Serafín Romero. Presidente de la organización médica colegial

"La marea blanca de Andalucía no ha sido como la de Madrid, pero hay los mismos problemas"

  • Este médico rural de familia reivindica la importancia de la Atención Primaria y demanda más unión en la defensa de la sanidad pública

El presidente de la Organización Médica Colegial, Serafín Romero, antes de la entrevista en Córdoba.

El presidente de la Organización Médica Colegial, Serafín Romero, antes de la entrevista en Córdoba. / barrionuevo

El doctor Serafín Romero (Sevilla, 1957) es, desde comienzos de este año, el presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), la institución que se encarga de ordenar y representar a la profesión. Romero, que también ha sido presidente del Colegio de Médicos de Córdoba (2007-2009), es especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y ha sido director de la Zona Básica de Salud de Posadas (Córdoba). Precisamente en esa localidad comenzó en 1983 su andadura como médico de Atención Primaria, una especialidad que considera "impresionante" y que contiene la "esencia" de lo que cualquier médico debe ser.

-¿Qué objetivos se plantea al frente de la OMC?

-Como línea de actividad importante ahora mismo nos preocupa el estado en el que está el sistema sanitario público en todo el país. Estamos en la obligación de defenderlo porque queremos legárselo a nuestros hijos y nietos. El otro gran tema que nos preocupa es la precariedad de los profesionales sanitarios, en especial de los médicos, que se están viendo abocados a coger las maletas para irse fuera, bien porque no hay plazas por la tasa de reposición, o bien porque las condiciones de trabajo no son las más llamativas para unos profesionales que han pasado duras pruebas.

-¿Qué valoración hace de la sanidad pública andaluza?

-Nosotros como andaluces hemos tenido a lo largo de muchos años la suerte de tener un sistema sanitario público muy avanzado en aspectos donde otros todavía no estaban llegando. Hemos pasado de tener una alta satisfacción a producirse quiebras como las listas de espera, la situación de las Urgencias o los no contratos en Atención Primaria, que posiblemente han hecho que los andaluces quieran defender el sistema público. Creo que hay que hacer un gran esfuerzo. Desde Andalucía hay planteados dos grandes proyectos: uno es el cambio en la Atención Primaria y el otro una ley para blindar nuestro sistema sanitario público. En ambos es imprescindible tener dinero porque sino las leyes se quedan en el papel, pero además hay que hacer una apuesta por los profesionales.

-¿Cree que se da demasiado bombo a los trasplantes en detrimento de otras especialidades?

-La fascinación de los profesionales por la tecnología y por actividades que hace unos años eran impensables ha derivado a que lo más importante sean los trasplantes. Ese ámbito nos ha hecho tener sensación de pertenencia a nuestro sistema. Por otra parte, alguien como yo, que es médico de familia rural, sabe que lógicamente se hace muy buena medicina en la Atención Primaria. Posiblemente parte de lo que se puede hacer en el hospital se debe a que Atención Primaria está cubriendo la parte asistencial que le corresponde. Esto es algo que no podemos perder porque sino el hospital no va a poder con todas las demandas.

-¿Qué papel tienen ahí los profesionales de Atención Primaria?

-Tenemos unos profesionales magníficos y que desarrollan una parte fundamental de la actividad del médico, que es la parte de la afectividad; esa tan necesaria. Uno tiene que sentir también la medicina del afecto, de la escucha, de la empatía; esa es la medicina de la Atención Primaria. Y esos profesionales sufren las consecuencias derivadas de la crisis. Habría que preguntarse qué pasaría si no tuviéramos esa puerta de entrada que nos trata, nos conoce, nos da afecto y, sobre todo, cuando las cosas no tienen solución, nos va a acoger.

-¿Deberían ser más reivindicativos los médicos?

-Generalmente somos reivindicativos, pero otra cosa es que nos escuchen. Somos muy reivindicativos para nuestros pacientes, y esto va en nuestro código. Nuestro tipo de manifestación o huelga tiene que ser sin dejar a nadie sin atender, y eso lo saben nuestros dirigentes. Después, es verdad que tradicionalmente se nos tiene poco respeto. No a los médicos, sino a los sanitarios, por eso hemos tenido en los años de democracia 20 ministros para 30 años de ministerio, por lo que quien tiene que tomar determinaciones en estos temas no tiene continuidad.

-¿Cree que algunos médicos se cortan por miedo a represalias?

-Eso está más en el entorno de la relación laboral. Si alguien no tiene una plaza en propiedad o está con un determinado tipo de contrato, es posible que tenga más dificultades a la hora de denunciar algo. También hay muchos compañeros que somos propietarios de plaza y podríamos reclamar más. Pues sí; posiblemente algunos son más conservadores. Creo que en el entorno de la representación profesional se podría hacer más, pero sí que se es reivindicativo. Por otra parte, tenemos muchos compañeros que han dado un paso al frente a la hora de denunciar el tema de las agresiones, algo que no era fácil. Una cosa es comunicar que has sufrido una agresión y otra es denunciar, porque a veces tienes al agresor o su familia de forma continuada en la consulta si estás en el ámbito rural.

-En los últimos meses el ambiente está caldeado en la sanidad pública andaluza hasta el punto del surgimiento de las mareas blancas. ¿Cree que tienen recorrido estos colectivos?

-Las mareas blancas son una forma de manifestación ciudadanas, pero éstas no tienen nada que ver con la que hubo en Madrid, que fue contra un plan de privatización de la sanidad. Aquí ha sido diferente. Lo que hay es un gran movimiento en una ciudad, Granada, que se extrapola a las demás, y un fenómeno de redes sociales y una persona, el doctor Candel. Cuando ha habido esa respuesta es porque seguro que hay algo que no se ha hecho bien o todo lo bien que se debería. A raíz de esto, los ciudadanos han salido a la calle para defender una sanidad pública y de calidad. ¿Tienen recorrido las mareas? Pues depende, porque aquí no tenemos una marea, no hemos visto esas grandes manifestaciones como en Madrid, y hay los mismos problemas. Las mareas están basadas en sentimientos personales pero que no se hacen colectivos, hace falta algo más para unir a la marea. Es verdad que también ha habido intenciones políticas de ponerse al frente. El recorrido de las mareas en Andalucía lo veo desigual y relativo, salvo que el ciudadano se haga más consciente de que hay ciertas cosas que no deberían pasar, como esperar un año para una operación o siete meses para la consulta de un neurólogo. Lo que pasa es que las mareas tienen que tener liderazgo, alguien tiene que ponerse a la cabeza, una persona o colectivo organizado que tendría que llevar una gran bandera blanca que pusiera "Sanidad pública".

-¿Cómo está la situación respecto a los hospitales privados?

-Los problemas de la sanidad privada se pueden enfocar desde dos puntos de vista. Por una parte, desde los médicos que trabajan en la sanidad privada y sus quejas sobre cómo son tratados por las compañías que gestionan los seguros. Después está el hecho del ejercicio privado macro. Y además podríamos desarrollar otra serie de actividades para atraer a cierto turismo sanitario.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios