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Juicio por la muerte de Carmen Romero

Un amigo de la joven de Rute dice que ella le tenía miedo

  • El procesado, "de personalidad violenta y celosa", le dijo a la víctima en una ocasión que si no volvía con él se mataba o la mataba a ella.

Uno de los amigos de la joven de Rute (Córdoba) supuestamente asesinada por su novio, M.G.R., ahora de 28 años, ha afirmado que ella tenía miedo del procesado y que él es "una persona violenta y es capaz de hacer cualquier cosa".

Durante su declaración en la vista oral, el testigo ha contado que el día de los hechos, el 12 de septiembre de 2006, la víctima estuvo en su casa una hora y le comentó que iba a dejar la relación con su novio porque no le iba bien con él.

En ese momento, llegó una amiga y le avisó que M.G.R. la estaba buscando, por lo que ella bajó a la calle para entregarle un móvil que le había regalado el inculpado y pare decirle que la dejara tranquila. El amigo ha añadido que "ella no pensaba que le fuera a pasar nada", pero que si se hubiera quedado con él en su casa nada de esto hubiera ocurrido.

Según la calificación provisional del fiscal, M.G.R. inició una relación en junio de 2005 con la joven, que entonces tenía 16 años. Ella se encontraba en situación de desamparo provisional, habiendo asumido su tutela la Junta de Andalucía, acordándose que la misma se ejerciera en forma de acogimiento residencial en un centro de protección de menores en Rute, en el que la joven residía en régimen semiabierto y bajo el cuidado de monitores y personal adscrito a la Junta.

A los pocos meses de que iniciaran la relación sentimental, comenzó a deteriorarse con muchas discusiones entre ambos, provocadas casi siempre por el procesado, quien "por su personalidad violenta y celosa", discutía muy acaloradamente o llamaba de forma insistente al teléfono móvil de su novia, controlando sus relaciones con terceras personas, llegando en la boda del padre de ella a darle un bofetón porque estaba bailando con otro joven.

Por ello, la joven rompió varias veces la relación, aunque ante su insistencia de continuar y decirle que si no volvía con él se mataba o la mataba a ella, reinició en distintas ocasiones nuevamente la relación con el acusado. Finalmente, el 11 de septiembre de 2006, la menor dio por finalizado el noviazgo, mientras que M.G.R. no asumió esta ruptura, por lo que intentaba "a toda costa reiniciar la relación".

Ese día, él estuvo con su amigo y también acusado en esta causa, M.R.C., a quien le comentó que había discutido con su novia y sospechaba que estuviera manteniendo relaciones sentimentales con una tercera persona. Posteriormente, el 12 de septiembre, los dos procesados estuvieron juntos trabajando como albañiles en una obra de la localidad y M.G. le comentó a su amigo que quería que ella le devolviera el teléfono móvil que le había regalado para su cumpleaños.

Sobre las 20:30 horas, después de finalizar el trabajo, el amigo acudió al parque Fresno, en Rute, quedando M.G. en verse más tarde. Sobre las 22:00 horas, el presunto asesino acudió con su coche a las inmediaciones del centro de menores donde residía ella. Se dirigió hacia la puerta andando y allí se encontraba la educadora del centro, junto a otras menores. Él se acercó a una amiga de ella preguntando por la joven porque quería que le devolviera el móvil.

Pensaba que tenía otra relación

La amiga le dijo que estaba en el parque comprando chucherías, mintiéndole porque no quería que el acusado se enterara de que estaba en la casa de un amigo, en la misma calle del centro de menores. El procesado fue hasta el parque y al no verla se fue al domicilio del otro procesado, "habiendo surgido ya en él el ánimo de matarla ante su convencimiento de que ella había iniciado una relación sentimental" con otro.

M.G. sabía que su amigo era cazador habitual y tenía una escopeta. Por ello, añade el fiscal que "para utilizarla contra su ex novia" le pidió a M.R. que se la dejara, a lo que su amigo accedió "sabiendo que era para matar a la joven, sin intentar en ningún momento convencerlo para que no lo hiciera".

De este modo, ambos fueron al centro de menores "actuando de común acuerdo" y sobre las 23:30 horas ella salió del domicilio del amigo y se inició una discusión entre la víctima y el acusado, quien le dijo "si tú no eres para mi, no eres para nadie". Seguidamente, fue rápidamente al coche y sacó la escopeta, ante lo que la víctima y una amiga salieron corriendo para entrar en el centro.

Antes de conseguir llegar, M.G., "con intención de matar a su ex novia" le disparó por la espalda, cayó al suelo y él volvió a dispararle.

La menor recibió dos impactos de bala, una en un muslo y otra, la más grave, en el abdomen, a la altura del estómago, con un proyectil que le provocó heridas en un riñón y también un grave daño medular, del que fue posteriormente intervenida quirúrgicamente en dos ocasiones, con la pretensión de evitar futuras afecciones neurológicas pero, finalmente, quedó parapléjica.

La joven permaneció ingresada cinco semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, después fue ingresada en un centro residencial especializado, pero cuando cumplió la mayoría de edad solicitó el alta voluntaria para irse a vivir con su madre. Finalmente, con 19 años, falleció el 30 de agosto de 2009, debido a las lesiones y secuelas ocasionadas por el suceso.

El presunto asesino fue detenido el día de los hechos, acordándose su prisión provisional, aunque se encuentra en libertad desde el 9 de septiembre de 2010 por exceder el límite legal de internamiento.

Estos hechos son calificados por el fiscal como un delito de asesinato con alevosía, por lo que pide 20 años de cárcel para M.G.R. y 15 años para M.R.C. como cooperador necesario, si bien reconoce que éste último cuenta con "una alteración psíquica que disminuye su capacidad para comprender la ilicitud del hecho cometido o actuar conforme a dicha comprensión".

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