Andalucía

El federalismo de Griñán avala la "nación de naciones" sin privilegios

  • El presidente andaluz asegura que "la única barrera infranqueable será la igualdad entre los españoles". El texto propone limitar el concierto fiscal al vasco, obviando la petición catalana.

Diversidad en lo territorial e igualdad en lo económico y social. Así podría resumirse la idea de España que transmite el documento sobre federalismo que el líder socialista andaluz, José Antonio Griñán, encargó en el mes de octubre pasado a un grupo de expertos, y cuyos resultado se presentó ayer por la tarde en el Parador de Carmona, el mismo lugar donde se elaboró el primer Estatuto de Andalucía. El libro, confeccionado por varios catedráticos andaluces de Derecho Constitucional, Financiero y de Hacienda Pública, ha sido elaborado por la Fundación Alfonso Perales; no por el PSOE andaluz, pero será en buena parte asumido por este partido y trasladado a la dirección nacional para lo mismo. Al acto acudió el ex ministro Ramón Jáuregui, la persona a la que Alfredo Pérez Rubalcaba ha encargado la organización de la próxima conferencia política del PSOE, y a él se dirigió Griñán cuando dijo: "A partir de este documento, los socialistas andaluces haremos nuestra propuesta, que no es cerrada ni es dogmática; sólo habrá una barrera infranqueable: la igualdad de los españoles vivamos donde vivamos". En cierto modo, era un mensaje no sólo dirigido hacia su propio partido, sino también a aquellos que reclaman, como la Generalitat de Artur Mas, un concierto fiscal especial para esta comunidad. De hecho, el documento no sólo descarta que cada comunidad pueda tener su propio cupo al estilo de los vascos y navarros -derechos forales-, sino que propone "actualizar el régimen foral en su dimensión financiera", de tal modo que los servicios que se prestan allí no sean superiores a los del resto de España.

De hecho, el catedrático de Constitucional de la Universidad de Granada Gregorio Cámara, que es quien ha coordinado los trabajos, definió la Disposición Adicional Primera de la Constitución -la que permite a los gobiernos vasco y navarro recaudar casi todos los impuestos, y pagar al Estado sólo una parte (cupo) por las competencias no transferidas- como un "anacronismo" que necesitaría de una "actualización" para calcular mejor cuánto dinero aportan las dos comunidades forales al resto del país. Hay diversos estudios del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que indican que, en determinados años, el País Vasco ha sido un receptor neto de fondos del Estado a pesar de ser una de las comunidades con la renta per cápita más alta del país. La reforma de la Constitución que proponen estos expertos pasaría por una disolución de las Cortes y la convocatoria de un referéndum debido a su contundencia.

Pero si el documento de los técnicos asegura bien la igualdad económica y social entre los españoles, es bastante novedoso, y atrevido, en cuanto a la concepción del Estado, una España federal y cooperativa, que es concebida como una "nación de naciones" donde cada "ente federado" -en principio, las actuales comunidades autónomas- quedaría citado en la Constitución con la denominación por ellos elegida. El libro cita, textualmente, "por ejemplo: Comunidad nacional de Cataluña". "Las unidades federadas -se explica- podrían conservar el nombre de comunidades autónomas, en parte para dar continuidad a la nomenclatura de los últimos 30 años. No obstante, si se quiere marcar una censura simbólica, podría reconocerse su identificación como Estado miembro". Es decir, que el texto, al menos a modo de apunte, podría satisfacer nominalmente, algunas de las reivindicaciones de los nacionalistas.

No obstante, y a pesar de que el documento considera a España como una realidad plurinacional, subraya que no se justifica que a cada nación le corresponda un Estado, sino que mantiene al "federalismo pluralista" como el crisol que sostiene unida esa diversidad.

Tal como explicó Gregorio Cámara en su presentación, la diferencia entre el federalismo y la actual España de las autonomías, que es, al menos, un Estado federalizante, es que la Constitución de 1978 no recoge el deseo del pacto federal, sino que esto ha devenido como uno de los desarrollos posibles de la Carta Magna. Se trataría, según sus palabras, de otorgarle "legitimidad de origen", además de la que tiene por su proceso en sí.

Al acto de Carmona asistieron dos ex presidentes de la Junta: Manuel Chaves, que ha participado en la elaboración del documento, y Rafael Escuredo. No estuvo José Rodríguez de la Borbolla, que últimamente ha venido marcando distancias con este proceso de la dirección del PSOE andaluz. Buena parte del actual Gobierno de Griñán se sentó en una de las salas del Parador, donde se reunieron casi dos centenares de personas. En cierto modo, el acto en sí también es un paso más en el liderazgo que Griñán está tomando en el seno del PSOE a nivel federal.

El libro de los expertos se fija en las constituciones de otros estados federales, pero, en especial, en la de Alemania, de donde copia el modelo de Senado como una verdadera Cámara territorial y el concepto de igualdad entre los españoles. Así, el texto cita al artículo 106 de la Ley Fundamental de la República Federal de Alemania, que garantiza "la homogeneidad de las condiciones de vida dentro del territorio federal". Los autores sostienen que esa "homogeneidad" se refiere sólo a las condiciones de vida, y nunca a la pluralidad de culturas y lenguas, que el federalismo propuesto mantendría tal como está en la actual Constitución, si no más.

Del mismo modo, el Senado propuesto es similar al alemán, donde estarían representados los gobiernos autonómicos, y el número de componentes no sería de más de cien personas. Esta Cámara, muy distinta al Congreso, discutiría y debería de aprobar aquellas leyes federales como implicación en las autonomías. Además, tanto el texto como el propio Griñán mantienen que los ayuntamientos son la pieza básica de la democracia, y dejan la puerta abierta a que la reforma Constitucional elimine las provincias para que sean los llamados "entes federados" los que organicen los poderes locales. Ello daría cabida a la organización en comarcas o a la supresión de las diputaciones.

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