Granada

De la Zubia a Corea del Norte

  • El delegado de relaciones internacionales del país norcoreano Cao de Benós da una charla sobre el país de Kim Jong-un en Políticas Dice que su interés por el país surgió en Granada

De La Zubia a Pyongyang. De ser un joven con inquietudes políticas en el Área Metropolitana de Granada a pertenecer al Gobierno del país más hermético del mundo, Corea del Norte. Ese fue el camino que emprendió Alejandro Cao de Benós Les y Pérez, el primer y único representante extranjero del país norcoreano. Este papel le ha valido su puesto de delegado de relaciones internacionales del país que dirige Kim Jong-un. Una nación, que pese al oscurantismo que transmite como último reducto importante de la Guerra Fría, está intentando expandir sus tentáculos allende de sus fronteras para tratar de suavizar la imagen de dictadura comunista donde se vulneran los derechos humanos.

Esa tarea le está encomendada a Cao de Benós. Un personaje inefable que se ha hecho muy popular en su país de nacimiento, España, por sus numerosas apariciones televisivas, en las que da su versión de la historia. La Corea de Norte que transmite Cao de Benós es la de la utopía socialista llevada al último extremo, con niveles bajos de delincuencia, un pueblo entregado a las ideas comunistas, donde según el delegado es posible alcanzar la felicidad más allá del consumismo que impera en Occidente.

De esto, de cómo se deberían unificar las dos Coreas sin injerencias norteamericanas y de otros muchos asuntos relacionados con la política internacional habló ayer Cao de Benós en la Facultad de Políticas de Granada. Precisamente, en la simbólica aula La Pepa hizo una apología de la política de su país de adopción Corea del Norte y de paso criticó a los medios de comunicación, que de manera unánime han denunciado la estrategia agresiva y poco respetuosa con los derechos humanos del país de Kim Jong-un.

El caso es que el tema tenía su morbo y más de 400 personas se agolparon en la Facultad de Políticas para escuchar la película de Cao de Benós. Tanto, que cuarenta minutos antes de la charla ya no cabía un alfiler en la sala y más de un centenar de personas se quedaron sin conocer la Corea edulcorada y amable que pintó Cao de Benós. Una persona, que aunque nacida en Tarragona, regresaba ayer a sus orígenes, puesto que su familia aristócrata procede de Granada y vivía en el Carmen de los Rodríguez Acosta. Después, explicó que cuando tenía 13 años a su padre lo destinaron a La Zubia para un trabajo temporal. Allí, intentando encontrar su identidad política dio con el comunismo, donde llegó a ser secretario de organización de los Colectivos de Jóvenes Comunistas (organización juvenil del PCPE) en Granada a principios de los noventa. Pero, no convencido con el marxismo y el leninismo decidió indagar en el comunismo de Corea del Norte que en la época intentaban desterrar ya los propios comunistas. La inmersión fue tal que llegó a crear la Asociación de Amistad con Corea en La Zubia, donde realizó exposiciones y conferencias en la biblioteca municipal arrastrando a sus amigos del pueblo, que no muy convencidos, se afiliaron al proyecto de Alejandro.

La cosa fue a más y la asociación zubiense fue el embrión de su Asociación de Amistad con Corea, que a la larga derivó en que los norcoreanos le abrieran sus cuasi impenetrables puertas de acceso. Ahora, Cao de Benós da charlas, cierra negocios para el país asiático y es la imagen de Pyongyang en España. Pero también recuerda los años que pasó en Granada.

Así, a las rigurosas preguntas que le hicieron algunos de los alumnos de Políticas sobre si en Corea se pasa hambre respondió que "en mi querido pueblo de La Zubia sí vi a chavales buscando comida en los contenedores" o a aquel que le preguntó por si es un delito no reverenciar la imagen de los líderes supremos le puso el estrambótico ejemplo de que "es como si en la fiesta de Las Cruces no vas con tus amigos a tomarte unas cervezas. Pueden pensar que les estás faltando el respeto". Todo un ejemplo de globalización y de que como se suele decir por estas tierras: "Hay gente pa tó".

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