Tribuna de opinión

Un cambio de rumbo para la economía andaluza

  • Los consejeros Bravo y Velasco defienden los números del primer proyecto de Presupuestos no socialista para la comunidad e insisten en que los niveles de ejecución mejorarán respecto a 2018

Fachada principal del Palacio de San Telmo

Fachada principal del Palacio de San Telmo

El pasado miércoles día 12 de junio, el Parlamento andaluz decidió continuar con la tramitación de los primeros Presupuestos de un Gobierno ni dirigido ni presidido por el Partido Socialista Obrero Español. Fue por lo tanto este miércoles un día histórico para Andalucía. Este Gobierno del cambio, compuesto por el Partido Popular y Ciudadanos, conseguía del Parlamento un avance fundamental para la aprobación de unas cuentas que tienen como claro objetivo modificar el rumbo errático que Andalucía ha mostrado desde hace décadas. Es el firme compromiso con este objetivo lo que ha incitado a este Gobierno a presentar unas cuentas empáticas con las necesidades más recurrentes para las que los andaluces y andaluzas demandan soluciones por parte de quienes gestionan y administran los servicios públicos autonómicos.

Son estos Presupuestos un reflejo nítido de la preocupación de este nuevo Gobierno tanto por las consecuencias de una crisis mal gestionada y peor cerrada como por la ausencia de iniciativas políticas que sacaran a Andalucía de una realidad apática contagiada por la desidia de los anteriores altos cargos de la Administración andaluza. Respecto a lo primero, es uno de los grandes retos marcados en estos Presupuestos poner las bases que reduzcan el desempleo crónico y la elevada desigualdad que corroe la sociedad andaluza. Sobre lo segundo, dotar de capacidad financiera a las reformas que muten el tejido productivo andaluz, más industrial y más capacitado para afrontar los grandes retos globales y donde prime la inversión, la innovación y la capacitación de los trabajadores y trabajadoras de Andalucía. Y como eje fundamental, logramos estabilidad política y económica, con unas cuentas predecibles, lo cual es esencial para generar confianza y convertir a esta comunidad en una tierra de oportunidades para la inversión y el talento.

En primer lugar, y frente a lo que se ha querido vender, estos Presupuestos tienen un gran perfil social, y nos atrevemos a decir que como nunca lo han tenido. Así, y sólo por dar grandes cifras, el gasto aumenta un 5%. En particular, dedicamos más recursos para sanidad (758 millones más), una subida que nos ayudará a reducir las listas de espera en sanidad. Es un Presupuesto comprometido con las necesidades educativas de los niños y niñas, así como de los jóvenes, elevando el gasto tanto en educación no universitaria como en universitaria (256 millones más). También es sensible a las necesidades de los que menos tienen y más ayuda deben recibir, en particular dotando a la ayuda para la dependencia de recursos que permitan cubrir gran parte de las demandas hoy no satisfechas (115 millones más). Además, son unos Presupuestos que no escatimarán recursos que permitan continuar y mejorar la luchar contra la violencia machista.

Así, estos recursos son hasta cinco veces superiores a los que el anterior Gobierno de Susana Díaz ejecutara en 2016. Y es que, y esto es importante, el anterior Gobierno socialista solo ejecutó 25 céntimos por cada euro programado en esta política. Este Gobierno, al comprometerse con la ejecución real de lo presupuestado, demostrará con creces su compromiso por la defensa de las mujeres que sufren la violencia en su entorno más íntimo. Igual será nuestro compromiso con la Memoria Democrática, dedicando un 50% más respecto a lo ejecutado por el anterior ejecutivo en 2018.

En cuanto al compromiso con aquellos que demandan un empleo, el objetivo de este Gobierno es el de diseñar un nuevo modelo que convierta al Servicio Andaluz de Empleo en una verdadera herramienta, ante todo útil, que sirva para orientar e intermediar en el mercado laboral. En este nuevo modelo se incluyen políticas activas que mejoren la empleabilidad de las personas y aumenten la productividad de las empresas; y para no volver a caer en los errores anteriores, previa evaluación de los resultados de las políticas aplicadas hasta ahora. Así, y frente a unos Presupuestos inflados en políticas de empleo en 2018 en 169 millones sin partida que lo justificase, en las cuentas para 2019 las cantidades presupuestadas para estas políticas tan necesarias son un 14,5% superiores respecto a lo realmente ejecutado en dicho año, así como en casi un 70% mayores respecto a las obligaciones realmente reconocidas. Pero no solo es ambicioso el objetivo de ejecución que se marca este nuevo gobierno, sino también en cambiar el diseño de las políticas a aplicar. Un diseño que tratará de que la formación del desempleado o del trabajador sea la que realmente necesite o la que el mercado demande. Para lograrlo, un nuevo plan de empleo está en su diseño y para ello la aprobación de estos presupuestos son absolutamente necesarios.

Por supuesto hay otras partidas no menos importantes y todas ellas al servicio del cambio: infraestructuras, cultura, educación, apoyo a la agricultura, pesca y de protección al medio ambiente, entre otras. Todo ello se conseguirá mediante unos ingresos que aumentarán a pesar de que los andaluces verán cómo los impuestos que los gravan son menores.

Para ello, permitirá cuadrar las cuentas el celo que se aplicará a la gestión, pero no solo en el gasto, sino especialmente por el aprovechamiento de todas las posibles fuentes de ingresos, como por ejemplo gracias a la mejora prevista en la gestión de unos Fondos Europeos olvidados por los anteriores cargos de la Junta de Andalucía. En este sentido, el nuevo Gobierno andaluz ha dado directrices claras para que ningún euro que pueda ser aplicado en la gestión de los servicios públicos en los que es competente la Administración regional se pierda.

En conclusión, el Presupuesto de la Junta de Andalucía para 2019 es el primer hito en el camino a cuya meta se quiere dirigir el nuevo Gobierno andaluz. Si bien éste pone las bases, son necesarios más años para consolidar un nuevo modo de hacer política y de crear bienestar para todos los andaluces. Nuestro objetivo es desarrollar nuestras políticas para obtener un mayor crecimiento, una menor desigualdad, reducir el desempleo y para reactivar la convergencia con el resto de España y de Europa, aliviando las necesidades de quienes más ayuda merecen.

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