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La FP dual arraiga en Andalucía tras una era de marasmo

Jóvenes asisten a unas jornadas sobre FP dual en Málaga organizadas por Bertelsmann.

Jóvenes asisten a unas jornadas sobre FP dual en Málaga organizadas por Bertelsmann. / Javier Albiñana

Si nunca puede ser señal de buen augurio que tres de cada diez andaluces menores de 25 años sean incapaces de encontrar un trabajo, menos lo es aún que apenas la mitad de los jóvenes mantenga una actitud de búsqueda activa de empleo. El paro juvenil es un mal endémico en España y en Andalucía.

La consecuencias sociales de esa realidad suponen una rémora no sólo para la población juvenil, quienes han crecido en un sistema cegada por las hipotéticas bondades de la titulación universitaria: una cantera de parados y de trabajadores cada vez más sobrecualificados.

El modelo formativo y laboral de España difiere del de Alemania, Dinamarca o Austria, cuya población juvenil registra un paro por debajo del 10%. La clave, según la nómina de expertos, se encuentra en el sistema. Si en los países antes mencionados, más de la mitad de los adolescentes opta por el régimen dual de formación profesional, en Andalucía está por debajo del 3%. La tendencia, sin embargo, tiende al crecimiento.

Inserción laboral del 50%

La dual es una modalidad de formación profesional en la que el centro educativo y la empresa en la que los alumnos hacen las prácticas se corresponsabilizan de la educación. El joven simultanea el centro educativo y la empresa en programas que van mas allá de las tradicionales prácticas y que cuenta con una inserción laboral de más del 50%.

Y, pese a la enorme diferencia de la red empresarial que existe entre Alemania y Andalucía, son ya unos 6.000 alumnos los que en el curso 2019-2020 han elegido la FP dual en la comunidad andaluza. Si las estadísticas dan en el clavo, unos 3.000 jóvenes estarán trabajando después del trámite de la finalización de la etapa formativa.

Evolución histórica de la FP dual en Andalucía. Fuente: Consejería de Educación. Evolución histórica de la FP dual en Andalucía. Fuente: Consejería de Educación.

Evolución histórica de la FP dual en Andalucía. Fuente: Consejería de Educación. / Dpto. Infografía

Más alumnos y más empresas

Andalucía no es Alemania ni el País Vasco, donde la FP dual suma no pocos lustros de desarrollo. En Andalucía, la FP dual propiamente dicha dio comienzo en el curso 2013-2014. En seis cursos, la evolución ha sido notable. De los 207 alumnos que se matricularon entonces en esta modalidad educativa y laboral han pasado a 5.001 el curso pasado.

Tampoco es desdeñable la evolución de las empresas vinculadas a este género formativo: las 87 entidades que acogieron en aquel momento a jóvenes en sus instalaciones se han convertido en 3.282 en el curso 2018-2019, según los datos aportados por la Consejería de Educación.

Un refuerzo para la prospección de entidades

La actual administración educativa de la Junta ha puesto en marcha para los últimos dos meses de 2019 un proyecto para seducir a un mayor número de empresas a la causa de la FP dual, un plan que cuenta con fondos finalistas cofinanciados por la Unión Europea. Se trata de 3,5 millones de euros que servirán para remunerar por primera vez en la historia de Andalucía a docentes de los centros educativos para concertar proyectos con las entidades a razón de 40 euros a la hora.

Andalucía no acaba de alumbrar una ley de Formación Profesional adaptada a los tiempos. El Parlamento hizo el intento en la anterior legislatura, pero el periodo legislativo se truncó de la noche a la mañana. La futura norma contemplará un apartado destacado para la modalidad dual. El objetivo es estrechar el vínculo entre los centros, los alumnos y la pequeña y mediana empresa. En el fin son todas alabanzas.

Pioneros de "buena voluntad"

La modalidad dual de la formación profesional vio la luz en Andalucía en el curso 2013-2014, aunque hay docentes que se anticiparon a Big Bang. Sin apenas medios, sin recursos ni siquiera reglamentos, estos pocos pioneros abrieron el camino en el convenio de proyectos entre centros educativos y empresas, altruistamente y con la sola brújula de su voluntad.

Pedro Barco, profesor del IES Alixar del municipio sevillano de Castilleja de la Cuesta, es uno de esos pioneros. Habla con este periódico durante un descanso de las jornadas de preparación que la Consejería de Educación ha organizado para formar a prospectores, profesores que de modo remunerado estarán durante dos meses buscando empresas para futuros proyectos duales.

A Barco nunca le pagaron. Amor al arte o mero compromiso, este profesor de Informática no cree que la alta inserción laboral de la FP dual sea sólo un mito. Tampoco comparte la crítica que se lanza desde ciertas opciones políticas acerca del fomento de la precariedad laboral que propicia esta modalidad formativa.

Barco admite que, durante el periodo de prácticas, los salarios de los alumnos es escaso –si es que existen–, pero, aclara, es el único modo de que las empresas admitan estos proyectos. "Esos alumnos serán al final los mejores candidatos. Conocen la empresa y la empresa los conoce a ellos; eso ahorra los procesos de selección", sostiene Barco.

Pedro Cecilia, profesor valenciano de Artes Gráficas en el IES Llanes de Sevilla, con 31 años de experiencia, comparte la anterior opinión: "La opción dual debe ser sí o sí", resume. Además de criticar el escaso incentivo de las administraciones, Cecilia no cree que la FP dual sea un modo de volver al antiguo orden del aprendiz-maestro: "Me gusta más el concepto de la formación técnica con los medios adecuados", dice este docente que lamenta que el plan se haya limitado a la confianza en la "buena voluntad" del profesorado.

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