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Andalucía

El escándalo de los abusos sexuales se amplía con la denuncia de otro joven

  • Uno de los testigos que declararon ante la Policía cuando Daniel destapó el caso recurre también a los tribunales. La posible segunda víctima identifica a "al menos tres o cuatro" personas.

El expediente judicial del caso de abusos sexuales presuntamente cometidos por sacerdotes de la diócesis granadina empieza a coger volumen. El mismo día en que eran detenidos en Granada tres sacerdotes y un profesor de Religión por el supuesto calvario de Daniel (nombre ficticio del joven que escribió al Papa denunciando su caso), el pasado lunes, aterrizó en el juzgado que se encontraba en funciones de guardia una nueva denuncia de otra posible víctima.

Según informaron fuentes judiciales a este diario, el órgano que se encontraba de guardia, el Juzgado de Instrucción 6 de Granada, remitió la denuncia "de inmediato" al juzgado que lleva la investigación, Instrucción 4, que dirige el magistrado Antonio Moreno, a fin de que sea investigada en el marco de la causa penal, que continúa bajo secreto de sumario.

Las fuentes explicaron que el denunciante es también un varón, que además ya habría prestado declaración durante los interrogatorios efectuados por la Policía Judicial antes de llevar a cabo las detenciones de los integrantes del denominado 'clan de los Romanones'. La denuncia relata "nuevas situaciones y hechos" que este segundo denunciante habría vivido durante su relación con algunos de sospechosos de este escándalo.

La segunda víctima identificaba su denuncia a "al menos tres o cuatro" personas como presuntos autores de los abusos sexuales que afirma también haber sufrido, si bien las fuentes consultadas no pudieron precisar si se trataba de los detenidos: el padre Román, los también sacerdotes Manuel M. y Francisco José C., y el profesor de Religión Sergio Q., o de otras personas investigadas. Los cuatro arrestados, anoche, al cierre de esta edición, continuaban en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de Andalucía Oriental, a la espera de pasar a disposición judicial.

La denuncia, "bastante detallada", narraba hechos concretos que según las fuentes esta segunda posible víctima ya habría avanzado en su declaración como testigo, aunque con datos ampliados. Ahora el juzgado encargado de investigar estos oscuros episodios deberá determinar la verosimilitud de este nuevo testimonio.

La presentación de esta segunda denuncia coincide también en el tiempo con las primeras declaraciones oficiales de Daniel, el joven denunciante que ha destapado el escándalo. En un comunicado remitido por su abogado, Daniel asegura que decidió informar por escrito al Papa Francisco "siguiendo los dictados de su propia conciencia" y "por propia y exclusiva voluntad". De hecho, el denunciante asegura que no ha tenido en ningún momento la menor intención de "causar daño alguno a la Iglesia", a la que quiere "profundamente". Su objetivo, manifiesta en el comunicado, ha sido expresar, "tras un difícil proceso interior" los hechos delictivos de los que había sido víctima siendo menor de edad por un grupo de sacerdotes y un seglar, y "encubiertos" por otros religiosos y "algún integrante más del grupo", con el ánimo de "evitar que se pudieran estar cometiendo con otras personas".

El denunciante tiene puesta "toda su confianza" tanto en la autoridad judicial y en la Fiscalía, como impulsora de la denuncia ante los tribunales, como en la Santa Sede. Espera, continúa el comunicado, "que resplandezca la verdad" y se "depuren las responsabilidades correspondientes", de forma "que se eviten a otras personas sufrimientos" como los que él padeció durante años y se repare el daño causado "en bien de la Iglesia y de la sociedad".

En el escrito trasladado por su abogado, el joven hace también un llamamiento a los medios de comunicación para que se respete su derecho a la intimidad, evitando la difusión de sus datos personales, "que están especialmente protegidos". Además, pide que se proteja "el secreto de las actuaciones decretado judicialmente, que no se puede vulnerar".

El denunciante también agradece públicamente al Papa Francisco su "apoyo y afecto"; a la Iglesia española, "su voluntad decidida de atajar de plano hechos como los que por desgracia" le ha tocado vivir, así como su colaboración con la justicia ordinaria; y a la Policía, Fiscalía y al Juzgado, "su trabajo, su dedicación, independencia y profesionalidad", que ha tenido ocasión de constatar a raíz de la denuncia.

De momento, la investigación del caso, que ahora con esta segunda denuncia gana aún más envergadura, continúa abierta, como confirmó ayer la delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, que aseguró que no se descarta que puedan producirse nuevas "actuaciones" además de las cuatro detenciones que se llevaron a cabo el lunes por la mañana. "La Policía va a realizar una investigación exhaustiva hasta sus últimas consecuencias, y si se demuestra que son culpables, que caiga sobre ellos todo el peso de la ley", sentenció Crespo en declaraciones a Efe, añadiendo que "los ciudadanos pueden estar tranquilos".

Por su parte, el subdelegado del Gobierno en Granada, Santiago Pérez, indicó que la posibilidad de que se produzcan nuevos registros en las propiedades de los presuntos implicados por la primera denuncia dependerá de "cómo avance" el proceso y del resultado de la toma de declaraciones a los cuatro detenidos.

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