Una nueva tecnología diseñada por ASA, la asociación que agrupa a las empresas de abastecimiento de agua y saneamientos, permitirá que las estaciones depuradoras detecten de forma automática cuándo se producen los procesos de contaminación, lo que facilitará actuar sobre ellos con mayor agilidad. El sistema se adaptará a los tipos de vertidos que se dan en cada localidad e incluirá el desarrollo de las ordenanzas necesarias para adaptar la depuración a las exigencias de la normativa europea y la andaluza Ley de Gestión Integral de la Calidad Ambiental.

La iniciativa, bautizada como proyecto Ganges, se aplica actualmente de forma experimental en las plantas de tratamiento de aguas residuales de Huelva, Córdoba, Cádiz y El Puerto de Santa María. El director de este proyecto de investigación, el catedrático de la Universidad de Huelva Ricardo Arribas de Paz, espera que la tecnología esté lista para aplicar al conjunto de depuradoras en el plazo de dos años. Arribas de Paz, que ayer participó en la apertura del Encuentro sobre Inspección y Control de Vertidos a Sistemas Públicos de Saneamiento, ofreció también los primeros resultados obtenidos del análisis. Según el catedrático, "se observa una mejora importante en el periodo de un año. Las depuradoras están trabajando bien, por encima de sus caudales de diseño y de lo que establece la ley".

La consejera de Medio Ambiente, Cinta Castillo, que inauguró el encuentro, recordó que Andalucía deberá invertir en los próximos años 1.500 millones en la construcción de las 300 plantas necesarias para depurar el 100% de las aguas residuales. Actualmente, la depuración alcanza al 83% de la población, mientras que el resto de las infraestructuras necesarias están en fase de construcción o redacción de los proyectos.

Castillo consideró ineludible la regulación de residuos industriales lanzados a la red de alcantarillado y avanzó que su departamento prepara la publicación de una ordenanza de vertidos para todos aquellos municipios que carezcan de su propia norma.