El campo onubense ha comenzado ya a sufrir de forma directa los efectos negativos de la denominada crisis del pepino. Así lo confirmaron ayer algunos agricultores de la costa occidental y las patronales agrarias Asaja y Freshuelva, que confirmaron cancelaciones de pedidos, bloqueo de camiones o, como en el caso de Francia, el veto para la entrada de productos en Europa, por lo que la situación comienza a ser "crítica".

Además, la crisis está contribuyendo, según coinciden en señalar los representantes de las principales patronales agrarias onubenses, a dañar la imagen de nuestras producciones. Eso se traduce en una bajada del consumo por parte de los países europeos y, consecuentemente, en una caída en picado de los precios. Freshuelva comunicó ayer mismo que la crisis había precipitado el final de la campaña.

Los productos onubenses más afectados, si las autoridades europeas no logran cerrar a tiempo la crisis, podrían ser el resto de frutos rojos (moras, fresas y arándanos), las frutas de hueso (ciruelas, melocotones y nectarinas), y los cítricos, cuyas campañas o se están iniciando ahora o se encuentran en plena producción, según los casos.

El sector en bloque ha solicitado a las autoridades españolas la adopción de medidas contundentes encaminadas a concretar de forma urgente los resultados de los análisis practicados a los productos afectados por la bacteria E. Coli. Exigen que se solicite una rectificación por parte del Gobierno alemán para recuperar la confianza de los consumidores europeos en los productos agrícolas españoles, así como pedir compensaciones por los daños comerciales que a los mismos se está causando.

Según apuntó el gerente de Freshuelva, Rafael González, "aún es pronto" para cuantificar las pérdidas que como consecuencia directa de esta crisis están sufriendo los agricultores onubenses, "aunque estamos trabajando en ello porque desde el pasado fin de semana el asunto nos está afectando bastante".

De lo que sí está seguro el gerente de Freshuelva es de que de los 200 millones de euros diarios que como consecuencia de la crisis está perdiendo el sector a nivel nacional, según la Federación Española de Productores y Exportadores de Frutas y Verduras, Fepex (a la que pertenece Freshuelva), "una parte corresponde al campo onubense, que es lo que estamos ahora valorando".

González mostró su "indignación", ya que "se aprovecha cualquier resquicio como estrategia comercial de desprestigio contra nuestros productos ante la imposibilidad que tienen otros países productores de competir con nosotros en calidad, prestaciones y seguridad".

Asaja-Huelva también dio la voz de alarma y exigió en un comunicado a las autoridades españolas y europeas el cumplimiento de las normas de la Unión, ya que según sus responsables ningún país miembro puede vetar la entrada de productos de otro sin instrucciones expresas de la Comisión Europea.

Y es que según esta patronal agraria la crisis afecta ya a productos onubenses como ciruelas, arándanos, nectarinas y melocotones, "que están bloqueados en las fronteras de Holanda, Alemania, Francia, Italia o Polonia" o a la frambuesa, ya que el Reino Unido, país para el que prácticamente se cultiva ex profeso, "están cancelando pedidos". Y todo ello "con el interés de especular y sacar réditos de la desgracia española".