El joven de 26 años Rubén Romero de la Torre, natural de San Fernando y que falleció a primera hora de ayer lunes, fue una de las personas que el pasado sábado se acercó a la marisquería Grimaldi, en la calle Libertad de Cádiz, y pidió un bocadillo de "tortilla casera". La misma que provocó la intoxicación de otras 34 personas por salmonela. Trece de ellas están hospitalizadas con un cuadro de fiebre, vómitos y diarrea, pero ninguna de ellas se encuentra en estado grave.

Pero el joven no murió como consecuencia directa de la salmonelosis. Fuentes del Hospital Universitario Puerta del Mar reconocieron ayer que el fallecido padecía algunas patologías crónicas y por ello fue imposible salvarlo tras sufrir un fallo multiorgánico. El domingo por la mañana acudió a un ambulatorio de San Fernando, donde se le diagnosticó una infección alimentaria, y volvió a su casa, donde su estado fue empeorando hasta que una ambulancia del 061 tuvo que trasladarlo por la tarde al hospital de la capital. Fue ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Murió a primeras horas de ayer.

Salud Pública ordenó la clausura del establecimiento. La marisquería Grimaldi, en pleno corazón de Cádiz, en los aledaños del mercado central, ponía ayer el contrapunto al jolgorio del festivo Lunes de Carnavales. "Es lamentable que haya ocurrido esto en Cádiz, cuando en Andalucía está prohibido utilizar huevos [para las tortillas] que no estén pasteurizados en las cocinas profesionales", señalaron fuentes del hospital Puerta del Mar.

El forense ya ha abierto una investigación para intentar esclarecer la secuencia de los hechos. El Ayuntamiento de Cádiz transmitió sus condolencias a los familiares del joven fallecido, al tiempo que exigió que la investigación determine si su muerte tiene relación con la intoxicación.

Desde la clausura del local, técnicos de la Junta investigan cómo pudo producirse dicha infección. A falta de esclarecer más detalles, la Junta esperará al resultado de los análisis para definir qué tipo de salmonelosis perjudicó a los consumidores. El establecimiento permanecerá cerrado hasta nueva orden y quedará a expensas de que los técnicos sanitarios de la Junta terminen su revisión del local y sus productos para determinar la causa de las infecciones en cadena. Hasta ahora, el establecimiento no tenía ningún expediente de Sanidad. Aún no hay detalles sobre las posibles multas económicas, algo que también dependerá de las denuncias que interpongan los afectados.

Con respecto a seguridad alimentaria, la Junta explica en una guía rápida que está prohibido utilizar huevos frescos en la elaboración de mayonesas y otras salsas que se elaboren y consuman sin calentar y que deben ser sustituidos por ovoproductos pasteurizados.