Andalucía

"Un cambio de modelo económico no se puede decidir a golpe de BOJA"

  • Soler insiste en que la reorientación debe surgir de la base empresarial y asegura que el nuevo marco no demoniza a ningún sector, ni siquiera a la construcción

Martín Soler (Cuevas de Almanzora, 1962) se estrenó en el Gobierno andaluz hace poco más de un año como consejero de Agricultura. Ahora ocupa el puesto en Innovación, en sustitución de Francisco Vallejo.

-Manuel Chaves apostó por usted, y José Antonio Griñán, si nos apura, mucho más, porque le ha confiado una de las joyas de la corona. ¿Se ve usted como delfín?

-Para nada. Como soy biólogo y me gusta la zoología, me comparo más con una medusa porque éstas saben flotar. Debo conocer, en cada momento, lo que le interesa a mi partido y al Gobierno y, ahora, cualquier cosa que nos despiste de solventar la crisis y hacer que Griñán sea el presidente de los andaluces dentro de tres años es un absurdo.

-¿Es más poderoso ahora que en Agricultura?

-Más bien me veo ante un reto y un deber que me obliga a un mayor compromiso con los sectores económicos y sociales. Tengo la obligación de hacer todo lo posible para que las empresas no quiebren y, a la vez, situarme por encima del polvo del camino y colaborar para reorientar el modelo económico.

-¿Qué quiere cambiar en la Consejería con respecto a la gestión del anterior titular?

-Cada etapa necesita un estilo, una forma de entender las relaciones externas de la Consejería. En ésta, me toca protagonizar un estilo más cercano a los sectores económicos que están pasando dificultades y necesitan respuestas inmediatas.

-¿Esto significa estar más cerca de sindicatos y empresarios?

-Mucho más en contacto, compartiendo estrategias con ellos.

-Lleva algo poco más de un mes de consejero y ya tiene una querella presentada por unas acusaciones en el Parlamento...

-El PP y, en particular, Arenas, están en una actitud muy radical. Éste se ha convertido en un extremista y está utilizando tácticas que rompen los mínimos niveles de respeto que debe haber en un Parlamento.

-Pero tampoco usted se quedó callado...

-No puede ser que se le diga al ex presidente de la Junta lo que se le está diciendo sin que haya un contraataque. Entre mis obligaciones está el defender la dignidad que tiene Manuel Chaves como persona y como político. Arenas tiene una mandíbula de cristal, parece que no está acostumbrado a que le respondan.

-¿Todo esto augura una legislatura un tanto difícil?

-No sé cómo va a ser el resto de legislatura. Mi estilo es absolutamente de diálogo, moderación y consenso, pero no voy a permitir ni al PP ni a Arenas que pasen esa barrera que es inviolable. Si mis palabras han sentado mal, aceite de ricino, que tomen de su propia medicina.

-¿La elección de Andalucía por Zapatero para el arranque del cambio de modelo económico demuestra es que Chaves está haciendo los deberes en Madrid?

-Es más bien un reconocimiento al esfuerzo hecho por la sociedad andaluza en los últimos años, que ha permitido que hayamos sentado las bases de un modelo de innovación, que todavía es incipiente, pero es el más avanzado del país. Zapatero no nos está haciendo ningún favor, igual se lo estamos haciendo nosotros a él.

-Si somos tan buenos, ¿por qué seguimos estando a la cola en muchos indicadores?

-Porque a las estadísticas siempre hay que ponerles un factor corrector en el tiempo. Hay que ver de dónde venimos. No es lo mismo el avance que pueda tener Dinamarca, Finlandia o Alemania, que llevan 50 años innovando, que nosotros que llevamos muy poco. Pero el avance ha sido, en porcentaje relativo, superior al de cualquier otro territorio. Hoy Andalucía es referente por su modelo universitario, su capacidad de transferir conocimiento a las empresas, su programa de incentivos a la innovación...

-Rodríguez de la Borbolla dijo que quería convertir a Andalucía en la California de Europa; Arenas desea algo más parecido a Baviera. ¿En qué espejo quiere usted que se mire Andalucía?

-En Andalucía el modelo económico se ha desarrollado siempre a impulsos. Llegó el turismo porque teníamos sol y playa; el sector agroalimentario porque había agua y un clima propicio, y el de la construcción porque se ligó a la costa y al litoral... Nunca ha habido una planificación desde el punto de vista del acuerdo social.

-Y ahora se quiere definir bien claro desde el principio cuáles serán las bases de ese modelo...

-Los sectores tradicionales deben y van a ser la base de la economía durante los próximos ocho, diez o doce años, pero reorientándose e innovando. No decimos no a la construcción, pero tendrá que tener otro enfoque y un peso más razonable, nada del 20% del PIB. Si en Europa representa el 7-8%, aquí debería ser el 10% como mucho. Lo que quiero decir es que tenemos que apoyarnos en los sectores convencionales porque un cambio de modelo no lo puede decidir el presidente del Gobierno, ni el BOJA, ni siquiera los incentivos económicos. Tiene que surgir de la base empresarial. Hay que decir claramente que este modelo no va contra ningún sector actual, sino que hay que reorientarlos y aprovechar las nuevas oportunidades.

-¿Y Andalucía tiene muchas?

-Sí, en aeronáutica, energías renovables, metalmecánica, piedra natural, mueble... Podemos marcarnos el objetivo de, en los 10-12-15 próximos años, convertir a 70 u 80 empresas andaluzas, que hoy están en entre los 70 y los 100 millones de euros de facturación, en auténticas multinacionales.

-¿Con qué presupuesto va a contar para el programa Andalucía Sostenible y cuándo estará dotado de contenido, medidas concretas?

-El Consejo de Ministros que dará luz verde a este paquete de medidas se celebrará en julio, pero lo tiene que convocar Zapatero. El contenido y el presupuesto del programa se concretarán en las próximas semanas. Lo que sí sabemos es que habrá inversiones y ayudas para nuestras empresas y universidades, y para nuestro complejo de investigación e innovación.

-¿Existe realmente algún sector que pueda tomar el relevo de la construcción a corto plazo?

-En generación de empleo, no. Hay que reconocerlo abiertamente. Por eso es tan importante que lo impulsemos a través de planes de vivienda, rehabilitaciones, o programas como la instalación de sistemas de energía alternativa, intensivos en trabajo. El sector turístico y el agroalimentario son los que tienen más capacidad de crear trabajo y amortiguar la pérdida de empleo a corto plazo. Además, hay sectores que van a ser tractores, pero tardaremos tiempo en verlo.

-Se ha reabierto el debate nuclear, ¿puede poner en peligro la apuesta andaluza por las renovables?

-El tema nuclear es como una serpiente de verano, aparece y desaparece y va muy ligado al precio de las materias primas en los mercados internacionales y a las estrategias industriales de algunos países líderes en producción y fabricación de plantas. A mí me parece un debate absurdo porque si España decidiera tener más plantas nucleares, hasta dentro de 15 años no estarían disponibles.

-¿La energía renovable siempre necesitará de subvenciones?

-En el momento en que se incorpore a la contabilidad de las empresas el coste de la emisión de CO2, la energía renovable será rentable y vivirá sin primas. Hay ya equipos en eólica e, incluso, fotovoltaica que demostrarán, en los próximos cuatro o cinco años, que es posible. Eso sí, en un contexto en el que el precio del barril de petróleo esté entre los 70 y los 80 dólares. Éste es el siglo en el que van a desaparecer las fuentes de energía fósiles.

-En una entrevista a este periódico, su predecesor Vallejo anunció que Andalucía contaría en un año con un gran grupo, al estilo Alestis, en el sector fotovoltaico, ¿la crisis ha truncado estos planes?

-En los sectores de crecimiento tiene que haber una o dos grandes empresas o grupos de carácter multinacional que hagan de locomotora. Se ha conseguido con firmas como Abengoa (termosolar), Cosentino (piedra natural) o Alestis (aeronáutica) y el siguiente reto tiene que ser lograrlo en el sector TIC y el agroalimentario. Lo que ocurre con la energía fotovoltaica es que el tejido industrial es incipiente y hemos tenido algún tropezón con Isofotón y otras empresas como consecuencia de una mala gestión o porque la competencia aprieta mucho. De momento, habrá que esperar.

-¿De qué manera se auspiciará desde la Junta este tipo de iniciativas: financiando las fusiones, entrando en el capital...?

-La Consejería de Innovación no participará en ninguna empresa a no ser que sea estrictamente necesario o estratégico. La vocación es la de salir cuando no nos necesiten y recuperar nuestra inversión para invertir en otros sectores. La Junta apoyará a las empresas para que se hagan multinacionales a través de otro tipo de estímulos: ayudas para la internacionalización, para ganar tamaño, para la concentración...

-¿Cuándo podrían estar operando esas multinacionales?

-Igual me haces otra entrevista dentro de cinco años y no hay ninguna. Lo más cercano es el sector TIC, pero necesitamos que las empresas tiren. Ahora la situación económica es la que es; todo sería más fácil en un clima de crecimiento económico, de acceso al crédito, de incremento del consumo. Ahora hay muchas incertidumbres que me impiden dar plazos o fechas.

-¿Qué empresas tendrían más posibilidades de liderar ese grupo TIC? Sadiel, AT4 Wireless...

-Están en torno al PTA de Málaga y a firmas de ingeniería de Sevilla. En el PTA hay cuatro o cinco empresas que facturan entre 30 y 50 millones de euros. Somos muy eficaces en la creación de esas empresas, pero sin embargo no se da el salto a otras que facturen 200 millones.

-¿Cuál es el problema?

-Mientras las ventas han ido bien, habrán pensado que para qué asociarse. No hay por qué fusionarlas ni unirlas, hay otras estrategias para crecer. Las reticencias son muy típicas en las cooperativas y al final, o avanzan, o se van a arruinar todas.

-En el proceso de reestructuración de EADS, que llevó a la salida de Carlos Suárez de la presidencia de CASA, ¿ha estado alguna vez sobre la mesa llevarse la planta de montaje del A400M de Sevilla a Francia?

-Hasta donde yo sé, no. La verdad es que lo desconozco.

-Si fuese un requisito impuesto en el actual proceso de negociación para salvar el programa del avión militar, ¿lo aceptarían?

-Nosotros no queremos que se pierda ni un puesto de trabajo ni una línea de fabricación en Andalucía, y se lo hemos dicho a EADS. He hablado con Domingo Ureña y con directivos de la compañía, y me transmiten su voluntad de invertir e incrementar la carga de pedidos a la región. Desmantelar sería muy costoso. Y, además, ningún retraso en el proyecto es imputable a España.

-¿Ha habido o está habiendo negociaciones con EADS para la compra de la planta de El Puerto por parte de Alestis?

-El Centro Bahía de Cádiz (CBC) es tecnológicamente muy avanzado, pero no tenemos interés ni en comprarlo ni en incorporarlo a Alestis. Otra cosa es que, dentro de ocho, 10 ó 12 años si esto va bien, y fruto de un acuerdo, nos podamos entender.

-¿Cómo absorberá Alestis a ex empleados de Delphi en junio y julio si aún no hay instalaciones en la Bahía?

-Serán 150 e irán a la factoría de SK10 Composites, en El Puerto.

-En materia de innovación, ¿cuántos años harán falta para que las empresas caminen solas en I+D sin las ayudas públicas?

-Hay que diferenciar a las grandes empresas, que ya tienen sus departamentos de investigación, de las pymes, que son nuestro verdadero reto. Hay que desmitificar el concepto de innovación. No es un señor o señora con bata blanca. Eso es investigación. La innovación es mucho más sencilla.

-¿Innovar puede no costar un duro?

-Puede ser completamente gratuita. Hablo de la innovación más rápida, no de la investigación, ni de buscar la vacuna contra el Sida. Para muchas micropymes tener acceso a internet, banda ancha, página web y pensar en el marketing como estrategia de venta ya es innovar.

-¿Temen que, en crisis, sea el primer capítulo que se resienta?

-Están llegando más solicitudes para ayudas a la innovación que nunca porque las empresas se han quedado sin mercados, ha caído el consumo, y saben que, o diversifican, crean nuevos productos y encuentran otros nichos, o no van a vender.

-Andalucía tiene al alcance de su mano 1.000 millones del fondo tecnológico para proyectos de I+D, pero las empresas han alzado la voz para alertar de que puede que acaben en manos de otras regiones…

-Tenemos una reunión con la ministra de Innovación dentro de dos semanas para analizarlo con más detalle. Los proyectos presentados por Andalucía suman ya cerca de 800 millones, casi el 70% del total. Pero si las empresas dicen que están teniendo problemas, tendremos que escucharlas y resolverlos.

-¿No atenderán ni ahora ni más adelante las peticiones de flexibilización laboral del empresariado?

-¿Más flexibilidad? ¡Si un millón de trabajadores está en la calle y no ha habido problema para despedirlos! Si las empresas no han compartido los beneficios, ahora que vienen los sacrificios no van a recaer sobre la clase trabajadora.

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