La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, figura en la nómina de altos cargos de la formación que han hecho público un manifiesto en el que fijan las bases por las que debe procederse a reformar la organización. Este documento, bajo el título Manifiesto por un proceso constituyente, responde a la visión de la actual dirección de Izquierda Unida, lo que en términos de la organización en toda España se llama "la mayoría" porque fueron quienes vencieron en la anterior asamblea federal y, además, representan al sector que ganó las últimas primarias de la formación política.

El manifiesto tiene el valor de que se corresponde a las ideas que van a defender en el cónclave y que cuenta también con el apoyo de pesos pesados como la portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés; el responsable de Política Institucional, Félix Taberna; el de Política Municipal y Autonómica, Montserrat Muñoz, y de Economía e Inmigración, Javier Alcázar.

El manifiesto apuesta por "desterrar la situación de amor odio" que, reconoce, se ha impuesto en las relaciones entre Izquierda Unida y el Partido Socialista, en competencia perpetua por un espacio de acción de la izquierda.

El texto aboga por mantener "una relación de tú a tú" con los socialistas. "Nos es problema de perfil, es de identidad. Pensamos que IU arrastra un problema de identidad, esto es, de poder ser explicado en términos de lo que IU es, no de lo que propone o representa", añaden. Los dirigentes que han elaborado el manifiesto analizan su relación con el PSOE, un "problema" que debe generar una "estrategia de medio y largo plazo". Mantienen en el documento que a la formación le ha perjudicado "seriamente" la percepción de bronca interna "inacabable", por lo que será "esencial" solventar el "agujero del conflicto interno" para recuperar "crédito y confianza".