Andalucía

Ruth Ortiz decía de Bretón que era "un lobo vestido de cordero"

  • El psicólogo de la madre de Ruth y José asegura que era una "persona anulada" y que sufría depresión

El psicólogo que atendió a Ruth Ortiz tras la desaparición de sus hijos declaró ayer en la última sesión del juicio contra José Bretón por un delito de malos tratos psíquicos habituales en el ámbito familiar, que ésta en su consulta le dijo que vivía "con un lobo vestido de cordero". Durante su declaración, el psicólogo, a cuya consulta acudió Ruth por primera vez el 12 de septiembre de 2011 -los pequeños desaparecieron el 8 del mismo mes- y a la que atendió durante tres o cuatro meses más, definió a Ruth como una persona que estaba "anulada" y que presentaba un cuadro depresivo ansioso. El facultativo subrayó que, ante la posibilidad de que ésta pusiera fin a su matrimonio, o de si deseaba realizar una terapia en pareja, Ruth Ortiz le respondió: "bastante tiempo he estado metida en esa cárcel".

El psicólogo remarcó que su paciente presentaba "un trastorno del sueño, de alimentación, una pérdida de autoestima brutal, inseguridad y miedo", al tiempo que señaló que todo ello, según le relataba ella, se atribuía a su relación, calificado por este experto de "disfuncional". También aseguró que Ruth Ortiz "justificaba" las conductas del que posteriormente fue condenado a 40 años de cárcel por el asesinato de su hijos, de manera que, a su juicio, la situación se agudizó cuando la pareja se trasladó de Córdoba a Huelva al encontrar Ruth Ortiz un trabajo y él no.

"Se sentía asustada, alejada de su familia en Córdoba, y en Huelva hay un cambio de roles", donde además Ortiz "se siente arropada y ve un cambio en su vida que él (Bretón) no asume", relató y añadió que su paciente le definía como "machista" y contaba que tenía conductas "obsesivas", como no querer sentarse en un banco o tocar una barandilla. Igualmente, señaló que ella le narraba en sus consultas que "había una animadversión" por el condenado hacia la familia de ella", además de "una estrategia de presión" de Bretón hacia Ruth Ortiz.

En su declaración, el psicólogo indicó que la paciente "nunca había asistido a ese tipo de patología" y explicó que es "más duro" detectar la violencia psíquica que la física. Describió a Ruth Ortiz como "una persona despersonalizada, anulada", al tiempo que destacó que ella, cuando hablaba de Bretón, presentaba una "incontingencia afectiva" y "lloraba", una actitud que, a juicio del psicólogo, expresa "miedo".

La abogada del Bretón, Bárbara Royo, por su parte, cuestionó la credibilidad del informe y el criterio científico utilizado al basarse en los relatos de la paciente.

En la sesión también prestaron declaración la coordinadora de la Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género, quien hizo una valoración de Ruth Ortiz el 3 de mayo de 2012 y reconoció "la imposibilidad" de analizar la situación previa de ella con su pareja debido al estado de shock en el que se encontraba por la situación traumática que estaba viviendo al desconocer el paradero de sus hijos. "En ese momento todo estaba tan marcado por esa situación tan traumática que no era posible buscar una huella psicológica" del posible maltrato", dijo.

Por parte de la defensa, Bárbara Royo, acudieron dos peritos, el psiquiatra forense Miguel Gaona y el psicólogo forense Jonathan Quejido, quienes realizaron un análisis con la finalidad de ver si su perfil psíquico se correspondía con el de un maltratador y determinar los rasgos de su personalidad. Así, aseguraron que, tras las entrevistas realizadas y los test ejecutados al imputado, "no han encontrado señal alguna de que es un maltratador". Los peritos señalaron que "Bretón presenta un exceso de intentar cofraternizar con los demás" y que incluso llegó a vivir situaciones en ocasiones en las que "se encontraba rehén y sumiso de una situación familiar determinada". También rechazaron que el imputado presente una conducta machista al dar información "muy específica" sobre las labores domésticas, y se marcha a El Portil "porque ella quería". "En Huelva, él se encargaba de levantar a los niños, peinarlos, llevarlos al colegio, limpiar la casa, planchar, y cocinar, incluso a la carta", agregó Gaona del condenado. Los resultados de los test, además, remarcan que Bretón tiene "un nivel bajo de dominancia", así como reconoce "una cierta personalidad obsesiva", algo que "presentan muchas personas", anotó.

En la sesión de ayer, la Fiscalía, por su parte, mantuvo su acusación contra José Bretón, por un delito de malos tratos psíquicos habituales en el ámbito familiar hacia Ruth Ortiz, mientras que la defensa del acusado pidió su libre absolución al ser éste "inocente".

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