Caso Aznalcóllar

"Siete años de brotes secos"

  • Los vecinos de la comarcade Aznalcóllar se manifiestan afavor de la reapertura de la mina.

Delante de los tornos de acceso a la mina de Aznalcóllar, Susana Sancha espera a que comience la manifestación que concentra en este punto a centenares de vecinos del municipio sevillano. Su padre trabajó en la mina, primero como administrador y, luego, con los explosivos. Hoy, ya jubilado, espera en las inmediaciones del Ayuntamiento a que llegue la manifestación convocada por Comisiones Obreras y que defiende la reapertura "inmediata" de la mina y la generación de empleo. "El pueblo está muerto", sentencia Susana Sancha.

Al igual que esta joven, muchos vecinos de la comarca ven en la reapertura de la explotación "la única posibilidad de empleo y de futuro", sobre todo, para los jóvenes, apunta Juan Luis Rodríguez Martínez, otro de los manifestantes. En su caso, este aznalcollero de 52 años lleva un año y medio en paro. "Siempre he trabajado en la construcción como albañil. Ahora estoy en paro y, a mi edad, la mina es la única posibilidad que tengo para incorporarme al mercado laboral", apunta. Pero Rodríguez admite que más que su futuro le preocupa el de sus hijos, de 24 y 30 años, así como el de los jóvenes del pueblo, donde la tasa de paro juvenil es del 65%, según datos facilitados por CCOO. "¿Brotes verdes? Aquí llevamos siete años de brotes secos", destaca Juan Luis Rodríguez.

El alcalde, Juan José Fernández Garrido, minero durante la época de Boliden, encabezaba la manifestación junto con varios miembros de su equipo de gobierno y de CCOO, como el secretario general del sindicato en Sevilla, Alfonso Vidán. La manifestación recorrió unos cuatro kilómetros desde la mina hasta la Plaza de la Constitución de forma pacífica. "Mina sí, paro no", gritaban algunos de los manifestantes.

"Cada día que pasa perdemos una oportunidad para generar empleo", indica Juan Antonio Caravaca, secretario general del Sindicato Provincial de Industria de CCOO de Sevilla. "Llevamos cinco meses de retraso y no vamos a permitir que esto se eternice". Caravaca explica que los trabajos de prospección del terrero ya deberían haber empezado, lo que hubiera supuesto "la contratación de personal de la comarca".

Además, en diciembre de 2015, "y durante dos años, estaba prevista la construcción de la mina con un volumen de entre 1.500 y 2.000 empleos directos"; además de "una plantilla de 450 personas de forma permanente durante 15 años para la extracción del mineral". "Queremos que se agilice el proceso de investigación", anota Alfonso Vidán. "Que la justicia haga su trabajo pero que no se paralice el procedimiento, que no se suspenda el proyecto meses o años para que volvamos otra vez a sumir a este pueblo en la desesperación".

Esta desazón es la que ha llevado a muchos jóvenes, como recuerda José Márquez, antiguo trabajador de la mina, a marcharse del pueblo. Uno de ellos, su hijo, que ahora vive en California (Estados Unidos), donde trabaja como informático. "Tiene trabajo, sí, pero está muy lejos, y eso duele mucho".

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