de los restos lo realizó en las dependencias de la comisaría de Córdoba tan sólo "tres horas después" de que concluyese la recogida de las muestras en la hoguera y sin contar con los mismos medios que tiene a disposición en su laboratorio de Madrid. "En Madrid lo hubiese estudiado con otras personas, de una forma más tranquila, con más medios como una lupa de gran aumento y con huesos de comparación o bibliografía", insistió. En este sentido, además aseguró que el comisario que en aquel momento estaba al frente del caso, Manuel Piedrabuena, le "prohibió" que analizara los restos fuera de las dependencias policiales de Córdoba. "A mí me ordenaron que los restos los estudiara en Córdoba. Hice lo que consideré conveniente, pero no dentro del entorno apropiado para analizarlos", reiteró.

En su segundo informe, que lo realizó en las dependencias del Instituto Nacional de Toxicología en septiembre de 2012, la perito confirmó que todas las muestras eran idénticas a las que recogió de la hoguera, aunque reconoció que no se encontraba en su caja una de las piezas: la muestra número 8. Durante la vista oral, los expertos han coincidido en que este resto se ha podido "pulverizar" durante los traslados de la caja que portaba los restos hasta llevarla a Madrid o durante un análisis al que fue sometida para comprobar si se utilizaron sustancias acelerantes para avivar el fuego. Al respecto, la perito insistió en que no encontró ningún resto de esa pieza en el fondo de la caja que la guardaba. Asimismo, dijo en que en ningún momento nadie le ha ofrecido hacer un examen de forma conjunta con el doctor Etxeberria.

Las acusaciones de la perito fueron más allá cuando, ante un público expectante, aseguró que dos agentes de la Policía habían "manipulado" la hoguera la noche del 8 de octubre, tras su hallazgo. "La hoguera se manipuló porque se alteró el escenario; se cambiaron elementos de lugar", dijo. En este sentido, la perito se refirió a una azadilla y a un palo que el día 8 de octubre se encontraban junto a la hoguera y que, con posterioridad, se cambiaron de ubicación. Incluso, aseguró que los propios agentes al "remover" la hoguera provocaron una llamarada horas después de la desaparición, debido al movimiento de las ascuas.

La declaración de Josefina Lamas aún guardaba más sorpresas. Ante las preguntas de la defensa de Bretón, la perito se refirió a un "rumor" o "comidilla de patio de vecinas" que surgió en la comisaría de Canillas a finales del mes de agosto. Así, ofreciendo todo tipo de detalles, la perito dijo que se rumoreaba que los restos óseos hallados en la hoguera "se habían ido de copas", ya que, tal y como explicó, se rumoreaba que se le habían mostrado al doctor Etxeberria en un bar con anterioridad a que realizara su estudio el 14 de agosto.

Ante esta acusación Francisco Etxeberria negó que este episodio hubiese tenido lugar. "Es rigurosamente falso que viese los huesos antes de que el juez instructor ordenase que se me mostraran los restos", insistió con incredulidad por las palabras que acababa de escuchar. "No vi los huesos y menos en un bar", concluyó.

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