En el pasado Día de los Difuntos, todos los que se acercaron al cementerio de Pinos Puente se encontraron con una estatua a tamaño real de uno de sus vecinos fallecido recientemente. 

En principio, nada especial, salvo que se trata de una reproducción más que fidedigna del difunto, con la cazadora de cuero que solía llevar, sus zapatillas preferidas, su anorak...

Homenaje póstumo

No falta ni el paquete de tabaco, el mechero, la cartera y los dos móviles que solía portar, todos estos elementos esculpidos en piedra, junto con su cadena, su reloj y sus anillos de oro, lo que da en los días de sol un brillo casi cegador a la estatua, que se ha convertido en la comidilla en la ciudad.

El homenaje no se queda aquí y la familia ya ha encargado una reproducción a escala del imponente Ferrari rojo que el difunto solía conducir por las calles de Pinos Puente para que no falte un detalle a la composición en piedra de lo que fue la vida del difunto. 

En la tumba hay una foto del fallecido en una playa paradisíaca y la estatua que custodia el nuevo cementerio de Pinos Puente está sobre una escalinata con baranda, como mirando su propia eternidad.