En tres palabras

Esperando el ‘bendodómetro' del CIS andaluz

  • El nuevo Gobierno anuncia que habrá encuesta pública con el PSOE enfrascado en sus luchas internas

Bendodo, durante la rueda de prensa del Consejo de Gobierno.

Bendodo, durante la rueda de prensa del Consejo de Gobierno. / Europa press

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El Gobierno del Cambio quiere un CIS, el CIS del Cambio… su propio CIS. Bendodo no busca un Tezanos, sino ser Tezanos él mismo. En lugar de barómetros habrá, claro que sí, bendodómetros. La bendodometría es esa rama de la sociometría que se ocupará de que luzca el Gobierno del Cambio. No podían seguir permitiendo aparecer en las encuestas con un exiguo 20%. Vale, sí, es lo que sacaron en las urnas el 2-D, pero esto demuestra la necesidad de ese CIS: no hay que permitir que la realidad te estropee una buena encuesta. Y sin duda, con su CIS pronto remontarán espectacularmente. Y además, su CIS acreditará que han cumplido sus 100 promesas en los 100 primeros días, aunque nadie sepa qué promesas. Pero para eso está precisamente el CIS, que también demostrará que Canal Sur ya es una tele estupenda, que el que espera en las listas de espera ya no desespera, y que las cifras de la herencia son todas verdaderas. No hay nada que no pueda reparar, sobre el papel, un CIS, confirmando que el cambio ha sido un éxito. –Pero ¿qué cambio? –Ve usted, eso demuestra que necesitamos un CIS.

Con el masterchef Bendodo en la cocina, ¿qué puede salir mal… en las encuestas? De hecho, él y los suyos tienen el máster de San Telmo, también a cargo del presupuesto, como los tipos de los ERE. Gente lista. Y es más fácil hacer encuestas que hacer cosas. Con su CIS, pronto quedará claro que han cumplido las promesas… reduciendo la Junta y recortando gastos, aunque hayan ampliado la Junta y sus gastos con un nuevo CIS.

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Susana Díaz pronto verá cómo el PSOE empieza a caer… al menos en el CIS andaluz. La mayor amenaza para la ex presidenta, sin embargo, no es Bendodo, sino Sánchez. Así está la cosa. El comité de listas ha sido la primera razia real sobre el susanismo. Sí, Sánchez quedó retratado como líder en esa purga sin precedentes contra el voto de la militancia, pero esto es un premio pírrico. A cambio, Susana Díaz ya sabe que a su cabeza se le ha puesto precio. Por eso el mayor problema para ella no son las cifras escandalosas que sacan desde San Telmo a diario, aunque algunas sean incluso verdaderas, sino sobrevivir al pulgar bajado de Sánchez. De ahí el “tomo nota y ahora a trabajar”. Esa es la ironía: necesita dar un gran resultado a Sánchez en Andalucía para tener una posibilidad de salvarse ella. Pero seguramente, ni por esas. Desde el sanchismo sostienen que ha podido superar los idus de marzo por el calendario electoral, pero está muerta en diferido. Por eso ya hay quien especula incluso con independizar al socialismo andaluz al modo del PSC. No va a cesar el ruido de sables en el partido donde todos se vigilan. Así las cosas, el escenario político queda pervertido: no es que el PP no sea la mayor amenaza para el PSOE, es que tampoco el PSOE es la mayor amenaza para el PP. La mayor amenaza para el PSOE es, por supuesto, el PSOE.

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Vox ha denominado, a quienes tratan de llevar a sus familiares de las cunetas a los cementerios, “buscadores de huesos”. Bajo una capa de fijata que probablemente no resistiría ningún cerebro, el diputado despachó bilis. Se ve que no ha entendido que, tras la guerra fratricida, hubo un franquismo. O igual precisamente es que sí lo ha entendido. No parecía fácil mejorar aquello de “autobuses de las mafias” o “taxistas de ilegales” para los barcos de Salvamento Marítimo que rescatan pateras en el Estrecho, pero siempre se superan. El pequeño problema para el Gobierno del Cambio es que estos son sus socios parlamentarios, aunque haya un pacto tácito para simular en periodo electoral. Vox sigue eligiendo candidatos coherentes, como el general Rosety, franquista declarado. Bárbaro, aunque no haya logrado eclipsar a algún que otro nº1 del PP, como Juan José Cortés por Huelva, al que ya tuvieron que apartar como asesor de Zoido en Sevilla porque la familia se lió a tiros en el barrio onubense de El Torrejón en un ajuste de cuentas. Si bien se mira, Cortés quizá debería estar en Vox, donde proponen popularizar las armas. Al cabo, los ultraderechistas de Vox forman parte de lo que Bendodo denomina “los tres partidos del centroderecha”. ¿“Centroderecha”? ¿Realmente ha dicho “los tres partidos de “centroderecha”? No se sorprendan y esperen, esperen al CIS andaluz y ya verán cómo sale que sí son de centroderecha.

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