Andalucía

Los pacientes quieren participar en la consulta pero no se les da pie

  • El 60% de las personas que reciben asistencia sanitaria quieren tomar parte junto a su médico en la toma de decisiones, aunque los profesionales no se lo facilitan

Si la sanidad pública es de la gente, ¿por qué la gente no participa en su gestión? Ésa es una de las preguntas que plantean en algunos entornos periféricos del activismo ciudadano preocupados por la erosión de la legitimidad de los elementos básicos del sistema de protección social, entre ellos la asistencia sanitaria pública. Y, a tenor de los datos que aporta un estudio realizado entre 658 pacientes de Andalucía, La Rioja y Cantabria, parece que ese planteamiento tiene una cierta base: la mayoría de la gente (un 60%) quiere participar junto a su médico en la toma de decisiones.

El trabajo de investigación en cuestión acaba de publicarse en la revista Atención Primaria y está firmado en primer lugar por Roger Ruiz Moral, de la Unidad Docente de Medicina de Familia de Córdoba. Junto a él participan además otros siete especialistas en Medicina de Familia de Córdoba, Santander, Logroño, Málaga y Jaén. La base del estudio es una encuesta realizada a la salida de las consultas de 97 médicos de 58 centros de de salud en la que participaron 658 pacientes. Se trataba de hacerse una idea de la visión de los pacientes sobre su participación en la toma de decisiones en el contexto asistencial.

En general, los pacientes están contentos con la manera de llevar su caso concreto: el 94% está satisfecho con la toma de decisiones respecto a su situación clínica y un 40% aproximadamente entiende que la responsabilidad de identificar e indicar la mejor de las opciones disponibles es sólo de su médico. Pero esa actitud, entendida como la natural en un contexto paternalista que empieza a dejar atrás la propia cultura de la práctica sanitaria (ciencia y arte al mismo tiempo), ya no es mayoritaria. El 60% restante de ese grupo de pacientes quieren saber más, quieren entender los porqués, quieren participar. Refieren, tras pasar por la consulta médica, según las conclusiones del estudio, que "les habría gustado opinar sobre las opciones planteadas, pero que el médico no les animó a ello". Incluso ofrecen algunas ideas al respecto cuando se les pregunta por este asunto, a pesar de que "perciben que sus médicos raramente les ofrecen estas oportunidades de participación".

No hay queja de la labor de los médicos. Pero la gente quiere participar. Eso significa que la situación descrita en este estudio habla de un cambio cultural más que de un problema organizativo. Un cambio que quizá indique a los gestores de la sanidad pública que el personal (o, al menos, una parte) no quiere ser pastoreado. Y, si saben leer el mensaje, tendrán que concretar el significado del concepto de valentía política. Porque tendrán que ceder poder a la gente al organizar la asistencia sanitaria.

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