Los agentes de Policía encontraron en la mañana de ayer el objeto con el que presuntamente un menor de 16 años acabó con la vida de un joven de 29 años en la calle Gonzalo de Berceo de Huelva la noche del pasado miércoles: un destornillador habría llegado a clavar repetidas veces en el tórax de la víctima. Los investigadores de la Policía Científica llegaron al domicilio del presunto homicida alrededor de las 12:30 fuertemente custodiados por los antidisturbios. Tras una inspección que duró alrededor de media hora salieron portando algunos objetos -entre ellos dicho destornillador- y acompañados por el padre del menor, al que trasladaron con ellos en un vehículo policial. El juez de Menores de Huelva decretó su ingreso en un centro de internamiento.

En la calle, grupos de personas observaron la escena en medio del silencio tenso, sin querer hacer declaraciones o bien lamentando que la calle vuelva a ser conocida, después de algún tiempo de tranquilidad, por un hecho violento.

Entre las pruebas recabadas por la Policía en el domicilio familiar del menor está, entre otros objetos, ese destornillador, con restos orgánicos y de sangre, con el que la noche antes el joven de 16 años habría asestado varias puñaladas al hombre de 29 años en el transcurso de una discusión.

El suceso tuvo lugar cuando uno de ellos estaba arreglando una motocicleta en la calle y el otro se acercó presuntamente para increparle. Se inició entonces una disputa durante la cual el menor agarró el destornillador y le asestó las puñaladas en el pecho que acabaron con la vida del hombre en presencia de varios testigos.

Tras el suceso, que tuvo lugar alrededor de las 22:50, fue el padre de la víctima quien lo trasladó al hospital en el coche "porque veía que se desangraba", comentó un testigo de los hechos. El joven falleció en el Juan Ramón Jiménez a las cuatro de la madrugada.

En cuanto al trasfondo que pudiera haber desencadenado el altercado, fuentes policiales señalan que la discusión que desembocó en el apuñalamiento se podría haber producido por una cuestión banal no motivada por ningún asunto de calado, pero sí sospechan que el enfrentamiento entre ambos vecinos no sería nuevo, ya que ambos habrían protagonizado rencillas en el pasado.

Tras el apuñalamiento, el menor huyó a refugiarse en su casa paterna. Cuando llegaron al lugar las primeras patrullas de la Policía, los agentes encontraron a "cientos de personas" rodeando el edificio en el que se encuentra vivienda y a una veintena de ellas en el interior, tratando de derribar la puerta del piso. Los agentes apaciguaron a los vecinos más nerviosos y detuvieron al menor, que fue trasladado a dependencias policiales.

El defensor del menor, Jesús Maeztu, quiso transmitir el mensaje de que es necesario "desjudicializar los conflictos con menores, es decir, arreglar los casos con mediadores, a través de medidas extrajudiciales frente a la cultura del miedo y la tensión". Maeztu insistió en que hay que prevenir para detectar a tiempo los conflictos y evitar que se desarrollen conductas violentas".