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Andalucía

La jubilada que promovió el mecenazgo

  • Una mujer contactó con la rectora de Málaga para ofrecer su ayuda

Una jubilada malagueña, residente en la capital malagueña con dos hijos y dos nietos, decidió hace unos días realizar un llamada que puede cambiar la vida de muchos universitarios. Sin imaginarse la trascendencia de su impulso, se ha convertido en la principal propulsora del mecenazgo social del que los alumnos de la Universidad de Málaga podrán beneficiarse a partir de este año. Al teléfono, y prefiriendo ocultar su identidad, asegura que no dudó ni un momento en ponerse en contacto con la rectora de la UMA, Adelaida de la Calle, para comentarle su iniciativa: ayudar a los estudiantes a continuar con su formación.

"Contacté con ella porque quería que alguien luchador y con iniciativa pusiese en marcha algo tan necesario", comenta a esta redacción.

"Soy de las que piensan que instaurar los microcréditos puede facilitar aún más la tarea del estudiante, desde FP hasta la universidad". Mantiene que ha hablado incluso con un economista y que por eso se lo comentó a la rectora.

Consciente del esfuerzo de muchas familias al enfrentarse a los pagos de las matrículas universitarias, recuerda que ella también tuvo que pagar los estudios de su hija. Para ella el secreto es tener la cabeza muy bien amueblada, "hacer muchos números", y sobre todo, estar dispuesta a todo. "Cuando trabajaba de asesora comercial, si me tenía que levantar a las 05:00 y acostarme a las 00:00 lo hacía. Todo trabajo, toda hora extra era buena, allí estaba yo", afirma. "Si mi hija ha necesitado sus libros y otro material para ir a clase, antes o después lo ha tenido".

Terminando cada una de sus frases siempre con una sonrisa, no duda en reafirmar que tiene un sentimiento "innato" de ayudar a los demás. Cuenta que conoció a un joven que quería ser fisioterapeuta, pero sus padres no podía costearle la carrera. Durante un largo periodo de tiempo estuvo trabajando como albañil para poder viajar a Madrid y pagar su formación. "Ya es fisioterapeuta, tiene una pequeña clínica, y todo gracias a su trabajo y esfuerzo. Por gente así quiero luchar yo". Incluso destaca cuando envió ayuda a una misionera australiana que estaba de misión en México, y ni la distancia impidió que su apoyo llegase hasta allí. "Si se quiere, se puede".

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