-¿Le ha aclarado ya a José Bono que no quiso insinuar que se comportaba como una rata o algo similar?

-No, nunca tuve esa intención. Con José Bono siempre he tenido unas relaciones magníficas, y el tema está aclarado. Estoy convencido de que tiene razones muy poderosas para no presentarse en las listas electorales, de la misma manera que yo también las tengo para ser candidato por la provincia de Cádiz.

-¿Pero usted por qué se presenta de nuevo?

-Yo lo he sopesado durante mucho tiempo. En mi decisión final hay cosas que me parecen oportunas y otras que no me lo parecen tanto. Hay gente que me critica por entender que me presento por puro interés personal. Pero esos mismos me hubieran criticado, acusándome de cobardía, si no lo hubiera hecho. En fin, son argumentos bastante toscos. A mí lo que sí me preocupaba era la opinión de mis compañeros, sobre todo los de Cádiz, que me lo habían pedido porque soy presidente del partido, porque soy un referente en el PSOE, porque muchos ciudadanos no hubieran entendido que, en un momento malo para el partido, no me hubiera presentado.

-¿Cree que aún tiene tirón electoral ante los gaditanos?

-Lo que yo piense tiene poco interés, y lo que piensen los gaditanos sólo lo vamos a saber el próximo 20 de noviembre. Vamos a esperar a ver si tengo o no tengo tirón electoral en esa fecha.

-¿El objetivo es no caer en Cádiz hasta los tres diputados (en 2008 logró cinco)?

-El objetivo es ganar. El PP puede estar vendiendo la piel del oso antes de cazarlo. Y se equivoca, como lo ha hecho en ocasiones anteriores. ¿Por qué? Porque en política no hay nada escrito de antemano: ni la victoria ni la derrota. Y la victoria hay que alcanzarla voto a voto, y el voto es de los ciudadanos. Ante eso, el PSOE no va a tirar la toalla; los socialistas vamos a dar la batalla política para ganar porque creemos que podemos ganar y porque tenemos muchas ganas de ganar.

-Los resultados en los comicios locales indican que las perspectivas electorales ante el 20-N no son buenas, ¿no?

-Es verdad que el PSOE lo tiene en esta ocasión mucho más difícil. Pero cada comicio es cada comicio, y la gente tiene la madurez suficiente para votar de forma distinta.

-En cualquier caso, usted volverá seguro al Congreso de los Diputados. En antigüedad ya sólo le supera Alfonso Guerra, ¿no?

-En el Congreso, mucha gente. Pero sí es verdad que siempre he sido diputado o parlamentario por la provincia de Cádiz. Y nunca me presentaría por otra. He sido siempre representante por ella: en el Congreso hasta 1990, y después en el Parlamento andaluz cuando era candidato a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Por tanto, me siento muy vinculado a Cádiz política, personal y humanamente.

-Por cierto, ¿han mejorado sus relaciones con él?

-Somos compañeros de partido. Pero la relación no es la misma que yo tenía antes. Pero, bueno, mi relación personal con Alfonso Guerra no creo que sea una relación que interese a la gente.

-¿El PP ha querido reeditar con usted y su familia la campaña que sufrió Guerra y la suya en su día?

-En el fondo y en las formas, después de dos sentencias del Tribunal Supremo (TS), el tema está solucionado. Debería ser suficiente para el PP, pero no lo será porque, en su relación conmigo, se mueve por el rencor. Rencor contra una persona que ha gobernado Andalucía durante 20 años y que le ha ganado al señor Arenas muchas elecciones.

-¿La última resolución del TS sobre el expediente ordenado por el TSJA contra usted entierra definitivamente el caso Matsa?

-Judicialmente está enterrado.

-¿Qué le han dolido más: los ataques contra su hija o contra su hijo?

-Siempre he dicho que la familia no se puede utilizar. Como presidente de la Junta o como ministro de Política Territorial seguramente he cometido muchos errores como para que el PP pueda criticarme, reprocharme y controlarme. Pero lo que no se puede hacer, desde un punto de vista ético, es utilizar sin ninguna razón -y eso lo sabía el PP- a la familia en el debate político. En este caso no me hace daño a mí, sino a mis hijos.

-¿Debió alguno de sus colaboradores más cercanos advertirle sobre el peligro político que representaba para usted que su hijo Iván se moviera profesionalmente en los aledaños de la Junta?

-Mi hijo no se ha movido profesionalmente en los aledaños de la Junta.

-¿La resolución del TS sobre las actas de los consejos de Gobierno de la Junta en el caso de los ERE es un varapalo para el Gobierno andaluz?

-La sentencia ha dado en parte la razón a la Junta, y también se la ha dado a la juez. Ahora hay que respetarla y cumplirla en sus justos términos. Por cierto, aquellos que criticaron al TS por las resoluciones sobre mi persona, ahora dirán de este mismo Tribunal que es maravilloso y que ha hecho justicia.

-¿Se siente responsable político del fraude en los ERE?

-No, no me siento responsable político. Se tomaron en aquel momento las decisiones que se consideraron adecuadas para solucionar el problema de miles de trabajadores que podrían encontrarse sin su puesto de trabajo y de empresas que estaban en crisis. Por tanto, no me siento responsable. Quien haya cometido alguna irregularidad, que la justicia caiga sobre él.

-¿Qué le hace más daño electoralmente al PSOE andaluz: este caso o el más del millón de parados que hay en Andalucía?

-La gente lo está pasando mal, sobre todo aquellos que han perdido su puesto de trabajo. Pero es evidente que la crisis también tiene un coste político para los partidos gobernantes. En el caso de España, para el PSOE. Y si no, que se lo pregunten a Sarkozy, a Merkel o a Obama, que se encuentran en una situación de soledad política como consecuencia de la misma. Lo importante es tomar las medidas necesarias para abordar el tema del desempleo. Pero lo que no vamos a hacer es lo que está haciendo el PP: utilizar la crisis como una oportunidad electoral; entre otras cosas, para redimir al señor Rajoy y al señor Arenas de sus derrotas.

-¿Sigue pensando que algo debió hacer mal el PSOE en el relevo en la Presidencia de la Junta cuando empezó a perder respaldo electoral tan rápidamente?

-Esto siempre es discutible. Pero el PSOE hizo en aquel momento lo que tenía que hacer. La situación que está viviendo el partido en Andalucía no es consecuencia de un proceso de transición sino de una crisis que está golpeando a todos los partidos gobernantes.

-Por cierto, ¿cómo le va con Griñán: muy bien, bien, regular o mal?

-Muy bien, muy bien.

-¿Acertó Griñán cuando decidió que las elecciones autonómicas no coincidieran con las nacionales?

-Eso sólo lo podremos ver con los resultados de las dos elecciones en la mano. En cualquier caso es una decisión del presidente de la Junta, que tiene la facultad para tomarla.

-Se ve a Rubalcaba algo desfondado. ¿Se debe a que su esfuerzo no está sirviendo para remontar en las encuestas?

-Yo no lo veo desfondado. Alfredo está desarrollando una campaña muy particular, muy original, muy didáctica, muy tranquila, y quizás eso pueda llevar a alguno a la conclusión de que está desfondado. Pero no lo está. Está haciendo una muy buena campaña, con mensajes, iniciativas… Contrasta mucho con la de Rajoy, que no se le ven alternativas a los problemas que tiene este país.

-Pero me reconocerá que, según las encuestas, van ustedes camino de superar el mal resultado que obtuvo en 2000 Joaquín Almunia, ¿no?

-Es cierto que las encuestas son malas sin paliativos. Pero nos debemos de preguntar si tenemos capacidad o no para voltearlas. Nos quedan dos meses y nosotros no vamos a tirar la toalla. Tenemos un partido que sabe afrontar estas situaciones difíciles y un candidato mucho más creíble que el señor Rajoy.

-¿Logrará convencer a los 1.600 gaditanos que tendrán que pagar el nuevo Impuesto de Patrimonio?

-El PP miente cuando dice que tiene la solución para salida de la crisis. Eso es engañar a la ciudadanía: ésta va a tardar, gobierne quien gobierne en España, Francia, Alemania, Italia o Estados Unidos. Pero la gran diferencia está en el modelo de salida de la crisis. Para el PP la causa está en el excesivo gasto social y ya lo estamos viendo en Castilla-La Mancha, Madrid, y aún nos queda por ver lo peor si gana las elecciones. Para nosotros, la salida de la crisis pasa por combatir las causas, la desregulación y los problemas financieros. Y si se les ha pedido a los que menos tienen, que han soportado un grave peso en la crisis, también hay que pedirles un esfuerzo a quienes más tienen, a los grandes patrimonios, a las grandes fortunas.

-¿Esta crisis puede llevarse por delante a más de un gobierno?

-Es difícil de saber, pero 2012 va a ser un año duro. Lo que la gente debe saber es que el cambio de gobierno no es la solución a la crisis, y eso se ha demostrado en otros países. El PP no tiene la solución.

-¿La grave situación económica de muchos ayuntamientos españoles se hubiera mejorado con una reforma de financiación local?

-No. La reforma de la financiación local se sitúa en un contexto de crisis económica y, por tanto, de escasez de los recursos financieros para todas las administraciones Pero la situación afecta a todos los ayuntamientos, los gobernados por el PSOE y los gobernados por el PP. Donde mandan, los populares están endosándole la culpa al Gobierno o a los gobiernos municipales anteriores. Lo que tienen que hacer los populares es coger el toro por los cuernos, gobernar y no buscar excusas.

-¿Las diputaciones son prescindibles porque están ahora en manos del PP?

-Si se llega a una reforma sustancial de las diputaciones provinciales, con otro nombre, puede tardar toda una legislatura y la mayoría de ellas cambiar incluso de signo político.